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Estopa: «Preferimos ir de catetos que de listillos»

La «rumba moderna» de estos voceros callejeros celebra 15 años llenando estadios. Ellos son, en esencia, los mismos. Aunque ahora las litronas se las toman en casa.

Estopa

David y Jose Muñoz viven «a ocho minutos caminando» el uno del otro, cerca del Bar La Española, que regentaban sus padres en Cornellà, y no muy lejos de su estudio de grabación, que ahora le han prestado a «la Shakira, una tía muy maja», quien ha estado allí grabando con «el pelos» (LMFAO) y «el calvo guarrete» (Pitbull). Intentar transcribir sus palabras como si fueran dos entidades separadas tiene su miga, porque lo normal es que uno empiece la frase y el otro la acabe. Y que entre los dos terminen hablando de algo totalmente distinto a lo propuesto. Lanzan Esto es Estopa (Sony BMG), un disco-DVD grabado en directo en México D. F., y en abril iniciarán una gira española por teatros pequeños. «Solo mi hermano y yo y dos guitarras de palo», resume David. O Jose. En fin, uno de los dos.

¿Por qué en directo y por qué en México?

David: Esto te lo ofrecen. Lo que nos dijeron para convencernos es que en América necesitábamos un DNI más firme. Habíamos sacado muchos discos pero dejamos de ir a tocar allí, no tenemos mucho espíritu circense. Pensábamos que, con tanta gira, no nos salían canciones nuevas.

Las canciones están versionadas, pero aún se reconocen.

David: ¿Has oído La raja de tu falda? La hemos hecho en plan cumbia.

Jose: Es rumbia: rumba más cumbia. Hacía tiempo que nos producíamos nosotros mismos, pero ahora hemos trabajado con Cheche Lara, que es un Pep Guardiola de la música. Entiende nuestras canciones. A las rumbas les ha dado el toquecito latino, pero nada que ver con la salsa, ¡eh! David: Yo odio la salsa. Ni salsa, ni mariachis, ni rollito Beyoncé.

¿No reniegan de ninguna de esas canciones antiguas? Hay artistas que deciden no tocar algunos de sus temas míticos.

David: Tuvimos un problema con La raja de tu falda. Estuvimos como dos giras sin tocarla, pero luego nos dimos cuenta de que era una chorrada. Igual no habla del ser-o-no-ser-esa-es-la-cuestión, pero tampoco es una canción banal.

Han dicho alguna vez que cuando comenzaron en este mundo eran unos catetos.

David: Sí, catetos y súmale ignorantes.

Jose: Y súmale que seguimos siéndolo.

David: Uno no se quita la ignorancia. Es como la boina, pero no me importa en absoluto.

Jose: Preferimos ir de catetos que de listillos.

Cuando empezaron, todo era muy distinto.

David: Sin Internet, con la peseta. Los contratos decían: «Os vamos a cobrar el 89% de las ventas de Internet». Y nosotros: «Vale, lo de Internet va a durar dos telediarios».

Jose: Antes vendíamos millón y medio, que era la hostia, y ahora vendemos 100.000, que es lo máximo que se puede vender.

No cantan sobre lo que está pasando.

David: A nosotros nos salen canciones de dentro, no sobre lo que pasa fuera. Básicamente, lo que ha cambiado en nuestras vidas es que ya no estamos en el parque tomando litronas. Ahora nos las tomamos en casa.

Jose: Y somos más diurnos, la noche la hemos aparcado.

¿Nunca han tenido afición por la moda?

Jose: ¡Uy!, no. Un periodista dijo que éramos de la moda Lopri. Lo primero que pillamos.

David: En una sesión de fotos me querían poner unos pantalones estrechitos y otra vez una camiseta rosa. Dijimos que por encima de nuestro cadáver.

Jose: Ropa ajustada, nunca.

David: Mola que te envíen ropa. Hace años que no compro unas bambas, por ejemplo. Mejor, porque odio a muerte ir a comprar.

Los hermanos en la música suelen acabar fatal. Los Davies de los Kinks y los Gallagher de Oasis no se hablan.

David: Es triste. En nuestra familia no pasa. Si hubiéramos trabajado en otra cosa, la relación habría sido la misma.

Jose: Hubiéramos heredado el bar de nuestros padres. Uno en la barra y otro en la terraza.

Son de Cornellà y Zarza Capilla. ¿Cómo ven el asunto de la independencia de Cataluña?

David: Para mí es «el asunto», en minúscula. Uno más. Seguramente votaríamos en la consulta. ¡Hay que votar más, como en Suiza!

Jose: Lo que no creemos es que debamos decir a qué votamos.

David: Nunca hemos querido ir a mítines, ni tocar en sedes de partidos. Por un lado somos cantantes y por otro, ciudadanos.

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