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¡Que viene el sol!

Estamos a punto de dejarnos acariciar por sus rayos, y es necesario establecer un decálogo para esa primera vez de la temporada.

Sol, sombrero
Gtres

En primavera el sol hace brotar las flores en los árboles y devuelve la vida después del crudo invierno. A los humanos, además, nos pone de buen humor. Pero tiene otros beneficios: fomenta la producción de vitamina D, la absorción del calcio en los huesos, y estimula nuestro sistema inmune. Y, claro está, nos otorga ese bronceado que Coco Chanel puso de moda en los años 20 del siglo pasado, fruto de sus estancias en la Riviera francesa.

Pero también comienzan los peligros asociados a la exposición a la radiación ultravioleta: quemaduras, envejecimiento de la piel e incluso los melanomas. De hecho, muchos dermatólogos recomiendan, directamente, huir del sol. «Broncearse es negativo. Estar moreno, según hemos comprobado en los últimos años, ya es señal de daño, de que existe una lesión», explica Ignacio Querol, dermatólogo miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (ADEV).

01. UNA DIETA DE COLORES

Cuanto más intenso sea el color de las frutas y verduras que se ingieran, mejor prepararán el organismo para recibir los rayos solares. «Cuanto más vibrante es el color, más betacaroteno contienen, y este ayuda a aumentar la reserva de antioxidantes. Hay que tomarlos desde un mes antes del destape», explica la nutricionista Laura Pire. «Convienen los productos integrales, que aportan vitamina B –hidrata y ayuda al bronceado– y los orgánicos. Las frutas del bosque en macedonias o yogures también», concluye.

02. CAPITAL SOLAR: GRAN INVERSIÓN

Antes de lanzarse a la tumbona, hay que entender que la exposición al sol es acumulativa a lo largo de la vida. El tiempo de que disponemos para broncearnos de forma segura es lo que se llama capital solar. «Las mutaciones producidas por los rayos ultravioleta se van sumando. Algunas se reparan, pero otras no. De hecho, si no se subsanasen, moriríamos a los 10 años de edad», explica Isabel Aldanondo, especialista de Grupo Dermatológico Pedro Jaén. Pero el organismo tienen un límite de reparaciones. No hay que sobrepasarlo.

03. EL HELECHO PROTECTOR

El polypodium leucotomos, endémico de Centroamérica y Sudamérica (bautizado como Fernblock), es un helecho con propiedades antioxidantes y fotoprotectoras que ayuda al sistema inmune. Inicialmente estudiado contra la psoriasis en España por el doctor Salvador González a principios de los 90, lleva más de una década demostrando que reduce los daños oxidativos e inflamatorios infligidos por el sol en la piel. Lo contienen las líneas solares de la firma Heliocare.

04. MELANINA EN ACTIVO

Hay que entrenar a la piel para el primer contacto con el sol, en concreto, la barrera natural protectora. Las cremas prebronceadoras se encargan de que esté lista a tiempo. Hay que aplicarlas dos semanas antes de la exposición en lugar de las hidratantes. «Contienen biomelanina, que ayuda al bronceado, y vitamina E, que es un antioxidante. Además, son muy hidratantes», explica Concha Obregón, de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Lancaster y Dermalógica son dos de las firmas que las ofrecen.

05. ROPA QUE ES UN ESCUDO

Los tejidos son la mejor forma de protegerse del sol. «Cuanto más tupida es la malla de la tela, más poder de prevención y escudo de los rayos UV. Los colores oscuros protegen más que los claros. Y, muy importante, los tejidos mojados, aunque parezca que estamos protegidos, permiten mayor paso de radiación. Algodón y seda son las mejores prendas», explica Miguel Aizpún, expresidente de la ADEV. Pero, además, se pueden aplicar sustancias al proceso de lavado de la ropa que tienen la facultad de aumentar la protección, como Cibafast-Cel o Tinasorb-S de la firma CIBA. Este último, curiosamente, protege más cuanto más se lava la ropa.

06. HUIR DE LOS FOTOTÓXICOS

Los alcoholes cutáneos y ciertos medicamentos, como la píldora anticonceptiva, pueden producir manchas en la piel cuando esta entra en contacto con los rayos solares. «También algunos medicamentos, como los de hipertensión arterial o los antinflamatorios tópicos, han dado episodios de fototoxicidad», explica Ignacio Querol. Conviene consultar al médico si se puede suspender su uso o ingesta para exponerse al sol con al menos una semana de antelación.

07. DEFENSA DESDE EL INTERIOR

A la alimentación correcta se suma ahora la ayuda extra de los nutricosméticos, complementos orales que protegen toda la superficie de la piel desde el interior del organismo. Innéov, Arkosol y Oenobiol ofrecen todos ellos líneas solares. «En el futuro, las pastillas desbancarán a las cremas», opina Concha Obregón. Conviene empezar a tomarlos un mes antes para notar sus efectos: además de defender, consiguen un bronceado más uniforme y libre de manchas.

08. SABER DE DÓNDE PARTIMOS

La humanidad se divide en varios fototipos según el tipo de piel. Del fototipo I, la piel muy blanca y muy sensible al sol, a la piel muy oscura del fototipo VI, muy resistente al maltrato solar. Hasta ahora, una sencilla observación nos permitía saber qué fototipo de piel teníamos. Hoy en día, gracias a una nueva tecnología denominada Skintel, que actúa mediante luz LED, se puede conocer de modo preciso qué nivel de melanina poseemos. Actualmente está disponible en Instituto Médico Láser (tel.: 917 02 46 27).

09. MUDAR DE PIEL

La exfoliación previa es importante para obtener un buen bronceado, pero siempre es mejor que sea química antes que mecánica (por fricción de partículas). «Usar durante el invierno ácidos como el retinoico y el glicólico en dosis bien toleradas es una sabia estrategia», según explica Adolfo D. Lozano. «Estos compuestos siguen siendo clásicos difícilmente sustituibles en dermatología cosmética a pesar de las crecientes supuestas alternativas que ofrece la industria cosmética», añade. Por supuesto, el invierno es la época ideal para los peelings químicos que actúan como preparativos estivales. Las personas con pieles con impurezas e imperfecciones deberían inclinarse por uno de ácido salicílico. «A los que buscan resultados más profundos, merece la pena que se informen sobre los peelings de fenoles», concluye.

10. PREPARAR EL CABELLO

También es sensible al azote del sol y conviene ser precavido. «Antes de exponerse hay que llevar el pelo bien preparado con tratamientos para cada tipo: hidratar el seco, dar materia al fino, nutrirlo, o utilizar protectores del color para cabellos teñidos, pues al exponerlos al sol pierden color e intensidad», explica Javier Gónzalez, director artístico de Luis & Tachi Peluqueros.

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