Ese bolso de Valentino rebajado a 100 euros no es del Valentino que tú crees
Es fácil encontrar en grandes almacenes y ‘outlets’ accesorios firmados con el nombre de Valentino a precios muy inferiores de los de la firma de lujo. La razón es que no pertenecen a la casa italiana, sino a otro diseñador llamado Mario Valentino. Esta es la historia del nacimiento de una gran confusión hace cuatro décadas.
El bolso más barato que Valentino despacha en su tienda online cuesta 950 euros. La gran mayoría, sin embargo, supera los 1500 y no es difícil encontrar modelos por encima de los 3000. Por eso cuando en unos grandes almacenes o en un outlet aparece un bolso en el que puede leerse ‘Valentino’ por un precio que ronda los 100 euros, algo no cuadra. Algunos se dejan llevar por la emoción del momento y pasan por caja pensando que acaban de encontrar el chollo de su vida: un accesorio de una de las firmas italianas más lujosas del mundo por lo mismo que puede costar un bolso de piel en Inditex. A los más escépticos o expertos en la materia les bastará con mirar la etiqueta para comprobar que lo que tienen en sus manos no es un diseño de Valentino Garavani (apellido del famoso diseñador), sino de Mario Valentino.
No es que estas tiendas estén vendiendo falsificaciones ni nada por el estilo. La explicación es tan sencilla como confusa para quienes desconozcan la diferencia: Valentino Garavani y Mario Valentino son dos marcas distintas. Ambas son italianas y nacieron a mediados del siglo pasado (la primera, la que todos conocemos como Valentino a secas, fue fundada en 1959, y Mario Valentino nació en 1952) y llevan coexistiendo desde entonces en el mercado de la moda. Mientras que Valentino Garavani sigue jugando en la primera línea, vistiendo a grandes celebrities y emocionando con sus desfiles de alta costura, su tocayo gozó de muy buena reputación en los años 70 y 80, en plena efervescencia del diseño italiano, pero a día de hoy pertenece a otra liga. No desfila en las semanas de la moda, se dedica a la marroquinería relativamente asequible y sus productos no pueden encontrarse ni en las mejores boutiques multimarca ni en los portales de lujo online. Sus bolsos se venden en espacios más democráticos como Asos, grandes almacenes como El Corte Inglés y, sobre todo, en webs de ventas privadas y outlets como el estadounidense Century 21.
Aunque Mario Valentino tiene una línea un poco más cara confeccionada en piel (son los modelos más frecuentes en los outlets y sus precios rondan los 300 euros una vez aplicado el descuento), la gran parte de sus bolsos están elaborados con materiales como poliéster o PVC y por eso sus precios parten de los 50 euros. Para los no iniciados la confusión viene porque llevan estampado y bien visible el nombre de ‘Valentino’ e incluso la ‘V’ en forma de logo. Aunque en la etiqueta queda aclarado que se trata de un ‘Valentino by Mario Valentino’, aquellos que desconozcan la existencia de esta firma y las diferencias con el Valentino que creen estar comprando podrían pensar que el tal Mario es el director creativo o que se trata de una segunda línea más asequible (como ocurre, de hecho, con Red Valentino).
Pero, ¿cómo es posible que estas marcas convivan en el mercado a nivel legal? ¿Ninguna le ha llamado la atención a la otra por firmar igual y compartir un logo demasiado similar? Valentino S.p.A (la empresa de lujo) explicó que desde los inicios de ambas firmas «el consumidor sentía confusión y tenía problemas para diferenciarlas debido a sus nombres similares y sus productos solapados», por eso sellaron un acuerdo de coexistencia en 1979. Según el pacto, ambas «deseaban evitar la confusión pública y el conflicto, presente o futuro, en cualquier parte del mundo» por lo que Mario Valentino podía utilizar las letras MV o V en el exterior de los bolsos, pero tenía que indicar el nombre completo dentro del mismo, así como en el embalaje. El acuerdo funcionó durante cuatro décadas, pero según publicaba The Fashion Law, en julio de este mismo año Valentino demandó a su tocayo por saltarse las reglas escribiendo su apellido completo en sus productos y dando lugar a la confusión que precisamente pretendían evitar.
En la demanda, Valentino acusa a su competidor de apropiarse de su nombre omitiendo el «Mario» tanto en el logotipo como en el packaging o en los comunicados oficiales. Incluso deja caer que en los últimos tiempos su tocayo ha aumentado considerablemente los precios de sus bolsos para posicionarlos más cerca de los de Valentino Garavani llegando a afirmar que también «han copiado muchos de sus diseños, muchos de ellos patentados». La firma italiana pide a los tribunales, que aún no han emitido veredicto, que prohíba a su competidora «participar en actos que engañen o puedan engañar a los consumidores en cuanto al origen de sus productos» y le reclama las ganancias obtenidas estos años por la venta de estos accesorios.
Aunque a día de hoy Mario Valentino es una marca irrelevante en el panorama de la moda de primera línea, no siempre fue así. Hijo de un famoso zapatero que nutría de calzado de calidad a la burguesía italiana de la época, Mario se unió a la empresa familiar transformando los clásicos zapatos que hacía su padre en creaciones más modernas. Sus tacones de aguja rosas o sus sandalias planas rematadas por un par de tiras y una flor pronto lanzaron la marca a las portadas de revistas de moda como Vogue. En los años 70 la firma abrió su catálogo a la ropa y colaboró con nombres de la talla de Karl Lagerfeld, Giorgio Armani o Gianni Versace. Sus campañas, disparadas por fotógrafos tan prestigiosos como Richard Avedon o Helmut Newton, estaban protagonizadas por rostros tan cotizados como Veruska o Pat Cleveland. En el 79 desfilaron en la primera semana de la moda de Milán de la historia y celebrities como Jacqueline Kennedy, Catherine Deneuve o Elizabeth Taylor hicieron las veces de embajadoras de sus creaciones. Tras la muerte de su fundador, que falleció en 1991 a los 64 años tras una larga enfermedad, su hijo Enzo Valentino le tomó el relevo al frente de la firma y sigue teniendo tiendas propias en Nápoles y Milán.
A la espera de que la justicia se pronuncie al respecto, basta seguir unas reglas básicas para diferenciar ambas firmas. Por parecidos que puedan resultar los complementos de las dos (tachuelas y logos incluidos), un bolso de Valentino Garavani jamás costará 50 euros, por mucho que esté de liquidación en el outlet más barato del mundo (ni siquiera los bolsos de Red Valentino, su hermana pequeña, suelen llegar a un precio tan bajo). Para que se hagan una idea, el modelo más barato en el portal de descuentos de lujo The Outnet tiene un precio de 575 euros con una rebaja aplicada del 50%. La composición tampoco engaña: los de la famosa firma italiana no están confeccionados en materiales sintéticos. Y el consejo más obvio es mirar siempre la etiqueta. Si pone Mario, no es el Valentino que crees.
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