Catherine Deneuve recupera algunos de sus personajes más icónicos en el último vídeo de Cartier
Junto a Rami Malek y dirigidos por Guy Ritchie, los intérpretes presentan la nueva versión del reloj Tank Française.
Hay un idilio entre Catherine Deneuve y Cartier que viene de lejos. Cuando ella era aún una actriz prometedora que estaba empezando su carrera en la industria, en sus apariciones públicas ya se decantaba por los relojes de Cartier. En su segunda visita al Festival de Cine de Cannes, en 1965, lucía melena cardada, vestidos de corte trapecio o trajes de punto, pero en la muñeca casi siempre llevaba un Baignoire de la marca de origen francés. Presentaba entonces Repulsión, de Polanski, y repetía accesorio una semana después aquella primavera, en el estreno de Los paraguas de Cherburgo en Roma.
Precisamente este último largometraje es uno de los que Deneuve recrea en el nuevo vídeo de la maison, en los que también se vuelve a meter en sus papeles protagonistas de Indochina y Place Vendôme. Un corto protagonizado por la intérprete junto a Rami Malek (ganador del Oscar en 2018 por Bohemian Rapsody), obra del cineasta Guy Ritchie. El resultado quiere conectar con la creatividad de la capital gala, cuya geografía captó el cine de la nouvelle vague. Está rodado en el puente Alexandre III, en pleno centro de la ciudad, y busca ser un canto al cine que tanto le ha dado a la maison y concretamente al reloj Tank, que fue uno de los primeros productos reconocibles en aparecer en un largometraje de Hollywood: en El hijo de Caíd (1926), porque, según cuenta la leyenda, Rodolfo Valentino se empeñó en no desprenderse de él durante el rodaje. Desde entonces muchos intérpretes se han dejado ver con esta pieza dentro o fuera de la pantalla. De Cary Grant a Angelina Jolie, pasando por Clark Gable o Sarah Jessica Parker. Un romance que acaban de sellar Deneuve y Malek.
El diseño, que cumplió su primer siglo en 2017, se ha actualizado con múltiples variables a lo largo de los años y es el Tank Française el que abraza la actriz en la nueva campaña. Un clásico que en 2023 vuelve a renovarse con sutiles adicciones y mejoras: angarillas más abombadas, una corona que se incrusta con mayor precisión o un modelo, el más grande, con un movimiento mecánico de carga automática. “Como en el caso de una piedra tallada de la que se quiere recuperar el estado puro, se trataba de captar su forma radical, simplificar sus líneas esenciales y despojar de todo adorno”, dice Marie-Laure Cérède, directora creativa de joyería y relojería de la casa. Creado originalmente en 1996, fue bautizado para hacer referencia a su espíritu, muy francés, que baila entre el clasicismo y la libertad.
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