El ‘golazo’ del fútbol femenino
El día 12, en la gala del Balón de Oro, se conocerá el mejor tanto del año. La futbolista Stephanie Roche compite por él con otras dos figuras masculinas. ¿Se lo llevará por primera vez una mujer?
El suyo es un golazo: recibe el balón, controla con la derecha, amaga, hace un sombrero con la izquierda y lo empala, de volea, con la zurda. Un tanto de malabarista al que ahora la FIFA puede poner apellido: Premio Puskas al mejor del año. Y esto no debería ser noticia, pero lo es. Porque no lo marcó un hombre, sino una mujer: Stephanie Roche (Dublín, 1989), en octubre de 2013. «Fue mi entrenador quien lo subió a la Red», explicó. En horas se hizo viral. Ahora es el segundo con autoría femenina que opta al Puskas. El anterior fue, en 2011, el de la americana Heather O’Reilly, pero no llegó a la final. Éste sí. Y compite con los de James Rodríguez (Real Madrid) y Van Persie (United).
Heather O’Reilly fue la primera mujer nominada, en 2011, al Premio Puskas. Pero no llegó a la final a tres.
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«No creo que haya machismo, solo ignorancia». Ésa fue la respuesta de Stephanie a la eterna cuestión de si existe o no discriminación en el fútbol. Al fin y al cabo, un gol levanta de la silla, lo marque un hombre o una mujer. A veces por decisivo (el de Iniesta). A veces por bello (el de Stephanie). «Es un golazo y no debería tenerse en cuenta quién lo metió». Lo afirma Isabel Roldán, especialista de balompié femenino en Diario AS. Ella los ve a menudo: «El problema es que no están en la televisión, no llegan al gran público». Lola Romero, presidenta del Atlético Féminas, lo confirma: en sus partidos tantos así son la regla, no la excepción. «Pero esta nominación me parece increíble», dice. Un pasito más en el largo camino hacia la igualdad. «Hemos avanzado mucho y a grandes pasos», cuenta. Y siguen. Su estadística, dibujada, simularía el despegue de un cohete. En el mundo, 29 millones de mujeres lo juegan. En EE UU o Alemania es casi religión. En España ya hay 28.154 licencias (de 702.480 totales).
Cuando Ronaldo fichó por el Madrid en 2002, su entonces mujer, Milene Domingues, le siguió a España. Muchos escucharon por primera vez hablar del fútbol femenino con su fichaje por el Rayo.
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Para María Escario, referente del periodismo deportivo español, lo que sucede es un calco de la sociedad: «Los estereotipos están cambiando. Las mujeres trabajan, luchan, emprenden». Aun así, la posibilidad de que Stephanie pueda ganar es lejana. «La FIFA hace guiños. Pero todavía parece mirar con algo de caridad», puntualiza. Los avances se sostienen más sobre los hombros del sacrificio de ellas que del apoyo general: «En el deporte femenino hay verdaderos milagros», sentencia. Como el de la Selección española, clasificada por primera vez para un Mundial (Canadá 2015). Vero Boquete, su capitana, su referente, hace años que emigró a Alemania. «En la comparación siempre salimos perdiendo. Yo sí creo que en eso tiene que ver el desconocimiento propiciado por una óptica masculina». Por eso un premio así, afirma, «sería importante». Mucho. Por la repercusión.
Fernando Ruiz, redactor jefe de Eurosport, cadena que retransmitirá en España este Mundial, coincide: el de Stephanie es un golazo y la FIFA no debería hacer distinciones: «Pero probablemente las haga. Balonmano y baloncesto ya se han igualado; el fútbol aún no. Y quizá sea por machismo».
De momento, en YouTube, manda ella. Hasta el 22 de diciembre, 1.208.620 personas habían visto su gol. Los de James (988.376) y Van Persie (817.026) no llegaban al millón. Si eso contara, el Puskas 2014 ya tendría ganadora. Sí, con «a».
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