Pantalón de tiro bajo, el regreso de la prenda de los 2000 que produce escalofríos
Después de que la modelo Bella Hadid fuera fotografiada presumiendo de abdomen en Nueva York, varios medios especializados apuntan al retorno de los vaqueros ‘low rise’. Pasarelas y otras celebrities apoyan la teoría.
A la lista de tendencias imposibles que la moda se empeña en resucitar este incierto 2020 (a saber: pantalón sobre vestido, Crocs como calzado hegemónico o leggings en cualquier circunstancia y situación) toca sumarle una más. Quizá la más complicada de todas. El pantalón de tiro bajo, ese que tanto triunfó en los 2000 y que produce escalofríos con solo recordarlo, vuelve a nuestras vidas. O, al menos, a las de celebrities y prescriptoras de estilo. Pero ya se sabe que ese es solo el principio para acabar desempolvando el vaquero de tiro minúsculo que tan buena pareja hacía (o eso nos parecía) con los cinturones de colores chillones, la silueta campana y el top ombliguero.
Bella Hadid, que de cuando en cuando ya se había dejado ver con este tipo de pantalones, ha vuelto a acaparar la atención de la prensa especializada al pasear por las calles de Nueva York con un look al que resulta imposible no prestarle atención. La modelo lucía un polo minúsculo cortado a ras de pecho (el modelo incluso incorpora un aro que reproduce la misma forma que el bikini del verano y está firmado por la etiqueta Mirror Palais) combinado con unos pantalones de inspiración militar de Brain Dead. Mucho más llamativo que el estampado de setas que salpica el diseño resulta su corte: el tiro bajo deja al descubierto por completo el esculpido abdomen de la modelo. Su elección, sumada a las propuestas para esta temporada que firmas como Balmain, Pyer Moss, Alexander Wang o Rag & Bone subieron a la pasarela, hace saltar las alarmas: parece que las Britney Spears y las Paris Hilton dosmileras vuelven a sumar motivos para recuperar su estatus de icono de estilo.
Además de Hadid, la también modelo Emily Ratajkowski, la cantante Dua Lipa o la actriz Katie Holmes han lucido recientemente pantalones low rise. Hasta la que fuera una de sus grandes embajadoras, Britney Spears, no ha parado de colgar los últimos días en su cuenta de Instagram imágenes ataviada con unos minúsculos shorts que dejan el abdomen tan descubierto como solía llevarlo en sus mayores días de gloria. Los diferenciados estilos de cada una de ellas vienen a confirmar que el pantalón de tiro bajo regresa dispuesto a invadir todos los armarios, de los más vanguardistas a los más clásicos y sofisticados. No en vano, la firma Tibi, epítome del cool neoyorquino, incluyó varios diseños de tiro bajo en su colección primavera-verano 2020. Eso sí, lejos de apostar por los clásicos vaqueros, la marca versionó sus famosos trajes de chaqueta y bermuda bajando unos centímetros la altura de las cinturillas.
Lo cierto es que el temido regreso de los pantalones que dejan el ombligo al descubierto y limitan el movimiento (a menos que se quiera presumir de tanga como marcaban los cánones a principios de siglo) ya lleva tiempo amenazando con materializarse. En 2015 a la cabecera feminista Jezebel no le tembló la tecla al titular Prefiero que me maten antes de volver a llevar unos vaqueros de tiro bajo mientras que desde la edición estadounidense de Vogue se limitaban a preguntar a sus lectoras si estaban preparadas para volver a enseñar el ombligo rememorando a Paris Hilton, Britney Spears, Christina Aguilera o Keira Knightley, que hizo historia en aquel estreno de Piratas del Caribe platándose un minitop drapeado de Chanel con unos tejanos que dejaban a la vista su vientre completamente plano.
El reciente advenimiento de los cropped top casi tan escuetos como el de Knightley, con más pinta de sostén que de camiseta, provocó en un primer momento la subida de la cintura de vaqueros y pantalones como solución a no mostrar demasiada piel. Una idea que hacía un poco más practicable la tendencia, pero que poco a poco ha ido abriendo paso a la ocurrencia primigenia que tanto triunfó en los 2000: recortar centímetros por arriba y por abajo.
Sin llegar –esperamos– al extremo de los Bumster, aquellos pantalones de tiro tan minúsculo que dejaba ver la parte superior de las nalgas ideados por Alexander McQueen en los 90, parece que el corte a la cadera viene dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para volver a instaurarse en las calles auspiciados por la enésima revolución sexual de la moda. Como escribía Rafa Rodríguez, “como si todos los discursos sobre misoginia, cosificación, igualdad de género, identidad y consentimiento nunca hubieran tenido que ver con el cuerpo de la mujer, la primavera/verano viene pródiga en reveladoras transparencias, troquelados y aberturas extremas y lencería-corsetería a tutiplén”. Ahora, también, hay que añadir a la lista los pantalones de cintura baja.
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