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Cómo reinventar el ‘made in India’

Rahul Mishra, ganador del Woolmark Prize –que otorga el gigante de la lana–, da las claves para tejer el futuro de la artesanía.

Woolmark
Cortesía de Woolmark

El indio Rahul Mishra ostenta el honor de ser el primer diseñador no europeo en ganar el codiciado Woolmark Prize. Un galardón, dotado con 100.000 dólares (y el apoyo de grandes comercios de la industria como Bergdorf Goodman), que en 1954 recibieron Yves Saint Laurent o Karl Lagerfeld, con 18 y 21 años respectivamente. «Para una empresa emergente, alzarse con el premio (e incluso ser finalista) marca un punto de inflexión», cree. «Es una gran oportunidad para crecer a nivel internacional».

Cortesía de Woolmark / Nowfashion

¿Cuál es la clave para conseguir que una línea confeccionada en lana sea innovadora y relevante?

El primer paso es entender las propiedades y la historia del tejido merino. Es una fibra natural, biodegradable y renovable, que refleja a la perfección el equilibrio entre tradición y modernidad, a la vez que permite explorar nuevas posibilidades y reinventar técnicas ancestrales de tricot. En esta colección hemos trabajado, por ejemplo, con tejedores de Chanderi [en el distrito de Ashok Nagar] para desarrollar una fibra más ligera, de entretiempo, una propuesta que tiene el valor añadido de impulsar el trabajo de regiones rurales de India.

¿Es importante para usted promover la moda local?

Esta industria alimenta la singularidad; y yo provengo de un país que, además de una gran tradición textil, tiene una gigantesca fuerza laboral, que ha mamado el oficio desde la cuna. Nuestro objetivo es utilizar esa riqueza para tejer un futuro contemporáneo y global.

Cortesía de Woolmark

Su empresa trabaja con más de 500 familias de la zona.

Creemos en el lujo sostenible a través de iniciativas sociales. Una filosofía fiel a Gandhi.

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta un creador indio que quiere entrar en el mercado global?

Somos un país de extremos: por un lado, somos un gigante del mass market; por el otro, producimos maravillosas piezas de costura. De hecho, ya exportábamos tejidos exquisitos al Antiguo Egipto. Hoy la clave es dejar los retos a un lado y centrarse en la mejor parte de nuestro trabajo, que es seguir reinventando la tradición.

Cortesía de Woolmark / Nowfashion

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