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¿El cartón es la nueva madera?

Es el material de moda para construir cualquier cosa. Te descubrimos todas las posibilidades de esta materia barata, divertida y simple.

cartón
CartonLab.

La respuesta a la pregunta que planteamos en el titular es no. Pero por omisión. En realidad, el cartón del siglo XXI es la nueva madera y también el nuevo plástico, el nuevo textil, el nuevo metal y algo mucho más abarcador: el material de moda para construir casi cualquier cosa.

Que se lo digan, si no, a los asistentes del último evento Google I/O, que quedaron ojipláticos al recibir ¡una caja de cartón! que contenía el visor de realidad virtual “simple, barato y divertido” ideado por el gigante de internet para democratizar la experiencia de su dispositivo más innovador.

 Al margen de usos más o menos exóticos u oportunos –como las fundas de Ipad que vende Kartelier– el cartón se está convirtiendo en el material más deseado en tres mercados: la industria del mueble, la decoración y los eventos. El perfil de los usuarios de productos de cartón está preocupado por la ecología, pero también por la funcionalidad. Por eso, la arquitectura efímera para habilitar ferias y eventos emplea cada vez más diseños de cartón. Porque facilita los montajes y según Nacho Bautista, socio del estudio murciano CartonLab, “los pabellones se montan en una mañana y con las mismas se desmontan, casi siempre se puede reutilizar el material adaptándolo al nuevo evento y, si no, se puede reciclar. Además está su procedencia, nosotros solo trabajamos con materia prima certificada, sostenible y eso importa cada vez más”.

El fotográfo Neil Bedford utiliza cartón en sus fotografías.

Neil Bedford

Cuando Bautista alude a la conciencia medioambiental de sus clientes es sencillo imaginarlos trabajando en un espacio coworking, uno de los paradigmas de la sociedad contemporánea y uno de los contextos en los que el cartón es muy demandado. Ya en 2009, los diseñadores vieneses Liddy Scheffknecht y Armin B. Warner crearon un despacho plegable de cartón y aunque a los coworking, de momento, no hay que llevar el suelo, lo cierto es que en este tipo de espacios los muebles de cartón han encontrado el acomodo propio de la provisionalidad. Marcas ya consolidadas como la francesa Orika, venden sets de trabajo completos –bueno, sin suelo- por cifras que oscilan entre los 200 y los 300 euros.

 Y, serendipias del cartón, hablar de Viena y de Orika es hablar de Serisán. Esta empresa cántabra se enfrentó, en plena crisis, a la decisión de despedir a buena parte de su plantilla o reciclarse e invertir. Optó por lo segundo tras un viaje a Austria en el que algunos de sus empleados asistieron a un curso profesional. Y, ahora mismo, gracias al cartón, además de proteger los empleos, fabrica y distribuye con Orika para España y Portugal y trabaja con numerosas marcas que, como Trucco, Women’ Secret, Adidas, Forum o Gas, han visto en el material de moda la solución a sus escaparates y expositores sin que el uso del cartón desmerezca en absoluto el ambiente de las tiendas.

Tampoco el ambiente de las bodas se desluce cuando el cartón pasa a formar parte de los detalles con que los novios miman a sus invitados. Iniciales, photocall, siluetas o árboles de gran tamaño son elegidas por cientos de parejas que, a estas alturas, ya no temen que ningún invitado asocie cartón con falta de recursos. Los tres socios de CartlonLab lo vieron desde el primer momento y ampliaron su oferta creando, CartonLove y recibiendo “un flujo constante y muy agradable de comunicación con los clientes, que nos hacen partícipes de un momento tan importante y nos cuenta historias como la de la abuela centenaria de unos novios, que apenas se movía, sorprendió a todos acercándose entusiasmada a hacerse una foto a nuestro photocall”.

Y otro ejemplo de que se están venciendo las resistencias que desdeñaban el cartón: Incluso la milla de oro madrileña participa en la tendencia y toda la tienda Life & Travel, en la Calle Serrano de Madrid, está decorada en cartón en techos, paredes, probadores, escaparates, estanterías y mobiliario expositivo.

Para Bautista, uno de los secretos de este éxito es que “el cartón es el aliado perfecto para una nueva forma de pensar el diseño y entenderlo todo de una forma mucho más sostenible: te llega un paquete plano, sin un manual complicado de instrucciones, tan solo unas piezas que encajan con otras. Además puede personalizarse, puede reutilizarse, es asequible, es ligero”

Iniciales de cartón de Serisan.

Serisan

Y además es moderno. No en vano, una de las condiciones para ser un moderno como es debido es tener colgada una cabeza de animal en el salón (ciervos, elefantes, leones y arces son los must, aunque los unicornios tampoco están mal vistos). Santiago Carrera, jefe de producción de Serisán, todavía recuerda el encargo para 310 tiendas que estaban decoradas con cabezas de animales. “Todo se entregó en cajas planas individuales totalmente desmontado para que en cada tienda se montara tanto la cabeza como el panel en el que colgarlas, aunque hemos tenido muchos trabajos curiosos y variados este siempre me viene a la cabeza”, recuerda.

En países de Europa del Norte estos usos del cartón son muy frecuentes y en Latinoamérica el interés del ecodiseño cada vez es mayor. En nuestro país, sigue el ritmo de los entornos más innovadores y habrá que esperar para ver su impacto en los consumos privados, más allá de los home standing, las pop up o los stand de feria. “En el futuro, cuando pase la fiebre, –dice Bautisa– quedará lo que conserve en su diseño un valor más asociado a la innovación y lo que consiga diferenciarse del resto”.

En cualquier caso, y hasta que la moda quiera, el cartón va dejando sus marcas de estilo, contando de quien lo elige que sabe qué se cuece en el mundo del diseño y, desde luego, ya no puede asociarse con contenedores o síndromes de Diógenes… Si acaso, con el síndrome de Stendhal por las maravillosas imágenes que inventa…

Cabecero de cartón de CartonLab.

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