Los mejores gifs son los que tú te fabricas
La fiebre por los gifs ha entrado en una nueva fase. Crearlos ahora es tan sencillo que cada vez son más los que se animan a contar sus emociones con un puñado de fotogramas.
Tras el seudónimo de INSA se esconde un grafittero que es también uno de los creadores de gifs más populares del momento. Usa estos para dar vida a las pinturas callejeras que realiza. Hace poco logró un reto bastante ambicioso: crear el gif animado más grande del mundo. Con el patrocinio de una marca de whisky utilizó a 500 ayudantes para que durante cuatro días pintasen un enorme mural en Río de Janeiro. El proceso fue fotografiado desde un satélite. A partir de esas imágenes captadas desde el espacio se compuso el gif.
Ejemplos como ese que nos cuentan que el gif es una auténtica fiebre que ya no puede ser considerada una simple moda pasajera. Incluso Barack Obama tuiteó hace días un gif de Michelle Obama haciendo un photobomb con un balón de baloncesto. La imagen provenía de la principal web en la que encontrar estas animaciones: Giphy, que acaba de recibir 17 millones de dólares de inversión.
El gran poder del gif está en que a diferencia del vídeo nos permite centrar la atención en los pequeños gestos. En Estados Unidos son cada vez más los medios digitales que usan gifs para contar eventos como el discurso sobre el Estado de la Unión, la ceremonia de los Globos de Oro o la Super Bowl.
Sus aplicaciones resultan infinitas: pues lo mismo se utilizan para mostrar cómo ha cambiado con el paso del tiempo la mítica Ruta 66 que para ilustrar reportajes de bodas usando la técnica de los cinemagraphs.
Uno de las claves que hace los gifs algo tan especial es que nos ayudan a comunicar toda clase emociones. Por eso no es de extrañar que se haya lanzado un teclado personalizado para el iPhone que permite sustituir los emoticonos por gifs en los programas de mensajería. Pero al igual que cuando queremos transmitir un mensaje con palabras es mejor usar las nuestras, lo mismo sucede con las imágenes. Será por eso que cada vez son más los que se fabrican sus propios gifs.
Imgur, una de las redes sociales más usadas para almacenar imágenes en Estados Unidos, ha presentado una herramienta online que facilita crear gifs vitaminados a partir de vídeos (lo llaman Gifv). Aunque si queremos lograr un gif clásico lo mejor es usar GfyCat. Incluso Youtube está probando una herramienta para que podamos convertir en gifs los vídeos de la propia plataforma.
También se multiplican las aplicaciones para giffers en iPhone y teléfonos con Android o Windows. Aunque ninguna ha logrado por el momento igualar lo que Instagram ha supuesto en fotografía móvil. Entre las candidatas a lograrlo está Phhhoto. A su favor juega algo siempre importante si se quiere llegar a mucha gente: la sencillez.
Phhhoto permite crear gifs bastante resultones, y un tanto impredecibles, a partir de una ráfaga de cinco imágenes que realizamos con la propia app. Además, dispone de una red social propia y permite compartir las animaciones que creamos como vídeos en Instagram. Katy Perry o Diplo son algunos de los famosos que ya están usando el nuevo invento.
Para pero para crear un gif interesante más importante que una app es la creatividad y ser observador. Las animaciones que mejor suelen funcionar son aquellas que crean un bucle temporal, de forma que el principio y el final de la secuencia tienen una continuidad. Algo que sucede en os gifs creados por el fotógrafo François Beaurain para ilustrar la faceta más vitalista de los habitantes de Liberia.
Estas animaciones también son perfectas para crear micropelículas usando las viejas técnicas del time-lapse y del stop motion. La app ideal para usar la primera técnica es ideal Hyperlapse, la aplicación de Instagram que permite crear vídeos acelerando el paso del tiempo. Uno de sus puntos fuertes es que permite estabilizar bastante bien las imágenes que capturamos, como si estuviésemos usando un trípode.
Para crear vídeos con la técnica del stop-motion Vine es una buena opción. Los resultados de esta app creada por Twitter son muy parecidos a los del gif. Entre otras cosas porque permite reproducir los microvídeos de 6 segundos que creamos con ella en bucle. Aunque, eso sí, con sonido.
También hay algunos aparatos que parecen haber sido pensados para los auténticos fanáticos de los gifs. Entre los más curiososas está PixelStick, una barra de iluminación con leds de colores que permite crear arco iris nocturnos y toda clase de pinturas de luz. Aunque el capricho cuesta en la tienda online Photojojo 325 dólares.
Mucho más económico y práctico es usar un trípode adaptado a móviles para mejorar nuestros gifs. Son especialmente recomendables aquellos que tienen patas flexibles para captar puntos de vista poco usuales y que se puedan llevar siempre encima. Este de Joby pesa sólo 30 gramos.
Otros accesorios especialmente interesantes para los giffers son un foco de luces leds con el que iluminar uniformemente objetos o personas situados a corta distancia. En eBay se pueden comprar por unos 15 euros. Si queremos captar cómodamente imágenes girando suavemente el teléfono sin que nuestro pulso haga temblar las imágenes de la secuencia podemos usar Galileo Operator, un dispositivo ideal para crear gifs con movimientos panorámicos.
Para los que quieran rizar el rizo y crear gifs analógicos Lomography vende una cámara de cine, Lomokino, que es capaz de captar 144 fotogramas en un carrete de película fotográfica estándar. Junto a ella se vende un adaptador que permite visionar las películas que grabamos y digitalizarlas con la cámara de un teléfono. Para comprobar de lo que es capaz basta con ver este gif analógico de un gato. Quién le iba a decir a Warhol que los 15 minutos de fama que predijo que todos íbamos a tener en realidad serían como mucho 15 segundos.
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