Lizzo reivindicó la presencia de chicas «gordas y negras» en la televisión y desbancó a Jennifer Coolidge, la otra gran estrella de los Emmy

Dos mujeres. Las dos viviendo un momento espectacular a nivel profesional. Las dos fuera de todos los cánones establecidos. Las dos levantando una gala de premios. Lizzo y Jennifer Coolidge son las responsables de los momentos más divertidos y también emocionantes de esta edición de los premios Emmy.

Jennifer Coolidge

La actriz, de 61 años, a la que muchos recordarán por interpretar a la madre de Stifler un American Pie, recogió el Emmy por su interpretación de Tanya en The White Lotus. En la serie, hace de una mujer soltera, adinerada e inestable y adicta a los caftanes, que trata de recuperarse de la muerte de su madre y viaja sola a un resort de lujo para esparcir las cenizas y encontrar algo del afecto. Este papel, en una serie que trata la lucha de clases y el privilegio blanco como ninguna, ha puesto de acuerdo a crítica y público y le ha valido el Emmy. La actriz, que estaba viviendo probablemente el momento más importante de su carrera, ha intentado por todos los medios que no le cortaran el discurso de agradecimiento, pero la organización no ha tenido piedad y le ha subido la música para que no se le oyese hablar. Coolidge se ha puesto a bailar para, al menos, quedarse sobre el escenario saboreando un poco más el premio.

Lizzo

Lizzo ha conseguido emocionar y hacer reír a partes iguales. Ha hecho referencia a lo importante que es tener referentes, a lo mucho que deseaba ver a chicas gordas y negras en la televisión cuando era una niña. «Cuando era pequeña todo lo que quería era ver una chica gorda como yo, negra como yo, preciosa como yo en los medios»,  ha dicho la cantante y actriz, que ha recogido el premioso Lizzo’s Watch Out for the Big Grrrls, un formato de telerrealidad en el que varias mujeres «grandes» compitieron por ser parte del cuerpo de baile en la gira mundial de la artista. Entre risas, gritos y emocionadas palabras a sus «chicas grandes» Lizzo ha hecho desear al público que jamás abandonase el escenario.