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Las irrepetibles fotos de la ‘fábrica de los sueños’

Fellini, Ingrid Bergman, Anita Eckberg… Chopard homenajea a los estudios Cinecittà con una exposición fotógrafica en Cannes.

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Fue el escenario de las historias de amor (ficticias y reales) más intensas de la historia del cine. Por allí estuvo Gregory Peck tratando de seducir a Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, Ralph Fiennes se quedó colgado de Kristen Scott Thomas en El Paciente Inglés y Marcello Mastroiani flirteó con la inolvidable Anita Ekberg en La Dolce Vita. Un escenario irrepetible que también fue testigo del polémico romance que Elizabeth Taylor y Richard Burton iniciaron lejos de las cámaras mientras rodaban Cleopatra. Un punto de partida para la relación más tumultuosa de Hollywood: separaciones, reconciliaciones, matrimonios y divorcios entre ellos y otros coparon de titulares a sendos actores hasta la muerte de Burton.

Charlton Heston y Stephen Boyd durante el rodaje de ‘Ben Hur’ en 1959.

Cortesía de Chopard

Hablamos, como habrán podido imaginar, de los estudios Cinecittà, el faraónico proyecto que Mussolini ideó para elevar el fascismo en el celuloide en 1937 y que se convertiría después en el 'Hollywood del Tíber'. El estudio que durante su época dorada inundó de paparazzi Roma gracias al goteo incesante de estrellas. Gregory Peck, Ava Gardner, Frank Sinatra o Kirk Douglas rodaron allí bajo las órdenes de históricos como Fellini, Visconti o Mankiewicz.

Ingrid Bergman y Roberto Rosellini en 1953.

Cortesía de Chopard

Ahora que su privatización pende de un hilo, la firma de joyería Chopard rinde homenaje a la 'fábrica de los sueños' italiana con la exposición Backstage à Cinecittà en el festival de cine de Cannes. Una muestra fotográfica que se podrá ver en el rooftop que la firma joyera tiene en el mítico Hotel Martinez  y que recopila 28 instantáneas inolvidables del mito que forjó obras maestras como La Dolce Vita, Ben Hur, Guerra y Paz, Cleopatra o El Gatopardo. Una etapa dorada (la de los 50 y 60) en la que "la villa de las Divas", tal y como defendía Fellini, vuelve a la vida con imágenes que destilan glamour en blanco y negro.

Ava Gardner haciendo pruebas de vestuario para ‘La condesa descalza’ en 1954.

Cortesía de Chopard

Ava Gardner haciendo puebras de vestuario para La condesa descalza, Ingrid Bergman y Rosellini comentando el guión de Te querré siempre o Charlton Heston sobre una vespa vestido de esclavo mientras rodaba Ben Hur. Fotografías para recordar a un estudio que además de de invertir 44 millones de dólares para el rodaje de Cleopatra –la cinta más cara de la época–, acumula episodios insólitos antes de su etapa dorada: fue saqueado por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial (se llevaron a Berlín 16 vagones repletos de material técnico y decorados), después lo bombardearon los nazis y se convirtió en un un campo de concentración de civiles. Tras la liberación de Roma, Cinecittà acogió a los que se habían quedado sin casa por la guerra y hasta erigió un hospital en sus instalaciones.

Luchino Visconti en 1960.

Cortesía de Chopard

Cuando volvió a abrirse al cine en 1947 para producciones cinematográficas, los estudios marcaron el devenir del cine italiano. Fellini se convertiría en el director más fiel, trabajaría allí durante 20 años y realizó en los estudios más de 20 películas. Hepburn se enamoraría de Roma tras rodar allí y casarse con Andrea Dotti. Las epopeyas mitólogicas plagarían al cine de sandalias romanas y después llegaría el spaghetti western de Sergio Leone.

Federico Fellini durante el rodaje de ‘La Dolce Vita’ en 1960.

Cortesía de Chopard

Recuperada por Scorsesse durante el rodaje de Gangs of New York, el mito de la Cinecittà se ha ido oscureciendo tras varios incendios (en 2007 un fuego destruyó 4.000 metros cuadrados del complejo y en 2013 otro arrasó la casa en la que se rodaba Gran Hermano).

Ahora que Italia está a punto de perder su fábrica de los sueños y planea sobre el horizonte el plan de convertir a los estudios en una especie de parque de atracciones de 400.000 metros cuadrados con hoteles, restaurantes y gimnasios, la exposición de Chopard en Cannes nos recuerda que hubo un tiempo en el que las estrellas decidieron que el glamour se concentraba a solo 15 km del sur de Roma.

El cómico francés Fernandel, en el rodaje de ‘Don Camillo’ (1952)

Cortesía de Chopard

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