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Cómo ser lesbiana en Hollywood

Ellen Page sale del armario y abre el debate sobre la compleja relación de la industria con la sexualidad femenina.

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Larry Busacca (Getty Images)

En pleno día de San Valentín Ellen Page dió la noticia y confirmó su homosexualidad. Lo hizo a la americana, con un speech estructurado digno de un político y una gran audiencia expectante, la de la Conferencia de los Derechos Humanos. Las reacciones se multiplicaron exponencialmente en todo tipo de medios y redes sociales, desde insultos hasta playlists de celebración. Y por supuesto, entre las dos posturas opuestas se escucha con demasiada frecuencia la pregunta: ¿Y a quién le importa?.
 

Cierto es, como Jodie Foster afirmó en los Globos de Oro de hace justo un año en un discurso en el que también mencionó su homosexualidad, que las celebrities carecen de privacidad. Y precisamente esa falta de privacidad y persecución constante es la que genera la misma necesidad de dar explicaciones, lo que Page denominó “la mentira por omisión”, porque si no se manifiesta la homosexualidad lo que se da por supuesto es lo contrario. Que Ellen Page salga del armario importa porque da visibilidad, ejemplifica y normaliza una realidad que dista mucho de ser representada de forma adecuada. Y que lo haga en la Conferencia de Derechos Humanos ratifica el largo camino que todavía queda por recorrer para la igualdad de derechos.

Jodie Foster y Ellen De Generes (casada con Portia de Rossi), de las pocas que han salido del armario.

Getty

Más allá de Jodie Foster, Ellen DeGeneres y su mujer Portia de Rossi, pocas son las actrices que en esta industria han salido del armario públicamente. Una industria que tal y como dijo la propia Page “impone devastadores estereotipos de belleza, estilo de vida y éxito”. En la mayoría de los casos estos estereotipos, de los que no escapa la homosexualidad, son tan irreales como conservadores. Fue en 1981 cuando Vito Russo publicó el libro The Celluloid Closet –del que también existe un documental editado en 1995–, un ensayo que analiza cómo se había representado a la comunidad gay, lésbica, bisexual y transgénero en el cine: “En cien años de películas, la homosexualidad ha sido raramente representada en la pantalla. Y si lo ha hecho ha sido como algo de lo que reírse o de lo que avergonzarse, incluso algo de lo que tener miedo. Hollywood, el gran creador de mitos le ha estado diciendo a la gente lo que pensar de los gays y a los gays lo que pensar sobre sí mismos”. Si bien es un texto que tiene ya unos años y que incluye todos los años de censura durante la aplicación el Código Hays, no es posible afirmar que la situación sea radicalmente distinta más de 30 años después.

«En cien años de películas, la homosexualidad ha sido raramente representada en la pantalla. Y si lo ha hecho ha sido como algo de lo que reírse o de lo que avergonzarse»

The Celluloid Closet

Es cierto que en los últimos años ha habido más personajes explícitamente gays en el cine, pero también lo es que raras veces esto ha sido motivo de celebración. Como observa Francina Ribes, en su investigación Ausencia y exceso: la lesbiana asesina en el cine de Hollywood, es sorprendentemente común que las lesbianas en el cine mainstream cometan algún asesinato. Desde Instinto Básico hasta Single White Female, desde Wild Things hasta Bound predomina la presencia de un prototipo heredero de la femme fatale rodado desde un punto de vista tan masculino como voyeur.

Según la misma investigación, el arquetipo de la lesbiana asesina no ha vivido solo del neo-noir, películas como Criaturas Celestiales ahondaron en la relación de adolescencia y lesbianismo como esa etapa pasajera tolerable porque forma parte de un período concreto vital. Y ya en los 2000 se sitúan una larga lista de films como Femme Fatale, Chloé, Jeniffer’s Body o Monster. En todas las películas mencionadas, por una u otra razón, las lesbianas cometen asesinatos. Como ella misma observa, este arquetipo puede tener, por el empoderamiento que implica la capacidad de asesinar, cierta interpretación subversiva. Pero no hay que olvidar que su origen es claramente misógino y homófobo: se trata en cierto modo de la materialización de la amenaza que se presupone a la homosexualidad, o incluso la sexualidad femenina liberada en general.

©Miramax/courtesy Everett

‘Criaturas celestiales’: crueldad adolescente, basada en hechos reales.

Cordon Press

Puede afirmarse que aunque a día de hoy no hay censura, la evolución de la representación de la lesbiana en Hollywood no ha experimentado grandes cambios. “El lesbianismo sigue siendo un gran tabú en Hollywood. Y cuando está representado siempre es desde una perspectiva androcéntrica –como todo en Hollywood, por otra parte–, ya sea como fantasía erótica o como miedo a la amenaza. El arquetipo predominante de lesbiana no ha cambiado mucho en el sentido de que son, en general, personajes demonizados o excesivamente inverosímiles. Quizá haya habido algunas excepciones en los últimos años. En 2010, Los chicos están bien (Lisa Cholodenko) fue probablemente la primera historia sobre lesbianas dirigida por una lesbiana que optó a los principales Oscar. Aún así, las renuncias que hace la película en relación a la representación de la sexualidad y los esfuerzos por neutralizar la amenaza mencionada son evidentes”, afirma Ribes.

Inevitablemente, las actrices de Hollywood se convierten muchas veces en extensiones de los valores que promueve la industria. Así que la salida del armario de Ellen Page, aunque fuera obvia para muchas e innecesaria para otros, supone una subversión al conservadurismo de la industria y un paso adelante para sentar referentes y normalizar la representación de distintas sexualidades en Hollywood y en el mundo.

‘Instinto básico’, una película en la que todas las lesbianas son asesinas

Fotograma de ‘Instinto Básico’

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