Olvida a las francesas: 6 pruebas de que las escandinavas son el nuevo mito
Recopilamos las razones por las que el estilo de vida nórdico fascina al mundo por delante del legendario ‘allure’ francés.
Las francesas tienen suerte. No solo son capaces de brillar con un moño despeinado y camiseta básica de rayas sino que además el mundo entero aplaude su eterno chic y las publicita como las mujeres más estilosas, acertadas y sublimes sobre la faz de la tierra. A estas alturas no vamos a negar que el allure parisino sea digno de admiración pero, después de desmontar los mitos que rodean a las mujeres francesas, ha llegado la hora de poner en jaque su liderazgo como epítome de la perfección. Las escandinavas y su metro setenta de minimalismo perfectamente estudiado son en 2017 el espejo en el que todos quieren mirarse. Corrientes decorativas, firmas de moda, it girls, modelos y hasta el secreto de la felicidad llegan importados desde el norte de Europa dispuestos a convertirse en el nuevo mito. Como auguraban en Juego de Tronos, el invierno ha llegado.
1. Que tiemble Caroline de Maigret, el estilo escandinavo marca la pauta
Guías como La Parisina (Inès de la Fressange) o Cómo parecer parisina estés donde estés (Caroline de Maigret) son solo dos ejemplos de la ingente cantidad de publicaciones que han intentado desgranar las claves del chic sin esfuerzo de las francesas. La reciente publicación de Dress Scandinavian, la guía de la estilista Pernille Teisbaek para imitar el estilo de las nórdicas, pone de manifiesto el creciente interés por aprender de la elegancia silenciosa escandinava. Teisbaek es uno de los rostros más visibles y seguidos –más de 430.000 followers en Instagram– de la hornada de chicas danesas, noruegas y suecas que están conquistando a las firmas de moda y a los fotógrafos de street style.
Si quieren aprender más sobre sus dotes para convertir lo sencillo en perfecto existen algunos nombres que deberían memorizar (por complicado que parezca): Marie Hindkær Wolthers (directora de belleza de Costume Magazine y bloguera en Blame it of Fashion), Laura Tonder (asistente de diseño en la firma Munthe y editora del blog Couture Kulten), Anine Bing (diseñadora de la firma homónima y fundadora del blog Anine’s World), Trine Kjaer (estilista y dueña del blog y tienda online Trine’s Wardrobe), Isabella Thordsen (estilista y bloguera), Alexandra Carl (directora de moda y consultora) o Carolina Engman (consultora y bloguera en Fashion Squad). La lista podría continuar pero estas ocho danesas, suecas y noruegas tienen el armario más inspirador de la red.
2. Escandinavia es mejor lugar que Francia para ser madre
Publicaciones como Bringing up Bébé, en el que una estadounidense que vivió en París defendía que los niños franceses eran más felices y tranquilos que los norteamericanos, han contribuido a crear el mito de que las francesas son las mejores en la crianza. Puede que Francia lleve una década siendo el país europeo con mayor índice de natalidad pero la lista de lugares con mejores condiciones para la maternidad está encabezada por los países nórdicos. En el 2014, Finlandia, Noruega, Suecia e Islandia copaban por este orden los primeros puestos. Las amplias bajas tanto de maternidad como de paternidad (de las 52 semanas de Dinamarca a las 57 de Noruega y 69 de Suecia), la ayuda de 100 euros mensuales por hijo, la guardería gratuita o las facilidades para conciliar convierten la maternidad finlandesa/escandinava en la mejor del mundo. Una realidad que, en este caso, no tiene nada de mito.
3. El ‘Hygge’ es el nuevo ‘Je ne sais quoi’
Dinamarca volvió a encabezar el World Happiness Report en 2016, igual que ocurrió de 2010 a 2012. Más allá de los sueldos altos, la escasa corrupción o la sanidad y educación públicas de las que disfruta el país, el secreto de la felicidad danesa se llama Hygge (pronunciado ‘hue-gah’). Como explicábamos en este artículo, el concepto Hygge hace referencia a “lo acogedor” o “lo bueno para el alma”. Hygge es acurrucarse frente a la chimenea mientras nieva en la calle; es disfrutar de la compañía de la familia o los amigos; es oler el pan recién hecho o saborear una taza de café antes de irse a dormir. También es el tacto de un jersey de lana, vestir una sudadera de algodón desgastada o enfundarse en un conjunto de tonos claros que den ganas de abrazar (sí, también existe el Hygge Fashion). En resumen: Hygge es disfrutar de un momento agradable y, si bien no es nuevo para los daneses, está conquistando al resto del mundo. La etiqueta supera el millón y medio de publicaciones en Instagram, nuevos libros convertidos en best seller exploran el fenómeno y ha mutado en un vocablo de lo más común para modelos como Edie Campbell. Ese no se qué francés tiene nombre propio en la cultura danesa y, a pesar de las altas tasas de suicidio y de alcoholismo del país, ya ha sido identificado como la clave de la felicidad dentro y fuera de sus fronteras.
4. Las firmas más buscadas son ‘Made in Scandinavia’
Hay (mucha) tela que cortar más allá de Acne Studios. La filma nacida en Estocolmo en 1997 era hasta la fecha el gran referente de la moda nórdica. Sin perder un ápice de su reputación cool, se suman a Acne un buen número de firmas norteñas que ya están conquistando la industria. Ganni es uno de los ejemplos que más ha dado que hablar y que ha conseguido consolidarse como una de las favoritas por editoras de moda, celebrities y blogueras (Veronika Heilbrunner o Alexa Chung no se quitan sus diseños). Pero la lista va mucho más allá: Rains ha logrado poner de moda los denostados chubasqueros y sus diseños ya se venden en tempos del lujo como Colette, Saks Potts confecciona los coloridos abrigos de pelo más fotografiados en las semanas de la moda, House of Dagmar se ha convertido en firma de culto, Cecile Copenhagen es la materialización de la elegancia sin esfuerzo, By Malene Birguer reinterpreta como nadie la sastrería masculina y Gestuz demuestra que el minimalismo puede ser muy femenino. Filippa K, Bruuns Bazaar o la firma de joyería Sophie Bille Brahe son algunos ejemplos más de la creciente influencia escandinava en la industria de la moda.
5. No hay casa más luminosa, limpia y práctica que la de estilo nórdico
Ni decoración provenzal, ni muebles Luis XV, ni ornamentación dorada. Más allá de la influencia de Ikea y su capacidad para vestir espacios vacíos sin desvestir la cuenta bancaria, el interiorismo escandinavo es uno de lo más aplaudidos de la actualidad (solo hay que echar un vistazo a Pinterest para reunir las pruebas). Blogs, artículos en revistas especializadas y multitud de libros indagan desde hace tiempo en las pautas decorativas para disfrazar un piso de Legazpi en un precioso ático de Copenhague. Teniendo en cuenta el tamaño cada vez más reducido de muchos inmuebles, queda claro que pintar las paredes de blanco, iluminar bien las estancias, dar color gracias a las plantas y aportar calidez con muebles de madera son las máximas para muchos interioristas. Es probable que el resultado tenga menos Hygge que el auténtico pero pocos dudan en intentarlo.
6. ‘Star-system’: de Cannes a Estocolmo
Cuarenta años después de que los cuatro integrantes de una banda sedujeran al globo al ritmo de Dancing Queen o Mamma Mia, la cultura escandinava regresa para presentarnos intérpretes de la talla de Alicia Vikander. La actriz sueca, oscarizada por su papel en La chica danesa (hasta el título del filme nos viene de perlas), se ha convertido en uno de los rostros del momento y una de las más elegantes en la alfombra roja. Ella es la más mediática pero no la única nórdica que está conquistado el panorama internacional. Sidse Babett Knudsen (Dinamarca), alcanzó el reconocimiento universal gracias a la serie Borgen, fue fichada por HBO en Westworld y reclutada junto a Tom Hanks en Inferno. En las pasarelas, modelos escandinavas como el ángel de Victoria’s Secret Elsa Hosk (Suecia) reclaman su lugar y rostros tan refrescantes como el de Julia Hafstrom (Estocolmo) o Emmy Rappe (Suecia) han copado los principales shows primavera-verano 2017. También los hombres de moda tienen nacionalidad escandinava. Alexander Skarsgard, protagonista de La leyenda de Tarzán y novio de Alexa Chung, es sueco y Nikolaj Coster-Waldau, el Matarreyes de Juego de Tronos, sigue instalado en su Dinamarca natal con su mujer y sus dos hijas a pesar de haberse convertido en una estrella a nivel planetario. Si alguien sabía que llegaba el invierno era él. No digan que no les avisamos.
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