Dasha Zhukova, la rusa que manda en el arte (y la moda)

“En 10 años ella dirigirá el mundo del arte”, así responde Marina Abramovic cuando le preguntan por Dasha Zhukova, una de las 100 personas más influyentes en el mundo del arte según la revista Art Review. Para muchos desconocida, esta  mujer de negocios de origen eslavo lleva años dando que hablar, desde que en 2006 se publicara su primera foto en Vogue USA. Casada con el magnate y empresario Roman Abramovich, la emprendedora Zukhova mamó desde bien pequeña la mano y el buen hacer de los negocios de su  padre, una de las grande fortunas rusas y magnate del petróleo Alexander Radkin Zhukov y el carácter minucioso y perfeccionista de su madre, la científica Elena Zhukova. Una carrera de fondo que ha catapultado a la fama a esta particular visionaria de la moda y el arte.

Su gran potencial para los negocios hace de Dasha (diminutivo ruso de Daria) una mujer con una meteórica carrera con tan solo 32 años.“Dasha nunca toma un no como respuesta. Posee esa confianza natural en sí misma y en que al final, sencillamente, las cosas pasan”, confesó Molly Dent-Brocklehurst, socia de Zhukova, al New York Times. Fundadora y propietaria de Garage, un prestigioso Centro de Arte Contemporáneo en Moscú -inaugurado en su día por la mismísima Amy Winehouse-, Dasha se dedica a introducir a la masa rusa a artistas de la talla de Carsten Höler o Marina Abramovic.

No ha estudiado Historia del Arte, pero la visión global obtenida de los diferentes países donde ha vivido ha hecho de Dasha una mujer con gusto que dicta lo que vale y lo que no. Más allá de verla por las calles de Londres paseando con un Birkin minutos antes de que llegue su chofer para recogerla en un Mercedes, Zhukova, al contrario que sus compatriotas obsesionadas con el estilo, ha querido reforzar su papel de mujer de negocios dejando a un lado el título de 'mujer de' que tanto le horroriza. Y es que antes del actual maridoencontramos el exjugador de tenis ruso Marat Safin, elegido diputado en su país natal, Rusia.

Garage Magazine, una publicación diferente y extensión impresa al museo, es la revista que dirige y en la que intenta fusionar moda y arte con colaboraciones de editores como Hirts, Giovanna Battaglia, Vanessa Traina o Julian Schnabel. Aunque ésta no es la primera incursión editorial de la rusa, ya que durante un breve periodo de tiempo trabajó como editora jefe de la revista Pop. También está unida a la firma de moda Kova&T, que lanzó en 2006 junto a su amiga Christina Tang y de la que recientemente se ha anunciado una colaboración con Urban Outfitters.

Habitual en el front row de desfiles de las grandes semanas de la moda así como presente en grandes fiesta del mundo del arte, Zhukova, afincada en Londres con su marido y sus dos hijos, es la gran imagen del estilo elegante y clásico de la gélida Rusia, sin renunciar a extravagantes piezas que combina a la perfección. Aunque su relación con el mundo de la moda va más allá de las propias prendas, siendo íntima de diseñadores como Marc Jacobs, Miuccia Prada o los directores creativos de Proenza Schouler.

Desde modelos como Natalia Vodianova o Natasha Poly, a diseñadoras y grandes nombres de la moda como Stella McCartney o Carine Roitfield, muchos son los que se han sucumbido a los encantos de la rusa. Pero, ¿cuál es el efecto Zhukova que hace de ella tan irresistible? “La combinación de una pasión genuina e inteligencia, como la de cualquier líder natural. Tiene la capacidad de atraer y captar a la gente creativa. Más que cualquier otro personaje, Dasha es responsable de colocar a Rusia en el mapa internacional del arte”, sentenció Larry Gagosian, importante galerista y comisario de arte americano.

A caballo entre Londres y Rusia (sí, otra que pasa más tiempo en aviones que en casa) Zhukova sigue ocupando titulares, el último su multitudinaria celebración de cumpleaños que contó con la actuación de la polémica Lady Gaga. Un fiestón en el barco de la pareja en donde se juntaron más de 300 personas del mundo de la música, cine y arte. Ahora bien, ¿qué le regalas a una persona que en su colección personal ya cuenta con un Lucian Freud valorado en 33 millones o un tríptico de Bacon en 86 millones? Toda una incógnita.