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La resaca se cura con un pinchazo de vitaminas (y no es una inocentada)

El ‘vitamin drip’ se perfila como el nuevo milagro postfiesta. ¿Puede un chute de vitaminas intravenoso borrar el dolor de cabeza o las molestias estomacales provocadas por el exceso de alcohol?

Kate Moss es una de las famosas que hace uso de los 'vitamin drips'.
Kate Moss es una de las famosas que hace uso de los 'vitamin drips'.getty images

En Estados Unidos ya es habitual encontrar unidades móviles antirresaca a la puerta de macro conciertos, festivales y demás concentraciones que inviten a la ingesta de grandes cantidades de alcohol. Los famosos vitamin drips, ideados en la década de los 80 por el doctor Myers bajo el nombre de IVT (intravenous therapy), salen de la consulta a la caza de clientes a los que hincar la jeringuilla -previo desembolso de unos 50 dólares- con la promesa de asegurarles un despertar relativamente digno.

Una de las “clínicas” móviles mejor recibidas es el autobús Hangover Heaven (el cielo de la resaca) que patrulla por las avenidas de Las Vegas, pero en destinos como Seúl cada vez es más habitual que las grandes empresas cuenten con salas IV en las que el personal se recupere de las resacas forjadas en horario laboral.

En Europa aún no se ha llegado tan lejos. El tratamiento postfiesta que se inyecta en las clínicas Get a Drip de Londres es el más conocido, y en los últimos diez años, las drip rooms se han extendido como la pólvora. La terapia intravenosa viene avalada por celebrities como Cindy Crawford, Madonna, Cara Delevingne o Rihanna, que no dudan a la hora de publicar en Instagram selfies con cánulas atravesando sus venas. Y aunque ha habido sustos como el de Kendal Jenner, que tuvo que ser hospitalizada el pasado año en el Cedars-Sinai después de un mal chute, la moda es imparable.

En nuestro país, sus efectos aún no se ofertan directamente ligados al concepto antirresaca, pero sí hay un público dispuesto a remangarse la camisa para “resucitarse” después de unas horas de excesos y que creen que la vitamina B intravenosa puede ser la panacea.

¿Están en lo cierto? En primer lugar, hay que entender que más allá de la deshidratación a la que se asocia, la causa de los síntomas de la resaca es la descomposición en el hígado de sustancias como el acetaldehído, la histamina o el metanol, presentes en las bebidas y que generan cierta intoxicación. Las consecuencias son la cefalea, los vómitos, el malestar abdominal y la deshidratación, y para los especialistas médicos, la cura milagrosa es una leyenda urbana. “Está fuera de la ciencia médica. Las vitaminas ni quitan la resaca ni disminuyen los efectos del alcohol. Lo único que lo haría es potenciar la micción, inyectando un par de litros de suero fisiológico, para estimular al riñón y excretar parte del alcohol aún no metabolizado”, explica el doctor Licitra, oncólogo, internista y especialista en Medicina Estética.

La idea de levantarse de la cama sin la sintomatología de la resaca es tan tentadora que la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos para el Cuidado de la Salud afirma que tomará medidas. Pero hay cierto vacío legal. Si las clínicas no afirman que sus vitaminas intravenosas son medicamentos, quedan fuera de la jurisdicción de la agencia y no hay nada que hacer. Que se sepa, en España, la terapia intravenosa solo se oferta en centros médicos o estéticos y por parte de profesionales de la salud. Como señala Miriam Yébenes, directora de Instituto de Belleza y Medicina Estética Maribel Yébenes, uno de los que hacen IV, “siempre debe ser un médico o una enfermera quien paute y realice el tratamiento”.

El “supuesto” cóctel antirresaca contiene una solución salina reforzada con una combinación de vitaminas B y C, magnesio, potasio y calcio. Algunas formulaciones también agregan medicamentos contra las náuseas. Según Licitra, “si la persona se siente mejor, es por el efecto placebo”. Lo más grave es que los posibles efectos adversos sí son una realidad. “Infecciones, toxicidad, alergias… no se puede inyectar a cualquiera. Se trata de un acto médico, y requiere de una historia clínica previa a través de la cual se detectan incompatibilidades o posibles alergias”, añade el doctor.

La palabra vitamina no es sinónimo de inocuidad. Las hidrosolubles se eliminan fácilmente a través de la orina, pero las liposolubles son otra historia. Como añade Licitra, “se acumulan en grasa e hígado, provocando reacciones de intoxicación por exceso. El mejor ejemplo es la vitamina A, muy necesaria para los huesos, pero cuyo exceso trae fragilidad y fracturas óseas. Las D, E y K también son liposolubles, y no deben ingerirse sin control médico”.

Precisamente, como señala el doctor Salvador Ferrando, responsable de Medicina Metabólica del Ruber Internacioal, “los cócteles antirresaca incluyen megadosis de magnesio, vitaminas del grupo B y C y se añaden algunas liposolubles como la A y la D”.  ¿La señal de sospecha? Para este especialista está clara y hay que leer detenidamente la bolsa de suero: “en todas aquellas situaciones que el producto esté fabricado en países que no son de la UE, conviene recelar, puesto que las normativas que rigen este tipo de productos son diferentes”. En cuanto a su función, Ferrando la etiqueta como un parche sintomatológico a lo sumo. “El daño por el alcohol no puede evitarse, se trata de una sustancia tóxica para varios órganos y no debería promoverse su consumo ni amortiguación del mismo con este tipo de sustancias”.

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