Tan discreta como Inditex: así es Mercedes Domecq, la mujer que cuenta al mundo los logros de Zara
La jerezana es responsable de la comunicación del grupo textil, además de ser considerada un icono de estilo. El hermetismo con el que maneja su carrera abre varios interrogantes que fuentes cercanas a ella nos ayudan a despejar.
Cuando se teclea el nombre Mercedes Domecq (39) en Google, el buscador apenas devuelve un par de artículos y unas cuantas fotografías. La ausencia de información, en este caso, resulta de lo más reveladora: la responsable de comunicación de Inditex mantiene un perfil más discreto que la mismísima Marta Ortega. A pesar de que su carrera profesional despierta intrigas y su estilo, admiración (más aún desde que la edición estadounidense de Vanity Fair la incluyera en la lista de mujeres mejor vestidas del mundo en 2017), Domecq se aferra a una prudencia intrínseca a la filosofía Inditex.
«Ella es una mujer tan discreta como la empresa para la que trabaja. No quiere ser una celebrity, ni tampoco creo que pudiera serlo por el cargo que tiene. Por supuesto, su trabajo exige que asista a ciertos eventos, pero siempre lo hace desde la discreción. No necesita fama para alimentar su ego», cuenta a S Moda una fuente de la industria que trabajó con ella hace unos años y que prefiere mantenerse en el anonimato.
Descendiente de una de las familias con más solera y abolengo de Andalucía (es hija del empresario tonelero Huberto Domecq Ybarra y María Jesús Fernández Govantes), Domecq se licenció en Relaciones Internacionales y Diplomacia, a caballo entre Londres y Madrid, pero desde el principio orientó su carrera hacia la moda. Después de trabajar en la conocida agencia de comunicación Globally, se incorporó al equipo de la revista Telva donde trabajó como estilista durante cuatro años hasta que Inditex llamó a su puerta en 2010.
La jerezana fue elegida para capitanear un departamento que, hasta la fecha, ni siquiera existía. La empresa, conocida por su alergia a la publicidad, tampoco contaba con un showroom en el que mostrar sus colecciones ni con una figura encargada de redactar comunicados o presentar las nuevas campañas. Ella no dudó en aceptar el reto demostrando, según apuntan los que la conocen, una valentía que define muy bien su personalidad. «Cuando empezó en el puesto estaba muy ilusionada porque podía crear el proyecto desde cero. Pero los comienzos fueron duros porque Zara no contaba ni con un espacio para enseñar sus prendas a la prensa. Ella logró que, al principio, le cedieran la última planta de la tienda ubicada en la madrileña calle Princesa para después inaugurar el impresionante showroom que tienen ahora en Serrano 23″, detalla la misma fuente. Según asegura, a día de hoy su trabajo está muy valorado en la empresa y «es muy querida dentro de Inditex».
También es apreciada por aquellos que compartieron proyecto con ella en su época como estilista, que la definen como «trabajadora, eficaz, organizada, echada pa’lante, alegre y nada quejica». A esta lista de cualidades hay que añadir su faceta familiar, muy importante en su vida a pesar de las horas que dedica a Zara y los frecuentes viajes que realiza tanto a Arteixo (A Coruña) como a Asia o Estados Unidos, entre otros y dispares lugares del mundo. Domecq se casó en 2003 con el empresario Fernando Sainz de Vicuña –con quien tiene tres hijos– en un enlace que El País describió como hijperpijo. Su hermana, Inés Domecq, dos años menor, mantiene un perfil algo menos secreto que el suyo. Esposa del nieto de la duquesa de Alba, Javier Martínez de Irujo Hohenlohe-Langenburg, capitaneaba su propia productora, The Editors Fashion Company, junto a su amiga Laura Vecino y recientemente lanzó su propia colección de ropa para la firma Coosy. Ambas hermanas fueron mencionadas por Vanity Fair USA en la lista de mujeres mejor vestidas del mundo hace un par de años y, desde entonces, su estilo es analizado con lupa por las publicaciones especializadas.
Además de la elegancia innata de la que hacen gala las hermanas, su belleza racial y su altura (casi 1,80 centímetros) las han convertido en iconos de estilo. El de Mercedes, más difícil de analizar dado que sus apariciones en eventos públicos son menos frecuentes que las de Inés, se caracteriza por la sobriedad y el gusto por las prendas sencillas y básicas a las que ella es capaz de imprimir su sello personal. «Siempre acudía al trabajo hecha un pincel, pero también era muy hippy en el sentido de que prefería ir con zapatillas, bailarinas o cualquier zapato plano. Pero llama la atención tanto por su físico como por lo estilosa que es», dice de ella una antigua compañera. Aunque el adjetivo ‘clásico’ sea, probablemente el que mejor define lo que se pone, también hace concesiones al color y las siluetas especiales sin excederse con las tendencias. En su día a día es frecuente verla vestida con prendas de Zara, claro, pero suele confiar las ocasiones especiales a diseñadores nacionales como el andaluz Roberto Diz, del que también es fanática su hermana Inés.
La discreción que caracteriza su vida también está presente en su armario. Conocedora de la importancia que tiene para una marca de moda la apariencia de quien comunica sus entresijos, la jerezana se ha convertido de algún modo en embajadora de la casa como Marta Ortega. Pero mientras que la hija de Amancio se atreve con las prendas de última tendencia, Domecq prefiere los jerséis de cashmere, los pantalones de pinzas o el calzado cómodo. Lo que no parece probable es que, como hiciera la heredera de Inditex, decida dar un paso al frente cambiando su pseudoanonimato por un papel protagonista. La mujer que cuenta al mundo los logros de Zara lo hace con elegancia, pero en la sombra.
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