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Así se negó Imán a trabajar hasta que no cobrara lo mismo que sus compañeras blancas

A pesar de hablar cinco idiomas y tener estudios universitarios, su descubridor la ‘vendió’ como “una pastora de cabras procedente de la jungla”. Tras casi medio siglo de brillante carrera, la icónica top model y emprendedora ha confesado los múltiples episodios de desigualdad a los que se enfrentó durante su larga y brillante carrera sobre la pasarela.

“Les dije, ‘No voy a hacer el trabajo hasta que cobre lo mismo’. Alguien tenía que decirlo”, recuerda la somalí.
“Les dije, ‘No voy a hacer el trabajo hasta que cobre lo mismo’. Alguien tenía que decirlo”, recuerda la somalí.Getty (Sygma via Getty Images)

Portadas en las que lucía un rostro más cercano al tono grisáceo, maquilladores que alegaban no tener productos para aplicar sobre ella, rivalidades prefabricadas con otras modelos negras y una histórica brecha salarial motivada únicamente por su color de su piel. Iman, la supermodelo que marcó la industria de la moda durante los años 70 y 80, se ha referido en una entrevista reciente a buena parte de los prejuicios y episodios racistas con los que tuvo que lidiar durante su tan pionera como esplendorosa carrera. “Cuando llegué a Estados Unidos una de las cosas con las que me enfrenté fue con la discrepancia de salario entre las modelos blancas y las negras que no podía entender”, ha confesado en The Wrap. Vocal activista por la igualdad racial y fundadora de la firma de belleza Iman Cosmetics, la empresaria relata que llegó a rechazar varios trabajos por ofrecerle una tarifa considerablemente menor que a sus compañeras caucásicas. La excusa del ‘statu quo’, tan habitual en aquella época, no valía con ella: “Les dije, ‘No voy a hacer el trabajo hasta que cobre lo mismo’. Alguien tenía que decirlo”. En el caso concreto al que hace referencia, tres meses después del choque la llamaron de nuevo ofreciéndole lo que pedía.

A sus 67 años, Iman sigue siendo todo un icono de estilo, como lo demuestra su aparición en la Gala Met de 2021.
A sus 67 años, Iman sigue siendo todo un icono de estilo, como lo demuestra su aparición en la Gala Met de 2021.Getty (FilmMagic)

Nacida Zara Mohamed Abdulmajid, la modelo de 67 años y viuda del añorado David Bowie –con quien tuvo a su hija Lexi– ha sido una de las voces más críticas y proactivas a la hora de corregir las injusticias históricas a las que se enfrentan las modelos negras en una industria que dice celebrar, hasta la saciedad y sin pudor, conceptos como diversidad o inclusión. Además de fundar en 2013 la asociación Coalition Diversity para señalar a aquellos diseñadores que se negaban a incluir maniquís procedentes de minorías étnicas (de Phoebe Philo a Marc Jacobs o Victoria Beckham), Iman ha hecho públicas anécdotas vergonzantes que la han acompañado durante una época en la que fue capaz de trascender más allá de la pasarela y erigirse en todo un icono pop.

La modelo estuvo casada con David desde 1992 hasta 2016, fecha de fallecimiento del genial músico.
La modelo estuvo casada con David desde 1992 hasta 2016, fecha de fallecimiento del genial músico.Getty (WireImage)

Ella fue testigo y víctima de los enfrentamientos deliberados entre modelos negras como Beverly Johnson, con la única intención de azuzar la rivalidad entre ellas. “Su actitud era la de que teníamos que destronar a alguien para tomar nosotras su sitio, mientras que podías encontrarte un montón de top models blancas trabajando al mismo tiempo”. Más allá de los taxis que se negaban a parar ante su señal o las descalificaciones por parte de editores de revistas que la tildaban “como una mujer blanca bañada en chocolate”, esta refugiada somalí ni siquiera conseguía un trato equiparable en sus momentos de mayor gloria. Uno de los ejemplos más esclarecedores tuvo lugar minutos antes de protagonizar un editorial para la revista Vogue, cuando el maquillador le preguntó si había traído “su propia base de casa” ya que él carecía de tonos para modelos negras. Tras aparecer con la “cara gris” en las páginas de la cabecera, Iman se propuso luchar contra el paradigma hegemónico de lo blanco y fundar su propia línea de maquillaje. En los 90 lanzó Iman Cosmetics, la primera marca pensada para pieles oscuras y que asfaltó el camino transitado hoy con éxito arrollador por otras como Rihanna y Fenty Beauty.

Pero, más allá de sus problemas para conseguir un salario equiparable al de sus compañeras de pasarela, Iman es hoy la viva imagen de una mujer de éxito que ha conseguido superar hasta los prejuicios más racistas e insultantes sobre su figura. Pese a ser la hija de un embajador y de una ginecóloga, hablar cinco idiomas y haber cursado la carrera de Ciencias Políticas, el fotógrafo que la descubrió por las calles del centro de Nairobi, Peter Beard, prefirió inventarse un relato más exótico sobre su procedencia original “Le dijo a la prensa que yo no hablaba ni una palabra de inglés o de ningún otro idioma, y que por entonces me dedicaba a ser pastora de cabras en la jungla. No he estado en la jungla en mi vida, soy una chica de ciudad”, desveló la empresaria.

En sus inicios y pese a ser una joven cosmopolita y con estudio, Iman lució ropajes típicos africanos para no romper con la imagen tribal que se daba de ella.
En sus inicios y pese a ser una joven cosmopolita y con estudio, Iman lució ropajes típicos africanos para no romper con la imagen tribal que se daba de ella.Getty (Bettmann Archive)

La realidad de su hallazgo es muy distinta: cuando el fotógrafo le propuso posar frente a su cámara en 1975 la joven de 18 años aceptó a cambio de una tarifa equivalente al coste de su matrícula universitaria, cercano a los 8.000 euros. Pese a que al principio le siguió el juego, no tardó en mostrar sus verdaderas aptitudes: “Me sentí insultada cuando me preguntó si alguna vez me habían fotografiado porque pensé, ¡Oh, aquí va otro hombre blanco que piensa que los africanos no han visto una cámara en su vida!”. Cuatro meses después cogía un billete solo de ida hacia Nueva York para emprender una de las carreras más legendarias de la historia de la moda.

La musa de Yves Saint Laurent o Thierry Mugler no es la única modelo negra que ha denunciado la brecha salarial existente entre las modelos por motivos de tez. Una diferencia que, de forma genérica en Estados Unidos, se sitúa de media en torno al 21%, según un estudio publicado por la fundación sin ánimo de lucro Lean In. “Recuerdo a las chicas con las que empecé, como mis amigas Cara Delevingne y Karlie Kloss, y sé que su tarifa era diferente a la mía pese a que hacíamos los mismos trabajos. Cuando pienso en ello, es tan jodido, porque claramente la única diferencia es el tono de piel”, manifestaba la maniquí británica Jourdan Dunn en un podcast. En pleno 2022, decenas de modelos negras siguen quejándose sobre la carencia de productos y cuidados específicamente pensados para su cabello y piel tanto en semanas de la moda como en campañas publicitarias o editoriales de revistas.

La africana fue una de las caras más perseguidas de la industria de la moda. Aquí, desfilando en París para Thierry Mugler en 1984.
La africana fue una de las caras más perseguidas de la industria de la moda. Aquí, desfilando en París para Thierry Mugler en 1984.Getty (Gamma-Rapho via Getty Images)

En el panorama digital actual, influencers como Rachel Duah o Adesuwa Ajayi han confirmado que las firmas y agencias les ofrecen hasta cinco veces que a sus compañeras de raza caucásica. La propia Naomi Campbell ha confesado haber llorado tras ver su “cara gris” en la portada de Vogue Italia y Joan Smalls, que donó el 50% de sus ingresos de 2020 al movimiento Black Lives Matter, habla del racismo en la industria como una “batalla constante”: “¿Cuántas veces he tenido que compartir campañas o editoriales mientras mis iguales lograban esos hitos por sí solas?”. Todavía queda mucho para que la lucha comenzada por Iman pueda considerarse ganada.

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