¿De verdad Marisa Tomei ganó un Oscar por error? La historia detrás del premio más controvertido del cine
La intérprete neoyorquina, que cumple 56 años, recogió la estatuilla a mejor actriz secundaria por Mi primo Vinny en 1993. La crítica puso en duda la calidad de su interpretación y corrió el rumor de que su nombre no era el que aparecía en el sobre.
Cuando Marisa Tomei fue nominada a mejor actriz secundaria en los Oscar de 1993 por su papel en Mi primo Vinny, las posibilidades de que la estatuilla acabara en su salón eran más que remotas. Hasta el momento su filmografía se reducía a escasos proyectos de segunda división y, aunque su interpretación de Mona Lisa Vito, una peluquera de extrarradio novia del abogado encarnado por Joe Pesci, logró atención por su frescura, pocos daban un duro por verla recoger el premio. Competía en la categoría junto a rostros más conocidos (Miranda Richardson, Vanessa Redgrave, Joan Plowrigh y Judy Davis, siendo una de las favoritas por Maridos y Esposas), no había logrado ningún galardón en la temporada de premios (Plowrigh se había llevado el Globo de Oro por Un abril encantado) y la critica llegó a preguntarse si su nominación iba en serio. Pero entonces, en un inesperado giro de guion, el entregador Jack Palance pronunció el nombre de la actriz que ahora cumple 56 años. Y en ese mismo instante nació la leyenda que la lleva persiguiendo toda su carrera.
Un año después de recibir en galardón, The Hollywood Reporter se hacía eco de un rumor que aseguraba que el presentador no pudo leer la tarjeta con claridad por encontrarse bajo los efectos del alcohol y salió del paso diciendo el nombre de Tomei. El propio reportaje tildaba la anécdota de «estupidez» y «cotilleo», pero eso no evitó que sobreviviera al paso del tiempo planeando sobre la carrera de la actriz, que en más de una ocasión ha tenido que mantener el tipo cuando ha sido preguntada por la veracidad de la historia. Aunque el mismo año en que salió publicada la noticia del supuesto error Tomei se marcó un monológo en Saturday Night Live desmintiéndolo, años más tarde confesaría en una entrevista para GoldDerby que aquella historia le había hecho daño.
No es de extrañar ya que lejos de deshacerse, la bola de nieve se fue haciendo más grande con el paso de los años. En 1997, el polémico crítico Rex Reed afirmó en el programa del abogado y presentador Gerardo Rivera que Palance estaba «borracho o colocado» cuando anunció a Tomei como mejor actriz secundaria y que la verdadera ganadora había permanecido oculta gracias a una «conspiración masiva». Fue entonces cuando otro crítico, el mítico Roger Ebert (el único que, por cierto, había pronosticado que Marisa Tomei sería la vencedora), pidió explicaciones a la Academia. «Si sucedía un error así, los contables de PriceWaterhouseCoopers aparecerían en el escenario para enmendar la situación», dijeron entonces.
El episodio que se llevó todos los titulares en los Oscar de 2017 probó esa tesis. El error al anunciar La La Land como mejor película fue enmendado en el mismo momento entregando la estatuilla a la verdadera vencedora, Moonlight. Fue entonces cuando medios como The Washignton Post recuperaron la historia de Marisa Tomei pidiendo justicia. «Los rumores parecían asumir que si Palance hubiera leído el nombre equivocado, la Academia le seguiría el juego fingiendo que era la legítima ganadora. Es por eso que el error de esta edición supone una reivindicación para Tomei: demostró que, en el caso de un error, el personal está listo y preparado para corregirlo, sin importar cuánta vergüenza o humillación pueda sobrevenir».
A pesar de esa ‘prueba’ y de la aclaración emitida por la mismísima Academia, la sombra de la duda ha planeado sobre la carrera de la actriz, que –aunque ha acumulado otras dos nominaciones más (por En la habitación y El luchador)– no ha llegado a convertirse en la gran estrella que prometía aquel temprano Oscar. Encasillada durante algún tiempo en su papel cómico de Mona Lisa Vito, demostró que sabía hacer mucho más en filmes como Solo tú, Antes de que el diablo sepa que has muerto, Crazy Stupid Love o Los idus de marzo y se metió en el bolsillo al gran público interpretando a la tía May en las últimas y taquilleras reinvenciones de la saga Spider-Man. Pero Tomei cumple 56 manteniendo un perfil tan discreto como prolífico en la caprichosa industria hollywoodiense. Con tres proyectos en camino (Sweet Girl, una de acción que se estrenará el Netflix, el drama Delia’s Gone y una nueva de Spider-Man), la actriz ha logrado un reconocimiento por su capacidad para dotar a los personajes femeninos de una singularidad y personalidad de la que no siempre han gozado. Y sí, sus interpretaciones en los 90 también la convirtieron en un icono de estilo del minimalismo en pantalla que sigue siendo fuente de inspiración hoy.
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