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Marisa Paredes: “Es muy duro verse en el cine con arrugas como surcos”

Tras una vida dedicada a la interpretación, la actriz madrileña ya solo trabaja por proyectos que la estimulen, como ‘Mi familia italiana’.

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Dijo que sí al papel de Ramona en Mi familia italiana porque era una comedia. «Siempre me han llevado por el lado del drama y el sufrimiento, así que cuando la directora, Cristina Comencini, me envió el guión y me hizo gracia no lo dudé», cuenta Marisa Paredes (Madrid, 1946). El rodaje de este filme italiano, junto a los españoles Candela Peña, Jordi Mollá o Lluís Homar y que se estrena el 17 de julio, resultó de lo más accidentado. «Yo me rompí dos costillas y tuve que estar 10 días en cama». Y al mes de finalizar falleció la actriz Virna Lisi. «Cuando me enteré, me llevé un disgusto enorme. La muerte siempre nos sorprende, pero en su caso, que estaba como una rosa y hablábamos tanto del estreno en Madrid, me impactó. Cuesta asimilar que alguien desaparezca de un día para otro». Marisa habla con un halo de despiste, pero mientras conversa evidencia su obsesión por el significado de las palabras, por la importancia de utilizar el vocablo preciso.

Ha dicho que después de la temporada teatral de 'El cojo de Inishmaan' y de esta cinta quería descansar. ¿Lo está haciendo?

Sí. Me estoy dando un respiro. Estoy cansada. He trabajado desde los 15 años y ahora solo quiero hacer cosas que me estimulen. Esa pasión que tenía al principio, cuando quería que me lo dieran todo y entregarme a la profesión en cuerpo y alma, agota.

¿Qué ha de tener un proyecto para que usted se apasione?

Lo primero, que haya un buen director que tenga toda la película en la mano. Y no te voy a dar nombres [risas]. Después, un buen guión y, luego, unos estupendos compañeros en el equipo artístico y técnico.

¿Todo esto antes que un buen personaje?

Sí. Porque si está dentro de un conjunto estimulante también lo es para mí. El personaje es muy importante para el actor, pero en un mal guión, con compañeros con los que no te entiendes o una errónea dirección, no tiene sentido.

¿Ha habido algún personaje que le haya cambiado personalmente?

Todos. Para bien o para mal, yo no sería como soy si no los hubiera interpretado a todos. Gracias a ellos he llegado a lugares oscuros que no sabía que tenía.

Una imagen de ‘Mi familia italiana’, su última película.

Wanda Visión

Pero la imagen de Becky del Páramo en 'Tacones lejanos' la inmortalizó.

Cuando la gente me reconoce, me cuenta que lo que recuerdan de esa película soy yo, con el traje verde de Sybilla cantando Piensa en mí, de Luz Casal. Ha quedado como algo icónico. Además, Pedro (Almodóvar) me regaló el traje y aún lo tengo. Es una parte de mí, algo que está muy dentro, pues esa cinta significó mucho. Fue el primer largometraje que hicimos juntos y quedó en el imaginario colectivo.

Ha tenido una relación muy estrecha con la diseñadora Sybilla.

Es una de mis preferidas, siempre he tenido un gran entendimiento con ella. Hemos colaborado mucho. Me ha hecho vestuario para filmes en los que no había presupuesto para contar con ella y solía vestirme cuando yo estaba en la Academia de Cine.

La cirugía y las actrices suelen ir de la mano. ¿Qué opinión le merece?

Que cada uno debe hacer lo que quiera, pero es muy duro verse arrugas como surcos en una pantalla gigante. O que el público te diga un día por la calle que estás muy mayor. Y todo porque acaba de visionar una película que rodaste hace 10 o 20 años… Todos envejecemos. A las personas no les gusta ver el paso del tiempo en los demás ni en ellos mismos.


Usted es una madrileña de pro, ¿cómo ve su ciudad?

Pues muy sucia. Y además se ha convertido en una terraza. No hay sitio donde vayas que no esté invadido por mesas. Comprendo que son muy buenas para todos pero tiene que haber un orden. Yo voy a París, Londres u otra capital europea y no las veo así. Muchos turistas vienen a España a beber lo que no beben en sus países. Y a las 3 de la mañana siguen bebiendo y gritando. Y mean en las esquinas. Dentro de la ley mordaza eso no se ha puesto. La ley mordaza debería ser para los que están tomando la ciudad por asalto. Ahora confío muchísimo en que Manuela Carmena ponga orden. (Se enciende un cigarro y continúa) Me enfada que no haya sitio para sentarse en las plazas. Era una manera donde encontrarse, convivir, hablar de las cosas cotidianas. Quitando bancos y llenándolo todo de terrazas, las ciudades están dando la espalda a que la ciudadanía se entienda, se reúna y se comunique.

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