París Fashion Week, día 5: Akris, Céline, Hermès y John Galliano
De una de las firmas preferidas de Charlene Wittstock a la nueva versión de Mary Poppins según John Galliano, esto es lo que ha dado de sí la quinta jornada de la Paris Fashion Week.
Un de los rumores tuiteros que saltó ayer en el patio de butacas parisino es que Charlene de Mónaco iba a estar en la primera fila del desfile de Akris. Es una de sus firmas prefridas -con permiso de Armani– y con algunos de sus diseños la hemos visto casarse por lo civil, abrir el último baile de la Cruz Roja o acudir al Gran Premio de Mónaco. Es justamente este último circuito el que inspira a su director creativo Albert Kriemler de cara a la próxima primavera-verano 2012. Está por ver si la heredera consorte al trono se atreverá con alguna de sus propuestas ultradeportivas; creaciones de líneas extremadamente sencillas, prácticamente uniformes, entre las que destacan una originales bandoleras petate que hace las veces de chalecos.
Detalle de su complemento estrella.
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Parece que la mujer Céline se repliega, de cara al próximo verano, en garras de las más yermas siluetas; con cierto toque Yves Saint Laurent, la diseñadora que podría cambiar su puesto actual por Louis Vuitton -en caso de que Jacobs aterrizara finalmente en Dior- apuesta por un guardarropa cojo de frescura y menos fluido de lo que anticipaba su colección Crucero. De un severo que pasma a primer golpe de vista, Phoebe Philo ahuyenta con su último trabajo a todo posible moscón en busca de tendencia frívola y de consumo rápido. No hay nada eventual en lo que propone la inglesa para la temporada que viene, apenas si percibimos entre sus saharianas oversize de cintura a la altura del tórax, tops, faldas y pantalones rectos y dilatados, su ánimo de verano.
Traje de chaqueta en Céline.
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Para su segunda colección en Hermès tras la marcha de Gaultier, Christophe Lemaire apuesta por un minimalismo de tintes orientales y norteafricanos. Cuellos Mao, faldones de un algodón casi almidonado, pañuelos -ni rastro de carrés– en la cabeza colocados al estilo campesina (pero sin el toque caprichoso de Chanel primavera/verano 2010, caftanes y chilabas con capucha. Pantalones harén, bermudas y chaquetones. La piel, el naranja y los tonos tierra, que de noche se convierten en púrpura, ponen el acento sofisticado.
Vestido túnica con manga mariposa y minibandolera, de Hermès.
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Mary Poppins también inspiró a Marc Jacobs en su colección de primavera/verano 2009: todos los caminos, llevan o despachar a/de Dior. El equipo creativo al frente de un John Galliano sin John Galliano ha tomado como inspiración a heroínas de cine que van de la estrella de cine mudo Mary Pickford a la misma Poppins. Ambos mitos bien podrían haber engatusado al gibraltareño y es que, el que hasta hace poco había sido su grupo de apoyo en término creativos, parece haberse quedado en usufructo con la inventiva del diseñador desahuciado: la organza, georgette y tul de seda siguen inundando esos vestidos semitransparentes, con volantes y asimétricos, tan característicos de Galliano.
Mary Poppins según los ojos del nuevo John Galliano.
Getty Images
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