La prueba de fuego de Claire Danes

Claire Danes sabe lo que es vivir en la cabeza de otra persona. Desde hace cuatro años, comparte el caos mental de Carrie Mathison, la agente bipolar obsesionada con la lucha antiterrorista de Homeland. La última temporada cerró una etapa; ahora, comienza otra (en Fox, a partir del 9 de octubre) con una nueva vida en Pakistán, lejos de sentimentalismos y de la sede de la CIA.

A la actriz, que le debe dos Emmy y dos Globos de Oro a este personaje, apenas le queda tiempo libre entre el rodaje y los cuidados que requiere Cyrus, el hijo de año y medio que tiene con Hugh Dancy, protagonista de la serie Hannibal. Eso sí, cuando puede, borda camisolas de bebé para ella y sus amigas. «Es el pasatiempo perfecto, porque no soy capaz de leer nada que no sea el guión de la serie, y los crucigramas no me van. Bordar es genial, me ayuda a darle un respiro a la mente».

No le importaría hacer un cambio de registro. «Interpretar a alguien que no esté viviendo una crisis todo el tiempo… ¿Una comedia? No es pedir tanto», insiste divertida. Su contrato dura siete años y ya va por el cuarto, que se aventura también lleno de acción. «Carrie está destrozada tras lo ocurrido y es tan volátil que resulta un poco insoportable», añade con humor.

A pesar del aburrido vestuario que lleva en la serie, la actriz es una gran fan de la moda y le gusta dejarse ver sobre la alfombra roja con modelos de Givenchy, Gucci, Zac Posen y Valentino, su «casa favorita». La estilista Petra Flannery, quien también viste a Amy Adams y Zoe Saldana, la ha convertido en una de las actrices más fotografiadas: «No bromeo. Los estándares de belleza están muy altos. Se ha llegado a un punto que es una locura casi insostenible».