Asesinada por la presidenta de su club de fans: el fenómeno de la cantante Selena resucita
Netflix ha anunciado una serie sobre la trágica muerte de la ‘reina del tex-mex’que fue brutalmente asesinada con solo 23 años. La actriz Christian Serratos será la encargada de interpretarla.
Selena Quintanilla, reconocida simple y llanamente como Selena, en 1995 tenía comiendo a medio mundo de su mano. La apodada como “la reina del tex-mex” facturaba cinco millones de dólares gracias a las dos tiendas de ropa y salones de belleza Selena Etc. que abrió al público un año antes en Corpus Christi y San Antonio (Texas). También era la cantante latina más vendedora por entonces, después de Gloria Estefan y, por si fuera poco, estaba preparando su desembarco internacional con Dreaming of You, un álbum en el que por primera vez iba a cantar en inglés. Dicho trabajo acabaría lanzándose el 18 de julio de 1995, aunque de forma póstuma: poco más de tres meses antes, el 31 de marzo, Selena fue disparada a sangre fría por Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans y administradora de sus boutiques. Con su muerte, a los 23 años, nació una leyenda.
Saldívar era enfermera, pero tan pronto se aficionó a la música tejana decidió abandonar las consultas médicas por su afición musical. Contactó con el padre y mánager de la artista, Abraham Quintanilla Jr., con el objetivo de presidir el primer club de fans oficial de Selena. Cuando obtuvo su aprobación pasó a convertirse no sólo en la confidente de nuestra protagonista, sino también en su mano derecha al llevar las cuentas de sus dos tiendas, cuyo imperio iba a crecer próximamente con la apertura de otros establecimientos en Puerto Rico y en la mexicana Monterrey. Todo parecía ir bien de cara a la galería, pero de pronto la familia Quintanilla se percató de unos movimientos sospechosos en las cuentas bancarias. Yolanda, pese a su precedente fama de trabajadora leal, empezó a entrar en pánico ante la posibilidad de ser despedida y tener que acabar entre rejas por ser amiga de lo ajeno. Compró un revólver Taurus del calibre 38 porque, según su propio testimonio, empezó a recibir amenazas.
Horas antes del fatídico día, el 30 de marzo de 1995, Selena acompañada de su esposo y el músico de su banda, Chris Pérez, se dirigió a la habitación 158 del Hotel Days Inn de Corpus Christi para pedirle unos extractos bancarios a Saldívar. No trascendió de qué hablaron, aunque sí se sabe que la cantante acudió a la cita con la intención de romper para siempre su relación con su administradora y hasta entonces persona de confianza. Yolanda no le dio los documentos. Es más, aprovechó el momento para confesarle que en un reciente viaje a México había sido abusada sexualmente. Ambas quedaron en volver a verse a la mañana siguiente para ir a un hospital y, justo después, conseguir de una vez los dichosos papeles.
Mañana del viernes 31 de marzo de 1995. Selena había quedado con su padre en el estudio de grabación para registrar uno de los temas que verían la luz en Dreaming of You. No obstante, tal como horas antes había acordado con Saldívar, fue a buscar a ésta al hotel en el que se encontraba y se dirigieron juntas al Hospital Doctors Regional de Corpus Christi, donde los médicos no hallaron ninguna prueba que confirmara que días antes había sido violada. Tras aquello volvieron al ya mencionado hotel y empezaron a discutir acaloradamente por los documentos de la discordia. Yolanda no quería dárselos porque era más que consciente de que le delataban, aunque finalmente se los proporcionó. Lo que nadie podía imaginarse por entonces es que, tan pronto la artista se dio media vuelta y se dispuso a salir de la habitación a las 11:48 horas, una bala impactó en su espalda hiriéndola de muerte. Selena, con las pocas fuerzas que le quedaban, huyó pidiendo auxilio y se dirigió hasta la recepción dejando un reguero de sangre tras su paso. Se desplomó en el suelo. Los servicios médicos hicieron acto de presencia pocos minutos después, pero tan pronto su cuerpo llegó al Hospital Corpus Christi Memorial ya estaba clínicamente muerta.
Por su parte, tras apretar el gatillo, Saldívar se atrincheró en su furgoneta amenazando con quitarse la vida. No fue hasta nueve horas más tarde que, acorralada por la policía, fue detenida acusada de homicidio en primer grado. Tras tres semanas de juicio fue condenada a cadena perpetua el 23 de octubre de 1995 y actualmente, ante posibles represalias del resto de reclusas, se encuentra aislada en una celda de la prisión texana de Gatesville. En 2025, acorde con la ley que le fue aplicada en 1995, podría pedir la libertad condicional. Más de dos décadas después sigue sin reconocer públicamente los hechos.
Quienes presuman de buena memoria recordarán que la vida de la cantante y empresaria asesinada fue llevada a la gran pantalla en 1997 en el filme Selena, que supuso el primer papel protagonista de Jennifer López. Sin embargo, la plataforma Netflix, ávida siempre de historias que mantengan a millones de telespectadores pegados al televisor, acaba de anunciar una serie de dos temporadas que el próximo mes empezará a grabarse en México y contará con su padre y antiguo mánager, así como su hermana, Suzette Quintanilla, como productores ejecutivos. Tras López, ahora será la estadounidense Christian Serratos (quien interpretó a Angela Weber en la saga Crepúsculo y a Rosita Espinosa a partir de la cuarta temporada de The Walking Dead) la que se meterá en la piel de la intérprete de Como la Flor.
Atendiendo a lo exitoso que sigue siendo su nombre 24 años después de su asesinato, no cabe duda de que la serie reactivará en mayor medida el fenómeno. Su tumba en el Seaside Memorial Park de Corpus Christi, Texas, sigue siendo lugar de peregrinación para sus seguidores a imagen y semejanza de Graceland para los fans de Elvis Presley. Y, además, su sueño de convertirse en diseñadora de moda se mantiene vivo gracias a la colección The White Rose que Forever 21 empezó a comercializar el pasado mes de marzo. Selena, ya sea mediante prendas de ropa u otro tipo de merchandising, sigue siendo un negocio de lo más rentable para su parentela.
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