Batalla de ‘hijísimas’: Bee Shaffer Wintour vs. Julia Restoin-Roitfield

Son jóvenes, bien parecidas, bien relacionadas, viven en Nueva York y tienen un armario que ya quisieran muchas, con etiquetas que van de Balenciaga a Balmain, dando la vuelta al alfabeto. La madre de Bee Shaffer, Anna Wintour, dirige la edición estadounidense de Vogue. La madre de Julia Restoin-Roitfeld, Carine, estuvo al frente de Vogue París hasta 2011 (luego fundó su propia revista, CR Fashion Book).
Ambas acompañan a sus madres a los desfiles en ocasiones y se fotografían como (y con) celebrities de front row en París o donde toque. Pese al paralelismo que parece querer establecerse entre sus vidas, pocas cosas más comparten. No son amigas, ni enemigas. “Hablar de rivalidad entre yo y la hija de Anna Wintour es tonto”, dijo Julia Restoin-Roitfeld al Times de británico. “Para empezar, soy mayor que ella y tenemos un círculo de amigos completamente diferente. ¿Por qué la gente asume que tendríamos que ser amigas? La prensa siempre está tratando de enemistar a las que consideran herederas del mundo de la moda. Es ridículo”.

Las hijisimas, con sus respectivas.

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Bee –de nombre real Katherine– tiene 26 años y es la benjamina de Wintour, que tiene otro hijo, Charles, de 28 años, ambos fruto de su primer matrimonio con David Shaffer. Bee nació en Londres, aunque se crió en Nueva York después de que su madre consiguiera el trabajo que la ha hecho mundialmente famosa (con la película El Diablo viste de Prada mediante). Su padre trabaja como psicólogo infantil en el Hospital New York Presbyterian.

Julia tiene 33 años, nació y creció en París, y es la primogénita de Carine Roitfeld y Christian Restoin, matrimonio que ha celebrado su treinta aniversario. Al igual que Bee, también tiene un hermano, en este caso menor. Hace diez años que vive en Nueva York. Allí estudió en la Parsons School of Design.

A la hija de Anna Wintour le interesa la moda, pero no parece ser (por el momento) su aspiración profesional. De manera muy precoz hizo sus pinitos en el mundo editorial. A los 17 años fue editora colaboradora de Teen Vogue y, mientras estudiaba en la Universidad de Columbia, escribía una columna para el Daily Telegraph. Cuando se graduó en 2009, comenzó a trabajar en la web CollegeHumor y ahora parece querer hacer carrera en la televisión. Hace tres meses se incorporaba como productora al equipo del espacio Late Night de Seth Meyers de la NBC. Antes había trabajado en la serie Glee, de Ryan Murphy. Apenas tenía experiencia por aquel entonces y eso hizo correr rumores de nepotismo y dudas acerca de si mamá había hecho un par de llamadas. Su paso al equipo de Seth Meyers (portadón del último número de Time) le ha supuesto mover su residencia de Los Ángeles a Nueva York, la ciudad donde creció.
 

Restoin-Rotfield, con un estilo más desenfadado que el de Bee Shaffer lejos de la alfombra roja.

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Restoin-Roitfeld, sin embargo, siempre tuvo claro que su carrera sería en la moda. Si el íntimo amigo de su madre Mario Testino la fotografió a los 10 años, el aún más íntimo Tom Ford la elegió como imagen de su fragancia, Black Orchid, en 2006. Combina sus trabajos como modelo (en campañas como la de Lancôme o Roberto Cavalli para H&M) y embajadora de firmas (Accesorize o Mango), con su trabajo como directora creativa y consultora de moda independiente con las firmas más importantes, desde Alexander Wang a Max Mara o Miu Miu. Se la puede contratar y ver su portfolio a través de su web.

En sus vidas personales, la cosa tampoco va muy paralela. Restoin-Roitfeld mantuvo una relación de cuatro años con el modelo sueco Robert Konjic (con quien rompió el pasado octubre), padre de su hija Romy, nacida en mayo de 2012. Su cuyo crecimiento se puede seguir casi en directo en su Instagram y también en la web Romy and the Bunnies, que Julia fundó al poco de nacer su hija y donde comparte fotos y tips para otras mamás, del tipo qué faja usar después del parto. La web aún no le es rentable, según ha explicado recientemente, pero tiene “grandes planes” para que la cosa cambie.

La joven Bee también ha roto recientemente con su novio, Jake Hurwitz, un guionista con el que salía desde hacía dos años y que conoció en su primer trabajo tras la universidad.

Shaffer sigue los pasos de Wintour en cuanto a estilo se refiere.

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La importancia que las hijas de Wintour y Roitfeld le dan a la moda es muy diferente. “Tenía 10 u 11 años cuando algunas compañeras de colegio me dijeron que conocían a mi madre, y eso me hizo tomar conciencia del mundo del que venía. Ella trabajaba en Glamour en esa época y me llevaba a las sesiones de fotos. Conocí desde muy pequeña a mucha gente creativa”, ha dicho Julia. “Alguna gente piensa que la ropa son sólo prendas para cubrirse a una misma, pero para mí son una especie de nuevo arte”, asegura.

Declaraciones que chocan frontalmente con el planteamiento de Bee: “El mundo de la moda me parece divertido, pero no podría estar hablando de eso todo el día”, dijo a los periodistas durante la presentación del documental The September Issue. “No me siento para nada distinta al resto cuando estoy con mis amigas, pero si voy a una fiesta importante o un desfile de modas, tengo muy claro que la única razón por la que estoy ahí es porque soy la hija de Anna Wintour. Puede ser frustrante. No quiero conseguir un trabajo sólo por ella. No quiero llegar a los 30 años y tener que decirle, mamá, ¿me puedes conseguir una entrevista de trabajo?”.

El negro es el color favorito de Julia Restoin-Roitfeld en la alfombra roja.

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Sí, ambas están habituadas a relacionarse con celebrities desde que llevaban chupete y también a despertar el interés de los medios de comunicación. El divorcio de los padre de Bee Shaffer fue más que sonado y el motivo –una relación de Anna Wintour con un tercero– aireado por doquier. En España no aparece tanto en los medios como Julia, pero sí lo hace en los estadounidenses. Con su melena de alisado perfecto, su estilo es muy lady y preppy: vestiditos estampados y zapatos de tacón.

Tiene un perfil de Twitter (sin acreditar) con cerca de 500 seguidores, pero no ha escrito ni un solo tuit. Sí utiliza más Instagram, con 14.000 followers, donde sube sus selfies, intercambia mensajes con la creadora de Hello Giggles o indica que su madre había tirado el árbol de Navidad, porque estaba “muy desordenado”.

Lo de Julia es distinto. Tiene alma y estilo de it girl y el boho chic parece ser una etiqueta inventada para ella. Combinaciones arriesgadas y cuidadosamente despeinada. Su twitter tiene 24.645 seguidores, su Instagram 57.000, y se perfila como toda una experta en redes sociales y bloggerismo.

Shaffer eligió al delicado rosa de este Christian Dior Couture para acudir a la gala punk del MET.

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