Natalia Lacunza: «Me alegra que mi experiencia inspire a mis seguidores a confesar a sus padres su condición sexual»

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Natalia Lacunza (Pamplona, 1999) ha entendido en tiempo récord que en la industria musical la imagen importa –¿casi?– tanto como la voz. Lo confirmó desde que cruzara por primera vez la pasarela de Operación Triunfo 2018, talent show del que resultó finalista, cuando llamó la atención del público con una actitud que trascendía lo meramente vocal y una melena a ras de mandíbula que le valió comparaciones con Dua Lipa. Ahora continúa demostrándolo con un corte de pelo tan radical como el giro que ha dado su propia vida en el último año.

Cambiar la casa familiar de su Pamplona natal por el bullicio de una gira, la histeria devota de los seguidores y una nueva rutina en Madrid grabando sus propias canciones no es, reconoce, fácil de digerir. «Ahora es cuando soy feliz, al principio todo fue muy caótico. Les ha pasado también a mis compañeros y parece que nos quejamos de vicio, pero es muy difícil de gestionar», cuenta después de una sesión en la que mira a cámara con una determinación inusual entre quienes no se dedican profesionalmente al arte de posar. «Di clases para ser modelo cuando tenía 13 o 14 años, aunque no llegué a hacer nada importante, pero me gusta».

Concentrada en crear un proyecto coherente a todos los niveles, quiere desmarcarse del prototipo aún imperante de mujer artista, «con un físico y actitud determinados», luchando contra la falta de diversidad de identidades y estilos. El pasado junio presentó su primer EP, Otras alas, cantando junto al también joven músico Guitarricadelafuente su exitoso Nana triste –más de 11 millones de reproducciones en YouTube– con la nuca rapada.

Ahora estrena su segundo trabajo, bautizado con un simple EP2, luciendo un mullet tan audaz como poco frecuente entre las cantantes españolas. «Un día me levanté y no podía más con la melenita ni el flequillo. No me sentía identificada con mi propia imagen, así que me hice el corte ‘a lo chico’ en el que llevaba tiempo pensando».

Determinación, talento y ese nuevo look andrógino han llamado la atención de marcas como Calvin Klein, que la ha elegido como imagen de su perfume unisex CK Everyone. Aunque a lo largo de la entrevista repite que centrarse en ser «artista y compositora» es su prioridad, no pudo decir que no. «Cuando vi la propuesta no me lo creía. Soy muy selectiva a la hora de hacer este tipo de colaboraciones, pero el proyecto encaja muy bien conmigo por su mensaje de libertad y rechazo a las etiquetas».

Desde que Lacunza hablara públicamente sobre su bisexualidad durante su participación en el talent de La 1 de TVE, no se ha cansado de repetir que poner etiquetas «le da pereza». «Me alegra que mi experiencia ayude a normalizarlo o inspire a mis fanes a confesar a sus padres su condición sexual, pero ni me considero un referente ni intento serlo. No me gusta ser abanderada de nada. El verdadero logro llegará cuando deje de ser un tema de conversación y dé totalmente igual», defiende.

Aunque inspirada por estrellas como Miley Cyrus («me encanta porque es superandrógina y puede ser la más sexy o estar brutal con una camiseta masculina») y Kendall Jenner («es la más bella del planeta»), la pamplonica asegura que no quiere parecerse a nadie. «Aún soy muy joven y estoy descubriéndome a mí misma, tanto a nivel estético como musical».

En relación a lo primero prefiere mantener una imagen minimalista apoyando a marcas nacionales como Paloma Wool. «No me pondría un vestido pomposo. Me gustan más las cosas neutras, aunque depende del día porque a veces me apetece llevar un vestidazo y otras me siento igual de guapa con traje de chico».

En el plano musical, dará comienzo próximamente a su primera gira en solitario, que se ha visto retrasada por la crisis sanitaria del coronavirus. Mismo motivo que ha provocado la cancelación de la última edición de Operación Triunfo. «Quiero alejarme de los eventos multitudinarios. No entendería llenar un WiZink Center porque no he pasado por las salas pequeñas». La artista estará acompañada por una banda de cuatro chicas con el objetivo de «visibilizar a las mujeres que tocan instrumentos, que cantan, que tienen talento». Su prioridad es diferenciar la escucha de Spotify del directo: «He ido a ver artistas a los que admiro y me han dejado fría porque era como escuchar el disco. Yo quiero que la gente sienta que ha merecido la pena pagar».

¿Qué queda de la Natalia que entró en la academia? «He cambiado a mejor», se apresura a contestar. «Salí del programa con más inseguridades de las que tenía, pero he aprendido a llevarme mejor a mí misma, tener más calma y no ser tan dramática». También ha aprendido, o está aprendiendo, a lidiar con una popularidad que en ocasiones la ha sobrepasado: «A veces la gente no tiene empatía, pero el momento de locura ha pasado. Ahora me encanta que me paren y no tengo problema en hacerme una foto aunque sea en el súper. Eso sí, prefiero que sea un selfie, así controlo yo lo que sale».

Realización: Paula Delgado. Maquillaje y peluquería: David López (Esther Almansa Management) para Marc Jacobs Beauty y Maria Nila Stockholm. Manicura: Nubia Janeth Soacha F. Asistente de fotografía: Mauro Testa. Asistente de estilismo: Lucía Artal.