‘Blackfishing’: ‘instagramers’ que quieren parecer negras para ganar seguidores
Mujeres blancas que oscurecen su piel con maquillaje e imitan el pelo afro o trenzado haciendo de su perfil una falsificación ofensiva. Varios usuarios de Twitter han denunciado sus casos.
Mientras el Twitter patrio arde con la denuncia viral del blackface sin complejos usado en la promoción de un espectáculo en Granada, en la que se ve el proceso de maquillaje a una actriz blanca pintada de negro y con peluca de rizos, el asunto va más allá en Instagram con un fenómeno de apropiación cultural que se hace visible a gran escala. Blackfishing: personas blancas que falsean sus rasgos y adoptan una estética cuya finalidad es asemejarse a la comunidad negra y con la que se promocionan en redes, además, lucrándose por ello. El último caso ha sido el de la modelo e influencer sueca Emma Hellberg, de 19 años y con más de 200.000 seguidores, a quien la tuitera @yeahboutella (cuenta ahora eliminada) ha señalado con un mayúsculo «¿PERDONA?» tras darse cuenta de que la chica a la que seguía no es en realidad afro-latina como pensaba.
I honestly thought Emma hallberg was half black lol🤦🏾♀️
— Mrs. (@MxssKerry_) November 7, 2018
I still can’t deal with this. pic.twitter.com/tneZx9h0PN
— Jamilah Lemieux (@JamilahLemieux) November 7, 2018
«Descubrir que Emma era blanca fue tan impactante debido al hecho de que esta chica ha hecho todo lo posible para parecer mestiza», explicaba la autora del comentario a The Cut. Oscurecer su piel con maquillaje, rizar su pelo o trenzarlo como las mujeres de origen africano, son algunos de los gestos por los que se critica a la influencer quien, según su denunciante, «se estaba haciendo famosa por todo ello (…) e incluso ha aparecido en cuentas de Instagram especializadas en pelo y peinados para mujeres negras». En su canal de Youtube puede verse un vídeo en el que muestra un tutorial de cómo se maquilla usando una base varios tonos por encima de su color natural.
Hellberg lo ha desmentido por varias vías. Primero respondiendo a una usuaria de Instagram que le preguntaba directamente si era cierto que es blanca y se estaba «haciendo pasar por negra». Después en una entrevista con Buzzfeed News en la que también se defendía afirmando que «nunca he dicho ni intentado ser negra ni nada más» y repitiendo que su piel se pone morena «de manera natural por el sol».
Ni su caso es el único ni es nuevo. En otra cuenta de Twitter ya desaparecida, su creadora, de nombre Odinaka, que también ha hablado con The Cut, recopilaba varios casos similares como el de las instagramers Lisa Mcinally o Kristen Hancher y otros tantos tuiteros han seguido ejemplo.
Resulta inevitable ver estas imágenes de denuncia y advertir la influencia en ella de las Kardashian. Kim y Kylie son los máximos exponentes, pero su incuestionable éxito en redes nunca ha estado exento de este tipo de polémicas. La acusación de blackface a Kim con el lanzamiento de su línea de maquillaje -que paradójicamente ha retocado con Photoshop y ‘blanqueado’ la cara de sus hijos en una de sus últimas fotos-, la mutación que todas ellas han llevado a cabo pasando por quirófano para añadir labios (marca Kylie) y curvas a una figura que resulta evidente no tienen en realidad y corresponden, de un modo genérico, a los rasgos propios de muchas mujeres negras, su estilo inspirado en el gueto incluido.
«Esto importa porque hace sentir a las personas de nuestra comunidad como si no fuéramos la mejor representación de nuestro yo cotidiano», reflexionaba Odinaka en The Cut al hilo de la polémica, señalando el problema de los privilegios blancos: «Están ganando éxito pareciéndose a mí mientras yo trabajo diez veces más para llegar a donde realmente quiero estar. Es injusto». Como recomienda Desirée Bela-Lobedde, comunicadora, activista estética y autora de Ser mujer negra en España (Penguin Random House) en un vídeo de Playground sobre la apropiación cultural, si vas usar un elemento que pertenece a otra cultura, como en este caso los peinados, «asegúrate de que conoces su origen, su significado y lo respetas» y además no te lucres con ello. El pelo ha sido históricamente un símbolo de opresión a las mujeres negras, muy estigmatizado aún hoy día.
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