Cómo pasé de subir fotos a Instagram a publicarlas en ‘Vogue’
Daniel Arnold vendió sus fotos cuando sólo le quedaban 90 dólares. Ha terminado publicándolas en ‘Vogue’, ‘Vanity Fair’ y ‘The New Yorker’
No hay mejor forma para tomar el pulso a las tendencias que patear sin tregua las calles. Por eso la moda le debe mucho a la fotografía callejera. Un buen ejemplo son las fotos que Joan Colom tomó en Barcelon mucho antes de que fuese ciudad olímpica y terminara repleta de turistas. Estas imágenes cuentan mucho mejor que cualquier revista de moda de la época la atmósfera que respiraba la ciudad en los años 60 y 70.
Pero lo que ha terminado en convertir a la fotografía callejera en un escaparate definitivo de tendencias ha sido internet. Sartorialist es la mejor prueba de ello. Pero también hay fotógrafos que están casi en las antípodas del street style, como Daniel Arnold, que recorre día y noche Nueva York con su vieja cámara de carrete y su iPhone. Muchas de las imágenes que publica en su cuenta de Instagram en esos paseos transmiten una idea bastante precisa del verdadero estilo de la ciudad.
Sus fotos combinan la estética más salvaje de William Klein, el humor negro de un meme gamberro y, en ocasiones grandes dosis de bella fascinación por la condición humana. Vogue, New Yorker, Vanity Fair o GQ son algunos de los medios que han publicado en los últimos años sus imágenes.
Algo que resulta increíble. Sobre todo si tenemos en cuenta de que una de las primeras veces en las que apareció en los medios fue gracias a lo hizo en su 34 cumpleaños: vender copias de sus fotos de Instagram a 150 dólares cada una. Tenía 90 dólares en su cuenta cuando lanzó la propuesta a sus seguidores y terminó recaudando más de 15.000. Después de algunas semanas intercambiando correos electrónicos logramos que Daniel Arnold en una pausa de sus largos paseos contestase a estas preguntas.
¿Cómo termina un fotógrafo callejero publicando sus fotos en Vogue? Acabé haciéndolo por accidente. Ayudaba regularmente a un amigo que hace fotos en Vogue con frecuencia y conocí a algunas personas. La conversación terminó derivando en la fotografía. Les mostré un par de cosas en las que estaba trabajando y comencé a publicar. Han sido unos grandes defensores de mi trabajo y me tratan como a un miembro de su familia. Tengo mucha suerte de tenerlos en mi vida.
¿Tu trabajo puede considerarse fotografía de moda? Claro. Lo que me interesa verdaderamente son las expresiones no verbales de la gente. La ropa está cargada de significado. Es un lenguaje. Cuando alguien tiene algo interesante que decir, eso reclama mi atención.
¿Puede ser la fotografía de calle fotografía de moda? Creo que la fotografía de la calle se relaciona con el mundo de la moda porque es una representación honesta, enérgica de un mundo que en la moda tienen que imaginar o inventar.
Pareces sentir una gran atracción por el caos. No me interesa el caos de la gran ciudad, me interesa la gente. El caos me ayuda porque arrastra a la multitud. Me gusta estar cerca de grandes grupos de personas en piloto automático. Pero también me gustan los lugares tranquilos y las personas solas. Hasta ahora no he encontrado un lugar donde no disfruté haciendo fotos.
¿Son muy diferentes las fotos que haces con el iPhone de las que haces con película? No son muy diferentes. La principal diferencia es que en el teléfono me da un montón de posibilidades. Puedo conseguir 100 disparos en un minuto. Con una cámara de película por lo general sólo tienes una oportunidad.
¿Te sientes cómodo en Instagram después de que cerraran tu primera cuenta? Claro, no me importa. Ellos tienen derecho a tener sus reglas tontas. Instagram no me define. Así que realmente no tengo ningún problema. Si Instagram desapareciera mañana, seguiría yendo a hacer fotos. No cambiaría mis planes.
Nueva York es tu ciudad. ¿Te resulta difícil hacer fotografías cuando sales de ella? El año pasado tomé fotos en California, Nuevo México, Texas, Illinois, Wisconsin, Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania, París, Marruecos y algunos sitios más. La mayoría de mis imágenes son de Nueva York porque es donde vivo, pero me emociona disparar en cualquier sitio.
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