TikTok me hizo comprarlo: las microtendencias y el consumismo desenfrenado de usar y tirar
La corta vida de las tendencias, impulsada por las redes sociales, ha cambiado nuestra forma de consumo.
La falda micro mini, el vestido de El sueño de mi vida o el vestido negro cut – out de Maddy en Euphoria, los chokers con flores… Son algunas de las microtendencias que han llamado nuestra atención a lo largo de las últimas temporadas. Antes de la pandemia y de TikTok las tendencias salían de las pasarelas y en el camino se incorporaban pequeños toques culturales. Ahora bien, ¿cómo cambia cuando la moda encuentra nuevas raíces en una generación constantemente conectada a internet?
Las tendencias son uno de los pilares de la moda, pero las redes sociales han acelerado de manera drástica su velocidad. Antes el ciclo de las tendencias solía ser de entre 5 y 10 años y eran presentadas por cantantes, actrices, modelos… personajes públicos. Ahora, en cambio, se crean también de la mano de inlfuencers o cualquier persona con presencia en redes que consiga llegar a cierta audiencia. Estas tendencias de vida corta se llaman micro tendencias.
Las micro tendencias son modas que tienen un auge de popularidad antes de decaer con la misma rapidez. A menudo surgen de forma natural en plataformas como TikTok, donde nacen de la mano de creadores populares, ascienden de forma rápida y se cuelan en todas las páginas “Para ti” de los usuarios. En un periodo aproximado de un mes, incluso menos, la micro tendencia pasa de moda y nadie vuelve a hablar de ella.
El problema surge cuando cadenas de moda rápida como Shein se hacen eco de ello y las convierten en fácilmente accesibles, perpetuando el consumo excesivo. Para que todas las novedades lleguen a tiempo las condiciones en las que se produce tienden a ser poco éticas, se utilizan materiales de poca calidad e incluso se han llegado a encontrar restos de químicos tóxicos en las prendas.
Carolyn Mair en su libro The Psychology of Fashion reflexiona sobre el deseo de comprar tendencia tras tendencia y cómo esto no tiene que ver con la capacidad de atención sino con la costumbre. Cuando los espectadores son testigos de cómo otras personas se alegran de ser percibidas por la ropa que llevan, sienten el deseo de adquirir esa misma prenda. Acostumbrarse a esa sensación, motiva a seguir comprando con la esperanza de reavivar ese placer y emoción.
‘Desinfluencia’
Como contrapunto, creadores de contenido se están sumando a “des – influenciar” o a hacer anti hauls. Estos dos términos se basan en enseñar y explicar a los espectadores todo lo que no necesitan, lo que no merece la pena comprar. Es una crítica al consumo excesivo y a las compras impulsivas que pretende suscitar una reflexión general sobre cómo los productos populares no siempre son los mejores o lo que hay que tener sí o sí.
Al ver las micro tendencias de forma repetida, la asociación a estas se hace más fuerte, influenciando así la decisión de consumo. Se debe tener en cuenta la frecuencia con la que vemos las pantuflas UGG, por ejemplo, no significa que sea el favorito del momento ni la prenda estrella. Desinfluenciar trata de hacer ver que todos podemos tener en cuenta estos factores, incluida la razón por la que realmente queremos hacer una compra, antes de añadirla a nuestro carrito.
Es cierto que gracias a la cantidad de estéticas diferentes que TikTok ha popularizado es más fácil adaptar el vestuario al estilo personal de cada uno, ya que ofrece guías de estilo en constante evolución. Sin embargo, es recomendable tener claro el porqué de esa compra. Tomar las decisiones con lo que favorece a cada una como punto de partida en lugar de la micro tendencia del momento, siempre será la clave del éxito.
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