Sin irritación ni rojeces: cómo exfoliar correctamente la piel del rostro
Hay quienes la limitan para momentos y necesidades muy concretos y quienes la veneran para el día a día. Cuatro expertos nos hablan de la exfoliación.
O la relegan a casos excepcionales, o la aconsejan a diario. Los extremos se tocan en la exfoliación, ese proceso para retirar las células muertas de la piel que unos expertos rechazan como rutina semanal y otros quieren convertir en el pan de cada día. Sea mecánica, es decir, que emplea micropartículas para arrastrar las capas externas de la piel, o química, esto es, que usa sustancias –sobre todo ácidos– para desprender la piel muerta por reacción, los expertos tienen opiniones encontradas. El prestigioso doctor Nicholas V. Perricone, con marca homónima, fue de los primeros en tacharla de agresión innecesaria y contraproducente que causa más daño a la larga por la inflamación que conlleva. Él solo formula con pequeñas fracciones de hidroxiácidos que producen leves rascados para ayudar a que la piel mude. Raquel González, directora técnica de Medik8, también es partidaria de métodos poco agresivos. Al igual que Pedro Catalá, farmacéutico y fundador de la firma Twelve Beauty: «La exfoliación mecánica puede causar microcortes por los que se pierde agua, necesaria para una piel sana. La química elimina las células muertas que funcionan como barrera y presentan grandes depósitos de filagrina, una proteína que libera péptidos y polisacáridos que mantienen el factor natural de hidratación de la dermis». Aunque reconoce casos excepcionales: «Tras el verano, cuando la melanina deja de estar estimulada, se pierde color de forma no homogénea. Exfoliarse con arcilla dos veces por semana durante un mes ayuda a mantener el tono uniforme. En pieles muy grasas con tendencia a puntos negros la justificaría como rutina».
En el otro extremo se sitúa el dermatólogo angelino Harold Lancer, en quien confían Beyoncé o Victoria Beckham. La aconseja a diario, ya que asegura que es la única manera eficaz de eliminar el daño externo. ¿Por qué decantarse? El grueso de profesionales se mantiene en un término medio. La Academia Americana de Dermatología (AAD) opina que puede mejorar la apariencia de la piel así como la efectividad de los tratamientos que se apliquen a continuación, y ayuda al proceso de renovación celular, que se ralentiza a partir de los 30 años. Eso sí, advierte de que la frecuencia y forma de exfoliarse deben adaptarse al tipo de piel. ¿Y cuánto tiempo se debe destinar al ritual? Laura Cubells, dermatóloga de la Clínica Alejandría en Valencia, aconseja: «Una piel grasa se debe exfoliar de una a dos veces por semana; una seca, cada 10 días; una sensible, cada dos semanas; y si se tiene eczema tópico, cicatrización reciente o se sometió a depilación, mejor posponerla».
¿Mecánica o química? González, de Medik8, reserva la primera para las pieles rugosas que solo necesitan pulirse. El dermatólogo Leo Cerrud, con clínica propia, explica que no se puede usar en caso de acné. «Aumenta la actividad capilar y por tanto se produce más grasa». La química, en principio, vale para todo tipo de pieles, siempre que no se tenga ninguna anomalía. «Si se padece una dermatitis atópica no se debe realizar –advierte Cubells–. El truco está en escuchar a la piel».
Ante la duda, antes de establecer una rutina y decantarse por un tipo u otro, la recomendación de todos es la misma: consulte con su dermatólogo.
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