Kendall Jenner levanta pasiones
Con 30 millones de seguidores en redes sociales, la pequeña de las Kardashian se hace con lucrativos contratos y perfila una nueva figura a medio camino entre modelo e it girl con arrastre digital.
Solo tenía 11 años cuando su familia al completó empezó a vivir con petacas de sonido enganchadas a la ropa hasta para ir al baño, cámaras en la cocina y guiones para sus peleas espontáneas. Junto a su hermana Kylie, solía ser figurante con frase en los dramas de sus mayores, Kim, Khloé y Kourtney, en Las Kardashian (Fox Life). En un episodio trepidante del reality, las dos pequeñas desaparecen mientras el clan está de vacaciones en Tailandia, las buscan en todos los hoteles de lujo hasta que las descubren dándose masajes y una llorosa Kris, la madre-mánager, las arrastra de vuelta a su resort. Ese es todo el protagonismo que podían alcanzar.
Así que Kendall Jenner habitaba un extraño estadio de la celebridad desde la infancia: famosa ma non troppo. Hace poco más de un año, la adolescente decidió que quería dedicarse en serio a la moda. Le ayudó el hacerse con madrinas como la poderosa estilista Katie Grand, que la recomendó a Marc Jacobs y la colocó más tarde en la portada de la revista Love. Mientras los tabloides seguían publicando historias apócrifas sobre la supuesta inquina que le tienen las otras modelos profesionales –se dijo que en la New York Fashion Week le echaron colillas en la bebida–, Jenner se iba haciendo un hueco en tiempo récord en los desfiles más codiciados, sumando campañas como la de Givenchy (el director creativo, Riccardo Tisci, es íntimo de su cuñado, Kanye West) y ganándose el respeto, o por lo menos el espacio, de la prensa especializada. Le costó bastante menos que a su hermana Kim protagonizar un editorial en Vogue USA. De ahí pasó a las portadas de los especiales de moda de Interview y Dazed & Confused. Y en un extraño giro de los acontecimientos, hasta ha escrito un artículo de opinión en The Wall Street Journal. Todo sin tener que sacrificar sus orígenes folletinescos. Al contrario. Ahora protagoniza sus propias peleas (con su hermana Kim) y romances, como el rollo con Harry Styles.
Kendall & Kylie para la colección de PacSun.
Cortesía de PacSun
Efecto «me gusta». Para entrar en el verdadero cogollo de las supermodelos, solo le faltaba una cosa: un contrato con una casa de belleza. Y en esto llegó Estée Lauder, que la ha fichado como nueva imagen. En el comunicado de prensa, la presidenta de la marca, Jane Hertzmark Hudis, se refiere a Jenner como «la instagirl definitiva» y hace mención expresa a «su extraordinario poder en las redes sociales», que han de servir para dar a conocer la firma a una nueva generación. Aunque la campaña no verá la luz hasta otoño, desde el mismo día que se conoció el fichaje la compañía ha estado compartiendo contenido creado por Jenner. Desde su departamento de Comunicación Global especifican que esa será su misión: «Ayudarnos a crear contenido que viva a la vez en sus canales y en los nuestros». En otras palabras, el gigante de los cosméticos no sólo ficha a Jenner, se hace también con sus 18 millones de seguidores en Instagram y sus casi 10 millones de fans en Twitter. «En algunos aspectos, Kendall pega con los valores de la casa, su belleza es internacional y puede hablar a ciertas minorías. En otros no, porque la mujer tradicional de Estée Lauder es muy clásica», opina Dinah Sultan, consultora de la agencia de tendencias Peclers Paris. Sultan cree que el fichaje sí marca un camino a seguir en la industria: «Las modelos han entendido que vender su vida es más importante que vender su carrera. Lo vimos con Cara Delevingne. A partir de hora, las empresas van a estudiar estos factores».
p-v 2015 Emilio Pucci.
InDigital
Esto genera un nuevo perfil profesional híbrido, a medio camino entre la maniquí y la bloguera. «Podríamos decir que es una influencer del medio digital o una it girl punto cero», concluye Beatriz Portela, fundadora de Okiko Talents, la agencia de representación de los blogueros españoles que más recaudan. Gigi Hadid sería otro ejemplo de instamodelo.
No todo el mundo está encantado con el cambio. Nacho Aysa, booker de la agencia The Cool Models, lamenta que las modelos dediquen demasiado tiempo a sus perfiles online y poco a trabajar. «El número de seguidores que tiene una persona no la hace interesante o destacable», señala. Las 914 personas a las que «les gusta» una foto de Kendall tirada en la arena con Olivier Rousteing discrepan.
Con Kim Kardashian en París.
Cordon Press
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