La Fetiche, la marca que «obsesiona» a Chloë Sevigny: «Nos encanta que considere nuestras blusas perfectas para amamantar»
La actriz se ha reconocido en una entrevista gran fan de esta firma creada en 2017 por dos exdiseñadoras de Sonia Rykiel. Hablamos con ellas.
«Cuando nos enteramos de que Chloë Sevigny estaba ‘obsesionada’ con nuestra marca nos emocionamos. Siempre hemos sido grandes admiradoras de su estilo y su trabajo». April Crichton y Orély Forestier, fundadoras de La Fetiche, responden satisfechas después de que la actriz confesara en una reciente entrevista concedida a The Cut su fijación con los diseños de la marca. Posando embarazada, el icono del cine indie por excelencia habló sobre las dificultades de vestir durante esta etapa. Además de recomendar los diseños de la estadounidense Norma Kamali, conocida por sus patrones amplios, situó en el mapa La Fetiche, una pequeña firma francoescocesa nacida en 2017.
«Estoy obsesionada con esta marca de París y Glasgow [sus diseñadoras han nacido allí, respectivamente]. Me compré una de sus blusas para cuando tenga que amamantar. Todo el mundo me decía: ‘necesitas camisas con botones en la parte frontal’ y por alguna razón yo no tenía demasiadas que se ajustaran al nuevo tamaño de mi pecho. La gente habla del cambio en la tripa, pero realmente lo que más cambia son las tetas. Es espantoso», afirmó Sevigny en la entrevista. En la sesión de fotos, disparada por la fotógrafa Elizaveta Porodina, posó, de hecho, luciendo una blusa blanca con lunares negros de la firma. Se trata del modelo ‘Jane’ y aunque pertenece a la colección del verano pasado aún está a la venta en la tienda online de la marca por 270 libras (unos 311 euros). «Nos hace felices que utilice nuestra ropa con el propósito con el que fue creada, verse bien y resultar cómoda, y nos encanta que considere nuestras blusas perfectas para amamantar», cuentan las diseñadoras.
Las fundadoras de la marca reconocen que comparten amigos en común del mundo del arte con Sevigny, comunidad a la que pertenecen la mayoría de sus clientes. Nacidas en países distintos –April es de Glasgow, Escocia, y Orély es de París–, las diseñadoras se conocieron diseñando para Sonia Rykiel, firma para que la trabajaron durante décadas. La primera incluso llegó a ser directora creativa de la segunda etiqueta, Sonia by Sonia Rykiel, además de diseñar durante un par de temporadas para Marc Jacobs. Fue en 2017 cuando decidieron aparcar su trayectoria en otras firmas para crear la suya propia: La Fetiche.
Según cuentan, su principal preocupación es crear prendas bien hechas que duren en el tiempo, tanto por su diseño como por su calidad. Para ello trabajan junto a artesanos locales de Escocia y Francia, una mezcla de influencias que también se percibe en las prendas. «Nuestra ropa es una suma del espíritu callejero y pop británico con ese punto de ironía y humor con la belleza despreocupada del estilo francés», resumen ellas.
Defensoras del armario cápsula (en su web dicen que debe tener 37 prendas, aunque aclaran que lo de menos es el número), la intención de la firma defiende la máxima a la que cada vez se suman más marcas de moda: comprar menos, pero mejor. «La idea es inspirar a nuestros clientes a considerar qué compran y cómo lo hacen de una forma reflexiva y emocionante al mismo tiempo», sostienen.
El resultado es una colección de prendas especiales, muchas de ellas parecen customizadas por uno mismo a base de parches y retales de regusto punk, con un aspecto entre vintage y manual. Su punto fuerte son las chaquetas, jerséis –muchos de ellos decorados con rayas, al estilo Sonia Rykiel– y camisas, aunque la colección también incluye pequeños detalles como cuellos, calcetines, algún bolso y pantalones anchos. Sus precios no son aptos para todos los bolsillos –los calcetines superan los 150 euros y tienen chaquetas de más de tres mil–, pero están confeccionados con tejidos de primeras calidades apostando por la trazabilidad. En la descripción de la prenda incluso se pude saber qué taller local la ha elaborado. Por ejemplo, las gabardinas se fabrican en colaboración con Thomas Hancock & Co, empresa especialista en impermeables desde 1843.
Rodeadas por un séquito de artistas como la fotógrafa Sonia Sieff, encargada de disparar las fotos del lookbook en la Fundación Le Corbusier, April y Orély confiensan inspirarse en «músicos, diseñadores de moda del pasado o cualquiera que les produzca una conexión emocional». De ahí que entre sus piezas se cuele un jersey bautizado como Ziggy e inspirado en Bowie o una falda escocesa en honor a la mítica Twiggy. A tenor del revuelto que ha levantado la carta de amor pública que Chloë Sevigny le ha dedicado a la marca, no sería de extrañar que su próximo diseño sea bautizado con su nombre.
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