Cosméticos que son un escudo frente a los malos humos
La contaminación ha demostrado ser uno de los factores exógenos que más dañan la piel. La industria de la belleza se afana en buscar soluciones.
La polución, preocupante problema medioambiental, daña también la piel. Sus efectos son muy visibles sobre ella: “Una piel que no se protege de la contaminación aparece apagada, con un tono sin luz, el poro abierto y deshidratada”, señala Paz Torralba, directora de los centros The Beauty Concept. Las consecuencias, asociadas en numerosos estudios, incluyen mayor severidad de patologías que ya existían (dermatitis atópica, rosácea, eccemas…), mayor sensibilidad y reactividad o un envejecimiento acelerado. “La contaminación, tanto la procedente de gases como de materia particulada, perjudica mucho”, indica Leonor Prieto, directora científica de L’Oréal Cosmética Activa, “es capaz de iniciar un proceso de estrés oxidativo que no solo afecta a los componentes de nuestra piel, como los lípidos o las proteínas, sino que además es capaz de poner en marcha una cascada inflamatoria que va a afectar desde la barrera cutánea, la epidermis y la dermis”. Los malos humos cansan y fatigan la piel: “Esta formación de radicales libres hace que nuestros sistemas antioxidantes se agoten en el esfuerzo de neutralizarlos y que no puedan intervenir en los procesos naturales de reparación y mantenimiento”.
La limpieza como base de todo
La polución se adhiere a la epidermis. Por ello resulta fundamental “realizar una limpieza adecuada mediante productos exfoliantes que puedan eliminar las principales partículas contaminantes contenidas en el aire”, aconseja el doctor Miguel Aguilar Bernier, dermatólogo en Clínica Premium Marbella (con Espuma Limpiadora Suave Purificante de Clarins, formulada con tensioactivos suaves de origen natural). ¿Cuándo? “Tanto por la mañana (para que pueda ejercer su ritmo biológico y protector), como por la noche (para eliminar todas esas impurezas, incluida la contaminación)”, añade Leonor Prieto, “y yo acabaría siempre con una pulverización de agua termal. Contienen elementos suavizantes y antirritantes y preparan mejor nuestra piel para que el cuidado específico con sérums y cremas sea mucho más eficaz”.
Las pieles más expuestas a partículas contaminantes tienen hasta un 20% más de manchas e imperfecciones, según varios estudios publicados en ‘Journal of Investigative Dermatology’.
Construir una buen muralla
La piel es un órgano que resguarda frente a las agresiones externas, pero la contaminación “debilita nuestra primera barrera de defensa, la barrera cutánea”, esa primera capa córnea, dice la experta de L’Oréal, “va a alterar su pH, se van a oxidar los lípidos y las proteínas que la componen, se altera su microbioma y también sus defensas naturales”. Reforzarla es clave y se consigue con buena hidratación y activos calmantes (Toleriane Dermallergo Crema de La Roche Posay, una hidratante que protege la barrera cutánea y la repara, o Tolérance Control Crema de Avène). Serán aliados productos untuosos, especialmente durante los meses más fríos del invierno.
Prevención y protección
Para prevenir, fundamentalmente cosméticos que incluyan antioxidantes, capaces de frenar el efecto de los radicales libres. Sobre todo, las vitaminas C y E. Además, “desde el punto de vista de la dieta son muy útiles los alimentos que contienen vitamina B3”, dice el doctor Aguilar Bernier. Para proteger, apunta Prieto, “los filtros solares, ya que contaminación y radiación solar juntas multiplican casi por cuatro la producción de radicales libres”. ¿Un ejemplo de rutina sencilla y eficaz? Limpieza, sérum con antioxidantes, crema hidratante calmante y protector solar. En cabina, recomienda Torralba, “siempre bajo un diagnóstico personalizado y en función de las necesidades de la piel; el facial con la tecnología Jetpeel, que limpia, exfolia, hidrata y protege, y otra opción sería una cura de vitaminas”.
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