Yoga facial: el nuevo método (y el más rápido) para eliminar arrugas
Expertas en yoga facial y firmas cosméticas recomiendan y enseñan ejercicios sencillos para fortalecer el rostro y mejorar la penetración y efectividad de los productos.
Los españoles vamos cada vez más al gimnasio. Según el último informe sobre la salud y el negocio del fitness, elaborado por Deloitte y la asociación EuropeActive, el mercado cuenta con 5,33 millones de usuarios registrados en 4.650 establecimientos. En 2018, los establecimientos deportivos facturaron un total de 2.291 millones de euros, lo que supone un aumento de 55 millones respecto a 2017.
Esta obsesión por el fitness sube ahora posiciones y se pone de moda en la cara. Ya no solo queremos marcar bíceps o tonificar las piernas: los músculos del rostro también se entrenan. El Hotel Barceló Hamilton en Menorca presentó recientemente el Face Gym, con el que pretenden instruir a sus clientes para prolongar la firmeza de la piel. Se multiplican las expertas que enseñan yoga facial, con el que prevenir y reducir los signos de la edad aplicando esta disciplina en el rostro. Las firmas cosméticas, como Shiseido, recomiendan movimientos determinados para optimizar los resultados de sus productos. Otras firmas naturales, como Ayuna, incluyen en su rutina la meditación facial.
«El ejercicio facial es un método para recuperar la vitalidad del rostro desde dentro, ejercitando los músculos», explica Mayte López, expert wellness del hotel menorquín. Con su método, aseguran que mejoran la elasticidad de la piel, devuelven la hidratación y la buena circulación. «En nuestra sesión de Face Gym queremos que quien lo pruebe aprenda a imitar los movimientos y los ponga en práctica en casa entre tratamientos».
La especialista en terapias faciales naturales Ara Rosón destaca la remodelación que se produce en la cara, parecida a la del cuerpo en el gimnasio. «Me introduje con 40 años y quedé tan fascinada con los resultados que decidí dedicarme profesionalmente». Ella propone el yoga facial, que aunque no existe entre los puristas de la disciplina se inspira en sus principios. Eso sí, aclara que no sirve para todo. «No puedes tratar una mancha, ni combatir la sequedad u otros problemas relacionados con la dermis y la epidermis. Ahí entran en juego los cosméticos». Con su técnica se abordan las arrugas de expresión que se dan como resultado de las contracciones musculares: sonrisas, arqueamiento de cejas, fruncir el ceño… «Con esta técnica descargas los músculos y compensas los movimientos».
¿A qué se debe esta tendencia? Mayte López lo tiene claro: «La gente busca cada vez más tratamientos naturales, poco agresivos y que respeten su belleza». Además, incluirlo en la rutina es muy sencillo y no quita demasiado tiempo. El método de Rosón lleva 10 minutos. «Si no lo acortas, la gente no lo va a incorporar en su día a día. Recomiendo hacerlo entre tres veces a la semana a todos los días», aclara la experta.
La mayor eficacia, según explica Rosón, se centra en determinadas zonas del rostro. «Sirve sobre todo para prevenir la aparición de las líneas finas, y revierte especialmente en el tercio superior de la cara gracias a la presencia del músculo frontal, en el cuello y en los labios, que se engrosan bastante». Aunque quita ilusiones: «Las arrugas del entrecejo no van a desaparecer, pero se van a expandir y suavizar. Tampoco se puede eliminar una papada por exceso de grasa, pero sí remodelar un óvalo facial ligeramente caído».
Las marcas, de la mano
Las firmas cosméticas corroboran la utilidad de estos métodos. Perricone MD se ha sumado con el Fitness Program que ofrecen en el Majestic Hotel & Spa Barcelona, y que incluye clases de ejercicios con el rostro. «Cuadra con los tres pasos de nuestra filosofía: una buena alimentación, hábitos saludables como el yoga corporal y ahora también facial, y el uso de productos y suplementos», cuenta Estefanía Nieto, técnica y formadora de la firma.
La firma Foreo, durante la presentación del dispositivo Luna 3 (que tiene dos lados, uno para profundizar la limpieza facial y otro con estrías para activar la producción de colágeno), contó con la experta en yoga facial Diana Bordón. Sara Riballo, responsable de marketing y comunicación, lo defiende: «Tenemos una red de musculatura que hay que ejercitar. Si practicamos los ejercicios de yoga y sumamos el efecto de nuestros aparatos, al final es como usar máquinas en el gimnasio: se potenciarán los resultados».
Laura Izquierdo, cofundadora de Izba Nature, tiene claro que no solo funciona, sino que los resultados se aprecian con rapidez. «Los músculos son pequeños, por lo que responden al momento. Lo fundamental es controlar el tiempo y la intensidad de cada contracción».
Estas técnicas no son nuevas, aunque estén en boga ahora. Sonia Garcinuño, directora del Germaine de Capuccini Institute en Madrid, repasa los antecedentes. «El masaje Kobido es una técnica milenaria en la que se inspiran algunos de los masajes que usamos en cabina. Lo conocía solo una persona y se reservaba para la emperatriz de Japón. Esta persona lo pasaba a otra, y así sucesivamente. Los samuráis también tenían sus métodos para regenerar tejidos tras la batalla».
La novedad, ahora, es querer llevar este conocimiento al hogar. Garcinuño desgrana los motivos de este interés. «Por un lado, al mejorar la circulación potenciamos el efecto del producto. Por el otro, estamos dando valor al cuidado personal, dedicando tiempo a esa rutina y mimándonos».
En esa línea se han creado otras técnicas, como la meditación facial por la que apuestan las creadoras de Ayuna, firma española de cosmética natural. Se trata de incorporar un momento de relajación antes y durante la aplicación de los productos. «Tus pensamientos influyen en el estado de tu piel, si piensas en positivo se manifestará en tu aspecto», opina Begoña Sanjuán, cofundadora. En su caso, aconsejan un baño de vapor que puede conseguirse con agua muy caliente en un recipiente y colocar la cabeza sobre él con una toalla por encima ejerciendo de paredes. «Pueden incluirse olores con aceites esenciales o centrarse en el agua. Usamos esos minutos para escuchar nuestra piel, ver sus necesidades…».
Sanjuán destaca que la premio Nobel de Medicina Elizabeth Blackburn demostró que meditar 12 minutos al día ayuda a mantener la salud de nuestros telómeros, secuencias de ADN no codificante que resguardan al resto del ADN.
El aumento de las expertas en estas técnicas y de las firmas que confían en ellas para reforzar los resultados de sus productos vaticinan que los ejercicios faciales van a gozar, durante los próximos meses, de buena salud. Si los resultados convencen o no dependerá de cada usuaria.
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