Así consiguió Sharon Stone (60 años) un papel escrito para una veinteañera
La actriz revela a ‘Vanity Fair’ cómo peleó para demostrar que una mujer madura puede liderar una comedia romántica en 2018.
Hollywood es ese mundo en el que Jennifer Lawrence (actualmente 27 años) interpreta papeles de mujeres que deberían rondar la cuarentena (Joy, La gran estafa americana, El lado bueno de las cosas). También es el mismo escenario en el que las actrices, cuando pasan de los 30, de repente comprenden dinámicas que ignoraban cuando eran post-adolescentes porque no les afectaba, veáse Anne Hathaway: «Cuando tenía veintipocos, se escribían papeles para mí de mujeres de mediana edad y los cogía. Ahora que tengo poco más de treinta pienso ‘¿por qué esa chica de 24 años consiguió ese papel? Una vez tuve 24 y no me puedo enfadar. Así son las cosas». Y también es el universo en el que llega un mito erótico en plena madurez profesional y da un golpe sobre la mesa para cambiar patrones. Como Sharon Stone.
A sus 60 años recién cumplidos, la intérprete, en plena efervescencia laboral gracias a Mosaic (la aclamada serie de Steven Soderbergh en HBO) estrena en EEUU este mes El mejor regalo, una comedia romántica sobre una soltera de oro, defensora de la individualidad y del carpe diem, que ve su mundo trastocado tras enamorarse de Tony Goldwin. Stone recibió el guión, escrito por la también directora Susan Walter, porque le pedían ser la madre de la protagonista, de unos 25 años. Ella optó por revolucionarlo.
«Creo que sería mucho más interesante si yo interpretase a la hija», dijo Stone a Walter respecto al personaje de Senna, una estilista de vestuario con problemas financieros en su madrez. Se lo ha desvelado la propia actriz a Julie Miller en Vanity Fair, donde indica que tras leer el guión, entendió que la auténtica revolución del film era mostrar a una mujer madura que todavía no se ha centrado en la vida, según los paradigmas sociales, y con miedo a comprometerse. «Tener a una mujer de 25 años que no ponía orden a su vida no es algo peligroso. La apuesta sería mucho más alta, y se vería como algo mucho más importante, si cuando la madre de la protagonista se pusiera enferma las dos –madre e hija– fuésemos mayores –el papel de su madre lo interpreta, finalmente, Ellen Burstyn–, porque eso es lo que pasa en la vida real. Creo que ha mucha más comedia en la verdad», afirma a la publicación.
Stone se suma así a una liga de intérpretes que quieren sacudir los cimientos de un sistema que reniega de mostrar a mujeres maduras (más allá de ser retratadas como abuelas o madres de hombres a los que igual les sacan un par de años en la vida real): Susan Sarandon, Frances McDormand o Nicole Kidman no se cansan de reivindicarlo. Esta última (50 años) lo dejó claro al recoger en enero su premio del sindicato de actores: «Hace 20 años, estábamos bastante acabadas llegado este punto de nuestras vidas y ése no es el caso ahora. Hemos demostrado, estas actrices y muchas más están demostrando que somos potentes, poderosas y viables. Solo le pido a la industria que nos siga apoyando porque nuestras historias finalmente se están contando. Es sólo el principio y estoy orgullosa de ser parte de una comunidad que está instigando este cambio, pero aplaudiré a los guionistas, directores e inversores que apoyen nuestras historias. Podemos continuar haciendo esto, pero solo con el apoyo de la industria, de su dinero y pasión».
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