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Romper con todo: cuatro diseñadores españoles nos cuentan cómo han desafiado las normas del mercado

Si la moda es por definición cambio y por lo tanto futuro, los caminos que han decidido tomar los creativos de estas cinco firmas españolas para escapar de los lugares comunes del sistema son pura innovación: tanto para triunfar como para dar un paso atrás y volverlo a intentar.

“Yo mismo he alucinado con el excelente recibimiento que ha tenido mi propuesta”, dice el fundador de Crack Studio, quien trabajó en Davidelfin mientras realizaba el máster de Comunicación y Moda en el Instituto Europeo de Diseño (IED).
“Yo mismo he alucinado con el excelente recibimiento que ha tenido mi propuesta”, dice el fundador de Crack Studio, quien trabajó en Davidelfin mientras realizaba el máster de Comunicación y Moda en el Instituto Europeo de Diseño (IED).PABLO CURTO
Raquel Peláez

Si la moda es por definición cambio y por lo tanto futuro, los caminos que han decidido tomar los creativos de estas cinco firmas españolas para escapar de los lugares comunes del sistema
son pura innovación: tanto para triunfar como para dar un paso atrás y volverlo a intentar.

Crack Studio

Eternamente en el presente

Es curioso. Giovanni Franco Vieira (27 años, Las Palmas de Gran Canaria) hace ropa absolutamente actual. Sus prendas más icónicas, mallas y corpiños llenos de cordones flexibles realizados con una técnica de corte llamada flossing (muy similar a la que la diseñadora albanesa Nensi Dojaka, flamante premio LVMH 2021, ha convertido en tendencia mundial) podrían perfectamente ser la elección de Samantha Hudson, Milena Smit o Mala Rodríguez para aparecer sobre un escenario. Las tres son artistas pegadas a las vanguardias y a las tres las ha vestido en los últimos años como estilista. Y, sin embargo, el fundador de Crack Studio dice que vive instalado en los 2000, la década en la que “las mujeres que más admiro protagonizaron una explosión de creatividad y libertad absolutamente excepcionales”. Menciona a Christina Aguilera, a Cher, pero sobre todo a Britney Spears. Enseña en su brazo derecho un tatuaje que lleva pone “Toxic”, en referencia a la canción de la diva. ¿Es vintage algo que está inspirado en algo que pasó hace 20 años? “Desde luego que no. Es que esa estética, esos valores, ese tiempo, para mí son el presente”, dice el creador que aún espera a lanzar su segunda colección.

Giovanni Franco, fundador de Crack Studio.
Giovanni Franco, fundador de Crack Studio.PABLO CURTO

Shoop

Los profetas discretos

“Cuando empecé solo quería parecerme a los raperos que admiraba. Me vestía como ellos, imitaba su estética”, cuenta Yohei Oki (Tokio, 36 años). “Yo creaba siluetas totalmente imposibles y hacía unas patas de elefante que rellenaba con tela para crear piernas irreales, iguales que las que dibujaba”, rememora entre risas Miriam Sanz Fernández (Madrid, 40 años). Ahora, Yohei y Miriam tienen una firma, Shoop, con una trayectoria tan sólida y una proyección internacional tan real que prefieren desfilar en la Semana de la Moda de Japón, donde son una firma de culto, y venden en los grandes templos de Shibuya, o en la London Fashion Week, donde son habituales, más que en Cibeles. La idea de Shoop nació primero solo en la mente de Miriam. Ella quería ofrecer al público lo que no encontraba en el mercado: “Ropa unisex, cómoda, ponible, con detalles”.

Años antes, una noche madrileña conoció a Yohei bailando en un club. Casualidad, ambos habían estudiado artes. «Yohei me ayudó desde el principio y terminó uniéndose de forma oficial», cuenta Miriam. Ellos inauguraron en España un concepto que fue futurista, pero ahora es simple actualidad: la marca que consigue derribar barreras gracias a la permeabilidad de internet. Como si hubiesen presentido el momento turbulento que el mundo iba a vivir esta primavera, su última colección incluye pantalones cómodos con estampados de camuflaje: ropa para sobrevivir en Mad Max. Miriam y Yohei no suelen mirar atrás, pero se ríen cuando recuerdan que el sueño hip-hopero se cumplió en 2013. Le hicieron ropa a Drake. Ahora, a Rosalía, J. Balvin y C. Tangana.

Reparto Estudio

Los que emprenden una ilusión

Ana Viglione (Hondarribia, 26 años) y Margil Peña (Monterrey, México, 26 años) se conocieron en lo que ellos dos llaman Proyecto Balenciaga, un trabajo que todos los estudiantes de moda del Instituto Europeo de Diseño de Madrid tienen que completar. Implica, por supuesto, rendir homenaje al gran maestro, a quien estos diseñadores reconocen como referente. Y aún así, la confección exquisita —que caracterizaba al couturier— no es su fuerte, pero no les avergüenza. “Lo que tenemos en común los dos es la ironía”. Esa materia prima es la que han usado para el vestido que han traído a la sesión y que presentan este año en El Ego, el apartado de nuevos creadores de la MBFW: “Se llama La puntilla y está dedicado a alguien que siempre busca la perfección. Lo hemos hecho con materiales que hemos ido encontrando en diferentes lugares. Para nosotros, más importante que el producto final es que nos compren la narrativa”. No es una idea tan descabellada, teniendo en cuenta que creadores como Demna Gvasalia, cuya propuesta es narrativa pura, ha llevado los tacones hechos con mecheros a la alta costura de París. Cuando miran atrás, Ana y Margil recuerdan todo el dinero que han destinaron a fast-fashion y no se lo pueden creer: “Yo reniego ahora del sistema incluso por la tiranía de las tallas”. Cuando miran al futuro, se ven en la moda: “Conseguiremos vivir de esto”.

El vestido La puntilla, de Ana Viglione (abajo, derecha) y Margil Peña, es un trabajo de ‘upcycling’, una técnica que dando una vida nueva a retales usados transforma el pasado en presente.
El vestido La puntilla, de Ana Viglione (abajo, derecha) y Margil Peña, es un trabajo de ‘upcycling’, una técnica que dando una vida nueva a retales usados transforma el pasado en presente.PABLO CURTO

Luca de Tena

El que se detiene a coger fuerzas

La última vez que presentó una colección, la de otoño-invierno de 2022, la revista de tendencias Metal describía así el entorno de trabajo de Felipe Luca de Tena (Madrid, 28 años): “Entre su ducha de medio metro cuadrado y la vitrocerámica de su cocina, este hijo de padre indio y madre española forja un universo multicolor con un ADN textil propio”. Formado en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres primero y en la legendaria Academia de Bellas Artes de Amberes después un año más tarde, Luca de Tena explica a S Moda: “Es muy difícil emprender algo de una forma autónoma, a no ser que tus padres te dejen muchísimo dinero o ganes concursos. Mantener colecciones, especialmente cuando quieres hacer algo que no esté hecho en China es ahora mismo casi imposible”. Por eso, este creador, cuyo trabajo, que experimenta con técnicas de teñido (desde el tie-dye hasta el shibori) y ha merecido las alabanzas del Vogue italiano, se toma una pausa que suena familiar a tantos de su generación: “Estoy haciendo un curso de programador informático para retomar mi carrera de otra manera. Cuando vuelva quiero hacer un producto muchísimo más específico, barato de producir y que la gente quiera porque se puedan comprar”. Por supuesto, lo venderá por internet.

Dominnico

El triunfador

“Cuando presenté mi tesis de grado en 2016 y los del tribunal me preguntaron a quién quería vestir cité como referente colectivo y como mujer que había marcado mi adolescencia a Lady Gaga. Para mí representaba a la vez moda y espectáculo. Dije: ‘Es como un lienzo sobre el cual muchos artistas han podido pulir cosas y me encantaría formar parte de eso’. Se rieron de mí. ¡Y dos años después, la propia Lady Gaga me llamó!”, cuenta Domingo Rodríguez Lázaro (Alicante, 28 años), cuya firma, Dominnico, es la prueba de que investigando en nuevos tejidos y materiales, con la mirada puesta en la noche y el espectáculo, pero sobre todo con olfato comercial y un uso magistral de las redes sociales se pueden conquistar escenarios que solo una década atrás no hubiesen sido imaginables. De Dominnico fue el vestuario de Rosalía en la gira del Mal querer. Y suyos son algunos vestidos lucidos por Aitana que hacen furor entre las chicas de generación Z. A este creativo le interesa muchísimo el concepto “futuro”. De hecho, una de sus colecciones más sonadas, Uhura, proponía viajar al año 2211. Y en su creatividad siempre hay espacio para los temas sociales que ocupan las agendas internacionales. Eso también es formar parte del porvenir.

“Creo que mi generación tuvo que desaprender mucho del siglo XX y de dar, como un nuevo comienzo, un nuevo valor a lo que se entendía como lujo”, dice este diseñador.
“Creo que mi generación tuvo que desaprender mucho del siglo XX y de dar, como un nuevo comienzo, un nuevo valor a lo que se entendía como lujo”, dice este diseñador.PABLO CURTO

Estilismo: Paula Delgado. Modelo: Mei Ruiz (Uno Models). Maquillaje Y Peluquería: Yurema Villa (Ana Prado) Para Guerlain Y Mön Icon Team Y Almudena Garbel (Ana Prado) Para Elizabeth Arden Y Mön Icon Team. Diseño De Set: Irene Luna. Asistentes De Fotografía: Cesco Rodríguez Y Óscar Calleja. Asistente De Estilismo: Paula Alcalde. Agradecimientos: Moto (Tbc).

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Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.

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