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¿Sirve de algo leer libros de autoayuda?

Este tipo de libros pueden ser una herramienta muy útil para el crecimiento personal, pero no deben sustituirse por la ayuda de un profesional.

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Isabel Sánchez

Todos hemos pasado alguna vez por una situación difícil, de las que nos resulta complicado salir por nosotros mismos. Sentir que nuestra autoestima está por los suelos, habernos visto envueltos en una relación, sentimental o incluso laboral, con una persona tóxica, o simplemente, tener dificultades para disfrutar de verdad de las pequeñas cosas, en vez de amargarnos con todo lo malo que nos pasa. Por norma general, cualquiera de estas razones valdría para acudir a un psicólogo, y es que seguimos pensando que uno va el psicólogo cuando tiene un trastorno, en vez de solo para pedir ayuda en momentos delicados que pasamos todos.

Quizás por ese miedo intrínseco a asumir que realmente tenemos un problema, buscamos otro tipo de soluciones que nos resulten más fáciles, y de paso más asequibles. Ese es en parte el gran éxito de los libros de autoayuda. No hace falta nada más que acercarse a la sección de libros de cualquier centro comercial. Los estantes que antes llenaban novelas, ahora los hacen libros sobre consejos práctico, mindfulness o libros para colorear de adultos.

“El éxito de los libros de autoayuda estriba en su amplia disponibilidad para todos los públicos”, aporta la psicóloga Susana Moraga, que enumera algunos de los motivos del auge de este tipo de textos. Entre ellos destaca que son asequibles económicamente, pueden encontrarse en bibliotecas públicas y plataformas digitales, el lenguaje que utilizan suele ser sencillo y, sobre todo, es algo que está bien visto, teniendo en cuenta que una de sus ventajas es que con ellos funciona casi siempre el buen arte del boca a boca. “Se ha superado el cliché o la vergüenza, no necesariamente quien lee un libro de autoayuda tiene un trastorno mental”. En este mismo sentido, la también psicóloga Tamara de la Rosa, aporta que “todas las personas tenemos el deseo de ser felices y sin un buen manejo de las emociones es bastante difícil. Siempre existe la necesidad de mejorar, de superarse, de dejar de sobrevivir y empezar a vivir bien, y por eso, las personas acuden a estos libros buscando herramientas y estrategias par aun objetivo común para casi todos: el bienestar emocional”.

¿En qué casos pueden ayudar?

Está claro que un libro no puede resolver algunos de nuestros problemas, pero también que hay algunos temas en los que una guía práctica nunca viene nada mal. Susana Moraga aporta que, si bien “no existe un consenso general sobre la temática en la que funcionan mejor”, es cierto que hay temas en los que parece que tienen menos efectividad, como son aquellos dan consejos para dejar de fumar, tratar la ansiedad o la depresión, superar una ruptura sentimental o un duelo, según la perspectiva de la experta. Teniendo en cuenta esto, “ahora mismo, son más están de moda los relacionados con la motivación y la superación personal”. Coincide en esta idea Tamara de la Rosa que expone que “por mi experiencia en consulta, los temas de interés suelen ser el mejorar la percepción que se tiene de uno mismo (autoestima), ganar confianza y seguridad, aprender a manejar la ansiedad, superar la adversidad y el desamor”.

Sin embargo, pese a que estos libros puedan resultar útiles como material de apoyo, de la Rosa deja claro que “ningún libro de autoayuda tiene el poder de cambiar la vida a nadie”. Es por ello que hay que tenerlos como una ayuda extra, pero no poner unas esperanzas excesivas, para no crear nuevas frustraciones. En este sentido de la Rosa aclara que “cuando lo lees, puedes motivarte e inspirarte hacia el cambio y reflexionar de muchísimos aspectos a nivel conductual o cognitivo que debes trabajar, pero lo cierto es que, el que se produzca un cambio, va a depender de lo que haga el lector con el contenido del libro y de la constancia y perseverancia con la que lo trabaje”. Algo que, de hecho, también pasa con la terapia psicológica, y es que una muleta ayuda solo si hacemos por seguir caminando.

No hay una receta para todos los gustos

Si bien los libros autoayuda hablan con un lenguaje comprensible para todos, sobre cuestiones que son casi universales, lo que hay que reflexionar es si los mismos consejos son aplicables por igual para todas las personas y para todas las circunstancias. No hay que olvidar que el libro nos da unas claves generales, sin preguntarnos antes por las características personales de nuestro problema. Es por ello que Susana Moraga hace hincapié en que “un libro de autoayuda no es extrapolable a ningún caso particular. Pueden darte una idea general de qué te pasa, pero lo que haya funcionado a otra persona no tiene que funcionarte a ti, y eso, en algunos casos, genera una frustración añadida”.

Matizando más este punto, Tamara de la Rosa explica que cualquier persona que desee seguir creciendo personalmente en su vida puede encontrar consejos válidos en los libros, pero hay que tener cuidado con las frustraciones añadidas que puedan suponer su lectura. “Es importantísimo tomar conciencia, como dije con anterioridad, de que tenemos que trabajar y esforzarnos para que el cambio se produzca. Hay que dar mensajes realistas. Hay refranes como ‘querer es poder’ que sí que pueden llevar a la frustración, porque no siempre basta con querer, pero sí es cierto que muchísimas veces nuestro peor enemigo son nuestras dudas e inseguridades: los no puedo, no soy capaz, mejor no lo intento, voy a hacer el ridículo”. Los libros de autoayuda, en este sentido, te animan a conocerte y a no limitar tu vida ni perder oportunidades por este “enemigo mental”.

¿Puedo cambiar el psicólogo por un libro?

Quizás la perspectiva es aclarar si leemos ese libro en un momento puntual de dudas o simplemente como un ejercicio sano de crecimiento personal, o recurrimos a él en un momento en el que de verdad necesitamos ayuda por una situación que nos vemos incapaces de afrontar. En estos casos, la psicóloga Moraga afirma rotundamente que “nunca un libro de autoayuda puede suplir una terapia profesional. Efectivamente, puede ser un buen complemento a la terapia, pero ya digo, que nunca debería sustituirse una terapia por un libro de autoayuda”, y es que, para problemas más profundos, hace falta personalizar y seguir la evolución de cada caso.

Su compañera Tamara de la Rosa reafirma esta idea, recordando que, si bien “son una guía de referencia para ayudarte a guiar algún aspecto de tu vida”, hay que matizar que “los cambios conductuales y cognitivos no siempre son sencillos y requieren una evaluación, tratamiento y seguimiento”. De esta forma la psicóloga concluye aportando que “cada persona es un mundo y no a todas les valen las mismas estrategias ni tienen la misma capacidad de llevarlas a cabo ni el mismo ritmo, por lo que aparte de un libro, muchas personas necesitan tener un apoyo que les vaya orientando y trabajando directamente con ellos”.

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