Las niñas bonitas prefieren a Elie Saab

Los últimos movimientos dentro y fuera de la pasarela de Alta Costura apuntan a cambios de tercio en la dirección de los diseños; la exclusividad extiende sus tentáculos y abre sus miras, aunque en el caso de Elie Saab, el alcance de estos apéndices móviles se sigue limitando a la fiesta. A la noche. A la alfombra roja.

El diseñador libanés, que cuenta con tiendas en Beirut, París, Dubai y Hong Kong, y acaba de abrirse mercado en México, tiene a las famosas como principal reclamo: sus colecciones de costura son especialmente populares en aquellos eventos solamente aptos para los más privilegiados.

De cara al otoño-invierno que viene, su fórmula mágica se sigue elaborando en base a la misma ecuación. Vestidos de silueta clásica que envuelvan el cuerpo sin ponerle obstáculos a la elegancia ni entorpecer la silueta femenina; siempre en tejidos nobles y ligeros, de poderosa caída y en colores empolvados y joya; sin más virguerías que contadas aberturas, transparencias, bordados y pasamanería de cristales y pedrería. Su creación final, un vestido de novia inspirado, como el resto de la colección, en la riqueza de matices del arte bizantino, incorpora hilos de oro, strass, y perlas incrustadas sobre tul de organza en tono champán.