La estrategia involuntaria de Coco Arquette, la hija de Courteney Cox: la nueva ‘nepo baby’ influyente a su pesar
Canta con Ed Sheeran, su madrina es Jennifer Aniston y comparte tatuaje con Laura Dern. A sus 19 años, la hija del matrimonio que conformaron Courteney Cox y el también actor David Arquette enfila una carrera en el mundo del entretenimiento que su madre considera inevitable.
De Lila Moss a Apple Martin, pasando por Harper Seven Beckham, Violet Affleck o Suri Cruise. Da igual el número de debates y polémicas que hayan germinado en los últimos meses respecto a la legitimidad o no de los conocidos como nepo babies –hijos de famosos que siguen sus pasos en la disciplina artística correspondiente–, la nueva generación de jóvenes con linaje se asoma a la nueva temporada dispuestas a situarse en el sitio que les corresponde por pedigrí. Establecidas ya en la industria figuras como Dakota Johnson, Zoë Kravitz, John David Washington, Lily-Rose Depp o Maya Hawke, es hora de conocer a una nueva camada que cuenta ya con la atención de la prensa, la curiosidad de cientos de miles de seguidores en sus redes sociales y los contactos profesionales derivados de su apellido. La última en salir a la luz pública es también una de las más reticentes en hacerlo, pero quizá una de las que mayor futuro tiene: Coco Arquette.
A sus 19 años, muy poco se sabe sobre la hija de Courteney Cox y David Arquette. Ella es famosa desde antes de nacer, por el largo periodo de tratamientos de fertilidad que la actriz conocida por dar vida a Monica Geller en Friends sufrió en primera persona. Por ejemplo, Cox calificó de “terrible” tener que rodar la escena en la que Rachel (Jennifer Aniston) da luz a un bebé justo después de haber tenido ella misma uno de sus diferentes abortos. Tras someterse a un tratamiento de fecundación in vitro llegó la primera y única hija de la pareja de actores, que se habían conocido durante el rodaje de Scream en 1996 y habían pasado por el altar tres años después. Se separaron en 2013 y este rehízo su vida con la productora Christina McLarty, con quien tuvo otros dos niños varones. Precisamente, ha sido en la más reciente entrega de la saga que unió a sus padres, Scream VI, la que provocó que el pasado marzo Coco venciera su timidez y decidiera posar en la alfombra roja junto a su madre.
Hasta entonces, las únicas pinceladas sobre el desarrollo vital de la joven las hemos tenido gracias a las redes sociales y a la ristra de caras conocidas que comparten con ella su rutina. No le hace falta ningún atisbo de networking, su red de contactos es una de las más privilegiadas de Hollywood. Su madrina, que la denomina con el apodo cariñoso de Cocolicious, no es otra que Jennifer Aniston; y comparte con una ganadora del Oscar como Laura Dern –y sus dos hijos– el símbolo de un avión de papel tatuado que se hicieron estas pasadas Navidades. Estrellas como Michelle Pfeiffer o Lisa Kudrow le felicitaron su último cumpleaños en Instagram con palabras de gran afecto y su mejor amiga durante la adolescencia es Iris Apatow, la enésima ‘hijísima’ de Hollywood que también apunta a una carrera en el séptimo arte. Sus padres son el director Judd Apatow y la actriz Leslie Mann, y su hermana, Maude, es conocida por haber dado vida a Lexi en Euphoria.
Pero si por algo ha destacado en los titulares de la prensa rosa las inquietudes artísticas de la joven es por su incuestionable talento vocal. Coco Arquette es una cantante prometedora y acostumbra a deleitar con su voz a los invitados que frecuentan la mansión familiar, con su madre siempre al teclado. Acompañada también por la pareja de Cox durante la última década, el músico de la banda Snow Patrol Johnny McDaid, la joven ha tenido la oportunidad de compartir veladas musicales con estrellas de la talla de Ed Sheeran, Elton John, Brandi Carlile o Natasha Bedingfield. A su propia madre le llama la atención la naturalidad con la que su primogénita se toma la presencia de estrellas globales en su casa. “No puedo impresionar a esta chica, no puedo. Yo le digo, ‘¿quieres cantar con Ed (Sheeran) esta noche?’. Y ella me contesta, ‘Mmm, no’. Así que la soborno para que haga cosas conmigo”, desveló Cox en el programa de Jimmy Kimmel.
Actualmente Coco se encuentra en el año sabático tan habitual entre los cachorros de la élite antes de empezar sus estudios universitarios, una decisión que su madre celebra al haber dilatado el “síndrome del nido vacío”. Sin embargo, y pese a su casi nula experiencia profesional hasta la fecha, Cox ya ha dejado claro que el futuro de su hija también pasa por el mundo de la interpretación. “Ella ha estado haciendo obras desde el jardín de infancia. Habrá hecho unos 33 musicales”, explica. Fruto de la edad o no, lo cierto es que la actriz dice luchar cada día contra la timidez de la joven, que se siente “torturada” cada vez que tiene que aparecer en uno de los vídeos del exitoso Instagram de su madre –con casi 13 millones de seguidores– y que se niega a ver los últimos trabajos cinematográficos de sus progenitores. “A ella no le gusta salir en mi Instagram, se enfada mucho y tengo que negociar. Pero ya que va a entrar en este negocio tendrá que acostumbrarse a tener unos cuantos ojos puestos en ella”, reflexionaba Cox, que la hizo debutar con un pequeñísimo papel en la serie Cougar Town.
Y ya está en ello. Aunque su cuenta de Instagram no cuenta con más de medio centenar de fotos publicadas, la mayoría instantáneas tomadas con amigos durante vacaciones o festivales como Coachella, ya supera los 300 mil seguidores en la mencionada plataforma. Como californiana y buena representante de la Generación Z su armario está repleto de guiños a las tendencias dosmileras que regresan al calor de la fiebre por el estilo Y2K: corpiños ajustados, camisetas cropped, prendas repletas de aberturas cut out y un buen surtido de minivestidos ajustados definen su guardarropa. Su tía, la ganadora del Oscar por Boyhood Patricia Arquette, desveló también el gusto que siente la joven por la moda hasta el punto de que era una de sus consejeras a la hora de elegir look para acudir a las diferentes galas de premios. Poco más sabemos de ella: su comida favorita es el sushi aunque come pasta cada día de la semana, sus seres más cercanos destacan en ella el sentido del humor como uno de los rasgos más destacables de su personalidad y que, de poder elegir, Coco habría apostado por mantener una relación con Joey en lugar de con Chandler. Al menos en ese aspecto, nos quedamos con la elección que hizo su madre en la ficción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.