La rentabilidad de apellidarse Kardashian

No es actriz ni modelo profesional. Tampoco es cantante. Lo más cercano a una profesión que tiene es ser estrella de un ‘reality show’. Sin embargo, Kim Kardashian (Los Ángeles, 1980) tiene muy claro cómo hacer negocio con su imagen.

¿Famosa por no hacer nada? Sí. Pero, además, increiblemente rica. Tanto como para haber amasado en los últimos años una fortuna de 40 millones de dólares, lo que lógicamente despierta un cierto odio en Hollywood y también entre el público. Buena prueba de ello es que acaba de ser elegida la famosa más ‘annoying’ (pesada) del año en una encuesta publicada en la revista Parade .

Pero a ella eso le da igual. No solo puede presumir de tener un fantástico ojo para multiplicar billetes de dólar. También ha conseguido colocar a sus cuatro hermanas, incluso a las menores de edad, y a su madre, Kris, que es su manager. Su hermana menor, Kylie Jenner, ha debutado como modelo en la New York Fashion Week a los 17 años.  Kourtney y Khloé, con las que acude a todos los saraos, tuvieron su propio ‘reality’, ‘Kourtney y Khloé take Miami’, y son socias en casi todos los proyectos de Kim, lo que  les ha llevado a ingresar en los últimos años unos 25 millones de dólares. Su madre, que tiene que dar el visto bueno a todos los proyectos de sus hijos, ha dicho en alguna ocasión que de saber que serían tan rentables «habría tenido más descendecia». Las Kardashian son un clan. Y quizá eso sea lo que les hace tan fuertes.

El patriarca de esta familia era el abogado Robert Kardashian (conocido por ser la defensa en el polémico caso de O.J. Simpson). Kim saltó a la fama cuando salió a la luz su famosa ‘sex tape‘. Eso la llevó a protagonizar con toda la familia el reality ‘Keeping up with the Kardashians’, un éxito total de audiencia para E! Entertainment que proporcionó a Kim sus primeros millones. Con ellos comenzó a construir la base de su imperio anunciando todo tipo de cosas y cobrando por cada evento en el que prestaba su imagen. Como estrategia de negocio eligió la filosofía de no mover un dedo si no había un cheque con varios ceros encima de la mesa. Hasta ahora le ha funcionado a la perfección.

Mientras otras celebtities tipo Lauren Conrad o los protaganistas de Jersey Shore se conformaban con la fama que les proporcionaba el ‘reality’, Kim y los suyos usaban el programa para hacer publicidad de su imperio y hacerlo cada vez más grande. La cadena de televisión E! Entertainment se mostraba encantada. Al fin y al cabo, sale más barato fabricar una estrella que pagar a una ya existente.

Quizá una de las cosas que más sorprenda de la capacidad de Kim para aumentar ceros a su cuenta corriente es que pueda ingresar 10.000 dólares por escribir 140 caracteres. Los mismos que tiene un Tweet. Según el diario The Guardian, 10.000 es el mínimo, pero las marcas pueden llegar a pagarle seis cifras por citarlas en su cuenta de Twitter, donde ya le siguen diez millones de personas.

Pero sigamos haciendo cuentas. Además de los 6,5 millones de dólares que le reporta su show y la pasta que se embolsa con Twitter, Kim gana mucho dinero en la industria de la moda. Solo su tienda de ropa de Miami, ‘Dash’, le da unos beneficios de 800.000 dólares al año. Y tiene otras dos: una en Las Vegas y la otra en Los Ángeles. Para anunciarla, las hermanas no han dudado en posar con algunas de las prendas de la nueva temporada. La familia es la familia. Además, Kim ha lanzado sus propios perfumes, acaba de presentar una línea de ropa y complementos para los grandes almacenes Sears junto a sus hermanas y es estilista de la página de zapatos shoedazzle.

Por si esto fuera poco, este año ha cerrado un negocio redondo: su boda con el jugador de la NBA Kris Humphries, que le regaló un anillo de compromiso de nada menos que un millón de dólares. Entre la pedida, la boda y la luna de miel ha ingresado otros dos millones de dólares en exclusivas con People. Eso sin contar los beneficios del programa especial que se emitirá este octubre en E! Entertaiment. Está claro que estos tiempos hay pocas cosas más rentables que apellidarse Kardashian.