_
_
_
_

Cómo ser mujer hacker y no morir en el intento

Su aportación histórica al desarrollo tecnológico es incuestionable. El festival Sónar prepara una mesa redonda y actividades con las líderes del movimiento.

cover
Getty

¿Sabías que Ada Lovelace (hija de Lord Byron) fue la primera programadora? ¿Qué la persona que ideó uno de los blogs más útiles de internet, lifehacker, es Gina Trapani? ¿Que el software de Mozilla y Firefox es tal y como lo conoces gracias, en parte, a la programación de la australiana Laura Thomson? ¿Que la diseñadora gráfica Susan Kare es una de las responsables de que la interfaz de Apple cambiase en los 80 de forma revolucionaria? Probablemente no.

No es fácil poner rostro a los programadores y responsables de escribir un código que hace que nuestra vida digital sea tan puerilmente sencilla. Imaginar rostros femeninos, además, es mucho más difícil. La cultura pop está ahí para demostrarlo. Quien haya echado un vistazo a la primera temporada de Silicon Valley (emitida en Canal+) lo entenderá perfectamente. Según la HBO, Palo Alto está colonizado por postadolescentes pajilleros adictos a Java. Ellas quedan relegadas al papel de stripper o ayudante del jefe. Ni una sola programadora. Está claro que la cultura tecnológica está dominada por hombres, lo sabemos. Pero quitando a Marissa Meyer (la directora ejecutiva de Yahoo! que fue una de las 20 primeras ingenieras contratadas en Google), tampoco se están haciendo demasiados esfuerzos por visibilizar la labor femenina en la industria tecnológica, que no ha sido poca.

La próxima edición del festival Sónar llega dispuesta a enmendar este déficit divulgativo. Dentro de la programación de Sónar+D, el congreso internacional sobre creatividad y tecnología destinado a potenciar el talento de la cultura digital, está prevista la charla Women Hackers. Un panel de discusión sobre ciberfeminismo, hacktivismo y cultura libre en el que varias ponentes debatirán la situación actual y recordarán a las fundadoras de un movimiento que parece obligado a permanecer en el olvido cultural.

Las mujeres ENIAC: Patsy Simmers, Mrs. Gail Taylor, Milly Beck y Norma Stec.

Imagen vía http://explorepahistory.com

Una charla en la que participará Nela Brown, directora del laboratorio artístico y tecnológico G.Hack dentro de la School Of Electronic Engineering and Computer Sciencie de la Queen Mary University of London. "En el Reino Unido, durante muchísimos años, a las chicas jóvenes nos decían que las matemáticas y la física eran materias difíciles, y que debíamos tirar por otros caminos 'más fáciles'. Así que hemos pasado de tener mujeres en primera línea de programación a ser una minoría en la ingeniería y en las ciencias informáticas", lamenta esta premiada artista que está doctorándose.

Alex Haché y Nuria Vergés, miembros de DonesTech y Lelacoders (quizá el mejor proyecto de investigación ciberfeminista que tenemos a nivel nacional) también critican el arrinconamiento histórico de la aportación femenina en la ciberhistoria."Hay demasiados nombres: Radia Perlman en relación a Internet, Ada Lovelace, las mujeres que trabajaron en ENIAC, o incluso Alan Turing durante muchísimos años solo porque era gay. También hay pioneras de la electrónica olvidadas como Delia Derbyshire o aquí, en Cataluña, Bofill", explica Vergés. Desde Lelacoders, Haché recuerda han realizado entrevistas a hackers y desarrolladoras para visibilizar su obra (se pueden ver todas aquí) y que, además, han realizado una animación sobre el HerStory de la ciberhistoria femenina:

Además del trabajo de grupos como las Berlin Geekettes o de blogs como Ladybits, Vergés recomienda seguir de cerca a Debian Women, Brown a Pechblenda Lab o Constant (y a grupos londinenses como las Geek Gurl Diaries para adolescentes) y Haché a Studio XX.

"En el Reino Unido se está haciendo mucho para dar mayor visibilidad a las pioneras. Existe la convención anual en honor a Grace Hopper y otra en honor a Ada Lovelace o programas para animar a mujeres de cualquier edad a considerar una carrera en física o matemáticas, pero necesitamos mucha más acción y queda mucho camino por hacer", explica Brown. Porque otro escollo a salvar es el cibermachismo imperante en las redes, y aquí es donde entra el ciberfeminismo. "Aunque el ciberespacio y las tecnologías todavía son vistas con un potencial para transformar y subvertir las relaciones de género, los neomachismos están pegando demasiado fuerte. La violencia contra las mujeres es un hecho y están tomando nuevas formas en internet. Así que esta es una de las metas del ciberfeminismo actualmente. Esa y, junto a otros activismos, luchar por un internet libre, basado en compartir conocimiento, más inclusivo y seguro", apunta Vergés.

Para las interesadas en experimentar con el hacktivismo, el próximo jueves el festival Sónar desarrollará la Hack School para mujeres. Un workshop en el que Nela Brown y tres compañeras enseñarán a las participantes a a hackear software y hardware a través de pequeñas demostraciones y ejemplos. Si todavía se quedan con ganas de más, también pueden asistir al encuentro transhackfeminista que se llevará a cabo a 60 km de Barcelona entre el 4 y el 11 de agosto. Habrán talleres para saber cómo instalar y configurar un servidor, instalación de páginas webs y su configuración o talleres prácticos de cómo crear un Biolab básico. Ada Lovelace seguro que sonreiría satisfecha.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_