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¿Pintarte la cara de verde? Guía definitiva para no perderte con los correctores de colores

Y también morado, amarillo, rosa o naranja. Úsalos para esconder rojeces, granos u ojeras.

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Mucho antes de que Kim Kardashian nos abriera los ojos al contouring los maquilladores ya empleaban no dos tonos sino un collage de colores (azul, morado, verde, salmón…) para camuflar las imperfecciones del rostro. Porque si el contouring busca un óvalo perfecto a base de luces y sombras, lo de correctores tradicionales (neutralizadores también los llaman) es más un trabajo ‘pocería’ facial: ocultar granos, rojeces, venitas y hasta barbas incipientes en el caso de los hombres. O sea, las imperfecciones habituales entre quienes no tenemos un rostro de porcelana. “La clave está recurrir al tono opuesto al del defecto que queremos esconder según las directrices de la teoría de color, una especie de rueda con todos los colores del espectro”, apunta Cristina Mayor, maquilladora oficial de Kryolan.

Así expresado suena marciano ¿De verdad que si me pongo un punto verde en la cara quedaré perfecta? ¿No acabaré como un arco iris poniendo amarillo o morado? No, si se aplican exclusivamente sobre el defecto y se difuminan bien. “Para no tener dudas sobre cuál usar puedes hacerte con una rueda cromática de las que venden en papelerías”, señala la maquilladora María Soláns Prieto, directora de la escuela Mery Make-Up. Otra opción más simplificada y casera: pinta tú misma una estrella cromática cruzando dos triángulos con los seis tonos de la discordia.

La propuesta de correctores de Yves Saint Laurent.
La propuesta de correctores de Yves Saint Laurent.

a) Naranja (o salmón)

“Es el indicado para tapar ojeras muy marcadas y azuladas”, explica Soláns. Cuidado: se trata de tapar, no de sepultar con dos toneladas de producto. “En esta zona usamos correctores de camuflaje, con una mayor cobertura. La clave es aplicarlo poco a poco hasta que la ojera sea imperceptible. Y así se queda, nada de cubrirla con base de maquillaje. Si no, crearemos dos capas muy pesadas que acaban cuarteándose y marcando las arrugas”. El naranja también sirve también para difuminar manchas, lunares o cualquier tipo de imperfección con matices marrones o azulados.

b) Verde

Cubren rojeces. Echa mano de ellos si tienes rosácea, para esos granos que no dan la cara pero que se rodean de una amplia zona encarnada o para cicatrices enrojecidas. “No soy muy partidaria de estos correctores. Son un poco antinaturales. No obstante siempre llevo uno por si acaso”, aclara Soláns. “Si la rojez no es muy pronunciada siempre puedes corregirla con tu corrector habitual”.

c) Lila

Borran zonas amarillentas. También disimulan pieles con un marcado subtono amarillo.

d) Amarillo

Neutralizan las ojeras con un subtono morado o violeta, las manchas en tonos morados y los puntos negros. “En las pieles oscuras o con un subtono dorado ayudan a iluminar algunas zonas del rostro”, comenta Mayor.

e) Rosa

Las venas no siempre se ven azules. Eso es solo si tu piel es muy blanca. Si eres cetrina las verás tirando a verdes. En tal caso, neutralízalas con un tono rosado. En los hombres se emplea para camuflar la tonalidad gris de una barba incipiente.

f) Tonos piel

Estos ya te resultarán más familiares. Son la segunda fase de la corrección tradicional, la que se pone tras los ‘neutralizadores o pre-correctores’. El resto es puro contouring: un tono claro, ilumina y aporta la ilusión óptica de volumen: un tono oscuro contornea y resta prominencia a las zonas que queremos camuflar. “Aunque ahora se llevan las pecas, si no te gustan las tuyas puedes disimularlas con un corrector compacto un tono por debajo del de la piel”.

Cuando ya no queda nada por igualar, se aplica una base de maquillaje fluida o en polvo. El toque final serán unos polvos traslúcidos. No es difícil pero roba tiempo, un bien demasiado precioso en nuestro día a día. Y espacio en el neceser. Por eso, algunos maquilladores como Maite Tuset, de M·A·C España, prefieren simplificar. “Ante una imperfección pon un corrector del mismo tono de la piel y cubre de una sola pasada, sin sobrecargar la zona”. Su propuesta es a la inversa: aplicar primero la base de maquillaje habitual y, a continuación, el corrector (ella elige Pro-Longwear Concealer). En otras ocasiones, tira de productos que nos resultan más conocidos. “Una CC Cream (color corrector) sobre una piel cetrina logra lo mismo que un corrector violeta, aportar un extra de luminosidad en pieles cetrinas. La ventaja de estas bases correctoras es que son muy ligeras y el acabado es más natural”.

Max Factor ofrece un gran variedad de colores para tratar especificamente cada imperfección.
Max Factor ofrece un gran variedad de colores para tratar especificamente cada imperfección.

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