Ponerse pasta de dientes y otros errores que no debes cometer para combatir el acné
Remedios caseros para tratarlo siempre han existido. Sin embargo, advierten los expertos, estas supuestas soluciones pueden dar resultados no deseados.
Durante la adolescencia se empieza a manifestar el acné. Y también se alimentan todas las leyendas urbanas. Desde historias de terror como la niña de la curva a remedios de andar por casa para solucionar los estragos que los cambios hormonales provocan en la piel y el pelo. Si bien la actual fiebre del do it yourself (hazlo tú misma) ha demostrado que unos funcionan, otros, no. «Para que un fármaco salga al mercado, se le somete a numerosos estudios. Estas fórmulas caseras no están diseñadas ni probadas por profesionales y, a la larga, resultan contraproducentes», valora Paloma Borregón, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología. «Disponemos de tanta cantidad de tratamientos efectivos contra el acné que estos remedios no tienen cabida».
Muchos de estos trucos perduran y se mantienen incluso en la edad adulta, pasando como sabios consejos de generación a generación. Porque ¿a quién no le ha dicho su madre o su abuela que se eche pasta de dientes para acabar con ese molesto granito en la cara? ¿O que deje el acné secarse al sol? Las consecuencias de estas acciones concretas, sin embargo, pueden no ser las deseadas. Dos dermatólogos nos desvelan por qué, frente a un grano, no se debe optar por estas ni otras curas caseras milagrosas.
Aplicar pasta de dientes
Sabiduría popular: ante una erupción cutánea, echa el dentífrico y déjalo reposar durante la noche. «Efectivamente, seca el grano, pero también la piel alrededor de él, llegando incluso a irritarlo», señala Borregón. Pensado para los dientes, la composición de estos productos no es apta para la dermis. El flúor y el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), entre otros, acaban causando problemas mayores a largo plazo. «La aplicación de una crema que no está pensada para esta zona podría hasta producir más granos a largo plazo, pues obstruye el poro», advierte Javier Pedraz, dermatólogo estético del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Rociarse con alcohol
«Tiene sentido que mucha gente lo utilice, pues los productos antiacné en formato líquido suelen incorporarlo», indica Borregón, que prefiere los de textura cremosa. La diferencia: que las concentraciones de estas fórmulas son aptas para la piel y combinadas con otros ingredientes que equilibran los efectos negativos, hidratando la piel. «De nuevo, aplicado de forma directa, seca el grano, pero daña el resto de la piel». Y lo mismo sucede con el limón. «Tiene una base científica, pues el ácido cítrico seca, pero, de nuevo, las concentraciones deben ser bajas».
Dejarlos secar al sol
El verano es una buena época para la gente con acné. Los rayos del sol los combaten eficazmente y acaban con ellos. Pero, como ya sabemos, tienen otros efectos contraproducentes. «En consulta, usamos cabinas de radiación ultravioleta controlada para tratar ciertos trastornos. Claro que controlamos tanto la dosis como el tiempo que se aplica», cuenta Pedraz. La exposición sin límites al sol puede ocasionar problemas estéticos como manchas o fotoenvecemiento, y médicos como melanomas. «Existen casos de gente con acné grave a la que se le recomendó tomar el sol que ahora padece cáncer de piel», revela Borregón.
Evitar el protector solar porque obstruye los poros
Pedraz lo desmonta de forma rotunda: «Es una creencia obsoleta desde hace tiempo, las cremas han evolucionado muchísimo y casi todas llevan la etiqueta no comedogénico». Esto es: que dejan respirar los poros libremente. De hecho, Pedraz indica que existen incluso protectores diseñados específicamente para este tipo de pieles. Borregón recomienda también que sean oily free. «Suelo recomendar las texturas water, muy de moda ahora».
Tomarse una aspirina o ibuprofeno
El grano es una inflamación de la piel, y estos medicamentos, habituales en todos los botiquines, son antiinflamatorias. Ahí acaba la relación entre ellas. No está demostrado que funcionen contra el acné y, además, su uso puede afectar a otras partes del cuerpo. Borregón avisa: «El acné en mujeres adultas se manifiesta cada dos meses, en los adolescentes de forma continua. Si cada vez que salga un grano vas a consumir estos fármacos, erosivos para el estómago, te puedes producir una úlcera».
Las técnicas para explotarlos que no dejan marca
«Hay dos formas de dejar marca con el acné: si tienes una afección muy grave (hasta con un tratamiento adecuado resulta inevitable) y tocando los granos», afirma Pedraz. Al hacerlo, se rompe la piel y se genera la cicatriz. «No existe una técnica confirmada con ensayos que no deje marca», añade el doctor. «En consulta, en función de la gravedad, se puede pinchar un grano de forma estéril o sacar las espinillas con un aparato específico, aunque el riesgo sigue ahí», asegura, por su lado, Borregón. «En casa, por mucha habilidad que tengas, no se dan las condiciones médicas y las probabilidades de dejar huella aumentan».
Extra: el chocolate y el chorizo provocan acné
Tradicionalmente, se ha demonizado al cacao y a los alimentos ricos en grasa. Sin embargo, no existe evidencia científica que lo demuestre. «Hay estudios que relacionan un exceso de lácteos y los productos con altos índices glucémicos, como la bollería industrial, con los brotes de acné. Pero el chocolate puro no tiene nada que ver», defiende Borregón. Pedraz aconseja que cada persona se centre en su caso concreto, y evite los alimentos que crea que le afectan. «Si un paciente ve que al consumir cierta comida, le salen granos, entonces le recomiendo que los deje, pues ha establecido una relación de causa-efecto. En caso contrario, no tenemos por qué limitar nuestra dieta».
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