Lizzy Caplan: «Se puede separar el sexo del amor, pero no por mucho tiempo»
Le pone ir de heroína feminista. Quizá por eso atrae tanto su enérgica interpretación de la carismática Virginia Johnson en Masters of Sex.
El papel que la dio a conocer hace 10 años, el de la rebelde Janis Ian en la película Chicas malas, fue a la vez cruz y bendición para la actriz Lizzy Caplan. Por un lado, se libró de los papeles de «novia de», pero por otro corría peligro de ser condenada a algo casi peor: ser siempre la amiga sarcástica de la protagonista. Hollywood no tenía muy claro qué hacer con su talento, pero la televisión salió a su encuentro y le dio la oportunidad de lucirse: primero en la comedia de culto Party Down y ahora como protagonista de Masters of Sex.
Canal+ acaba de estrenar la segunda temporada de esta serie sobre los doctores Masters y Johnson, la pareja que revolucionó las ideas sobre la sexualidad en los años 50. Hablamos con la protagonista a las pocas horas de saber que está nominada al Emmy por su interpretación de Virginia Johnson, a la que define como «una heroína feminista».
¡Enhorabuena!
Gracias, estoy extremadamente feliz y emocionada. Son muchas cosas las que me pasan por la cabeza. Siempre pensaba que cuando los actores dicen eso de «ya es un honor estar nominado» era una patraña, pero ahora me doy cuenta de que no.
¿Le ha faltado la nominación a su compañero, Michael Sheen?
Desde luego. Se la merecía al 100%. Es la persona más comprometida y brillante con la que he tenido el privilegio de trabajar. Su talento está a otro nivel.
La primera temporada terminó con Virginia en la puerta de su casa y Masters declarándole su amor (a su manera) bajo la lluvia.
Hemos visto esa escena tantas veces… Pero tal y como lo hicimos fue distinto. La relación entre ambos en la vida real no se regía por los parámetros de la clásica historia de amor. Fue muy compleja y lo siguió siendo hasta que murieron. Esta temporada es muy diferente, porque ellos ya no son dos extraños que empiezan a trabajar juntos, ahora mantienen una relación. Cómo lo resuelven es algo que espero que siga fascinando durante muchas temporadas.
Lizzy Caplan y Sheen, en una imagen promocional de la segunda temporada de ‘Masters of Sex’.
Cortesía de Canal+
Su retrato de Virginia es enormemente positivo. Hasta el punto de que no está claro por qué quiere estar con Masters.
La característica número uno de Virginia y que destacan todos los que la conocieron, incluso cuando ya era muy mayor, es su magnetismo, su carisma y sex-appeal. Era extraordinariamente sexy, lo que en muchas situaciones no se ve como un as en la manga. Las otras mujeres desconfían de ella, los hombres pueden aprovecharse de ello. Pero tuvo la suerte de encontrar el lugar y el trabajo en el que podía explotar esas cualidades. El nivel de comodidad que ella sentía con su propio cuerpo y con su sexualidad, que eran cosas que no se celebraban precisamente en Estados Unidos, se convirtieron en puntos a su favor.
En la serie, las mujeres chocan constantemente contra el techo de cristal. ¿Se ha evolucionado mucho o poco desde los 50?
Ahora puede parecer que la discriminación no es tan sangrante como entonces, pero no hace falta indagar demasiado para ver que todavía nos queda mucho por delante. Sigue siendo igual de difícil conciliar la vida familiar con la laboral y se espera que las mujeres se comporten de manera diferente en el mundo del trabajo. Toda esa asertividad que se aplaude en los hombres no está tan bien vista en ellas. Si se comportan así, se les llama mandonas. En mi industria tenemos un número obscenamente pequeño de guionistas y directoras.
Y a usted, ¿le gustaría escribir y dirigir?
Con la escritura hago mis intentos, pero me falta constancia. Dirigir sí me gustaría. Hacerlo en la serie estaría bien. Conozco al equipo y me llevarían de la mano.
Masters y Johnson intentan separar el sexo del amor, sin mucho éxito.
Se puede conseguir, pero esa separación tiene fecha de caducidad. Inevitablemente, uno de los dos acabará sintiendo algo y se notará en el momento más inoportuno. Pero me parece injusto que se crea que siempre es la mujer.
Masters of Sex es casi un alegato por la educación sexual. ¿Sigue haciendo falta?
Oh, sí. Hay muchas ciudades en EE UU donde no se quiere enseñar. Una de las cosas más peligrosas que se puede hacer en una escuela es traer a esos «profesores de abstinencia sexual», porque todas esas preguntas quedan sin responder. Muchos niños no tienen una persona a quien preguntar sobre sexo, es descorazonador.
¿Cómo fue su educación en este campo?
Crecí en Los Ángeles y fui a una escuela muy progresista en la que se hablaba de sexo. Además, mi madre y mi hermana mayor me enseñaron todo lo que hay que saber.
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