Creadores de imagen (que entran por los ojos)
¿Cómo se gesta el cartel de una película, la carátula de un disco o la portada de un libro? Así trabajan los diseñadores que crean la primera expectativa del público.
VIRGILI ZUBERO Y NAJWA NIMRI, MÚSICA CON IMPACTO VISUAL
Hace ocho años Najwa fue a dar un concierto a París. «Un amigo me dijo que conocía a un chico de 22 años que quería hacer un vídeo de mi canción Hooker. Nos conocimos y me gustó lo que me propuso: la ropa, el maquillaje y lo que quería contar». Virgili empezó a dirigirla y continúa haciéndolo. «Ella se lanzó a la piscina», dice él, que ahora colabora para firmas como Carolina Herrera. «Pero yo no me tiro con alguien que no sabe nadar», suelta Najwa. Virgili lo controla todo, «hasta me teñí de rubia porque él me lo dijo». Su forma de trabajar es fácil. Ella le envía un tema y él las imágenes que le evocan. «La última vez empezamos con Helmut Newton como referencia y acabamos haciendo el videoclip en un pueblo de Ávila», cuenta él.
Virgili se encarga de toda la imagen de Najwa: las fotografías de los discos, el diseño y los videoclips.
ISIFRO FERRER Y TRISTÁN ULLOA, FACHADA DE ARTE
Isidro ha cambiado los carteles de teatro en España. A raíz de que este Premio Nacional de Diseño comenzara, hace ocho temporadas, a componer los afiches de las obras del Centro Dramático Nacional, empezaron a verse carteles por todo el territorio inspirados en su estilo conceptual. «Llevo más de 100 hechos», cuenta Isidro. «Al igual que la actuación tiene un riesgo para los actores, el cartel también. A mí me gusta que el lector tenga que interpretarlo». Desde el CDN le llegan las premisas. «Este año me dijeron que no hubiera ilustración ni fotografía así que estoy jugando con las letras».
Explica que la única vez que le han echado uno para atrás «fue Núria Espert. Dijo que no saldría a escena con mi diseño. Al final hicieron uno con su cara». Tristán Ulloa dirigirá el 15 de abril Adentro, de Carolina Román, en el madrileño Teatro María Guerrero. «Ya me he leído su texto. Lo suelo hacer tres meses antes del estreno. Y dos meses después entrego el cartel», dice Ferrer. «Isidro hace un trabajazo. Con cuatro elementos capta la esencia de la dramaturgia», opina Tristán: «El cartel es tu carta de presentación, tu DNI para la obra. Yo tiendo mucho a mimarlos aunque en España se hace poco».
Isidro Ferrer y Tristán Ulloa
Pablo Zamora
La ausencia de color en los carteles del Centro Dramático Nacional tiene que ver con «la historia del teatro europeo como el francés o el polaco. Siempre han sido muy sobrios», explica Isidro.
MATEO FETÉN Y ELENA MEDEL, LIBROS DE POEMAS CON COLLAGE
Emilio es gestor cultural y periodista. Pero «harto de tanto trabajar con textos, hace dos años me dio por probar con la imagen». Se cambió de nombre (Mateo Fetén) y comenzó a enseñar sus collages en las redes sociales. Es amigo de hace tiempo de Elena Medel, Premio Loewe 2014 a la Creación Joven e impulsora de la editorial de poesía La Bella Varsovia. Ahora han comenzado a colaborar juntos realizando algunas de las portadas más bonitas de las estanterías de poemarios de las librerías. Elena explica que no pide a los artistas que creen algo específico para sus tomos. «Prefiero una obra ya acabada que dialogue con el contenido del poemario. Las cubiertas han de avanzar algo del interior, es un error no pensar en esto», explica Elena.
Ella se encarga de todo el proceso, «desde que son archivos de Word hasta que van a imprenta». Y en su trabajo incluye la búsqueda por Internet de jóvenes valores de la imagen. «Maneja muy bien las redes sociales y encuentra verdaderas joyas», dice Mateo mientras reflexiona que nunca pensó que sus collages ilustrarían los libros de su amiga. «Trabajo con materiales como cortezas de árboles o recortes de piezas antiguas. Por eso me sorprende verlo en un soporte plano».
Mateo Fetén y Elena Medel
Pablo Zamora
La Bella Varsovia llegó en 2004 para cambiar la oscuridad de las portadas de los poemarios y llegar a otros públicos.
ZAU FORNES Y FÉLIX SABROSO, FOTOGRAMAS DE AUTOR
Jau Fornes dirigía hace año y medio el festival de cine de Pedreguer, en Alicante, donde hicieron una retrospectiva de nuestras películas», dice el guionista y director Félix Sabroso. Jau hacía toda la imagen del festival y a Félix le encantó. Así que le propuso que se fuera a Madrid a trabajar con él en su último largometraje El tiempo de los monstruos. Y Jau se instaló en su casa. «Es sabia nueva, tiene una gran formación y entusiasmo. Hasta tal punto que lo veía hacer el making of mientras yo rodaba y le copiaba algunos planos», cuenta entusiasmado.
No es nada común en la industria cinematográfica que el cartelista esté implicado desde el origen de la cinta. Jau estuvo presente desde los primeros ensayos tomando instantáneas. «He hecho la foto fija y en pleno rodaje monté una sesión específica para la promoción», cuenta. Ambos tenían claro que el afiche debía ser una imagen con todos los actores del filme. «Tenían que salir los ocho protagonistas porque es una cinta muy coral, el casting es muy comercial y la peli narra lo que le sucede a un grupo determinado de un estrato social», argumenta Sabroso. «De hecho, el cartel es un plano que se puede ver en el largometraje», dice Fornes.
Felix Sabroso y Jau Fornes
Pablo Zamora
«Esta es la imagen promocional. Decidimos hacerla un día en mitad del rodaje. También hay otra animada para proyectar en las fachadas de los cines que tienen pantallas», cuenta Jau.
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