Cómo aplicar bien el colorete, explicado por dos maquilladores profesionales
Texturas en crema, la regla para elegir el tono que más te favorece a ti y por qué deberías cambiar a los tonos rosa. El colorete también se actualiza.
Hay tres productos innegociables en el neceser de las españolas: la crema hidratante, la máscara de pestañas y el colorete. Si las francesas han hecho del rojo de labios una institución (y su cosmético irrenunciable), a este lado lo más buscado son unos polvos que eleven el tono de la piel. Es algo que nos distingue: será la latitud o nuestros 8.000 kilómetros de costa pero lo cierto es que todas queremos eso que los maquilladores llaman un beso de sol.
Que se trate de un artículo de primera necesidad cosmética no significa que la tarea de encontrar el que mejor nos queda a cada una resulte fácil. Dar con el colorete ideal es como los dar con los vaqueros perfectos: una búsqueda que requiere grandes dosis de autoconocimiento.
Cómo elegir el tono exacto que más me favorece a mí
“Si lo que buscas es un efecto buena cara, elige siempre un colorete dos tonos más intenso a tu color natural, a no ser que tengas una tez muy pálida o busques un resultado muy suave”, nos cuenta Ana Pajares, maquilladora profesional y Beauty Expert en Seaskin. Ella, que conoce bien pieles muy bronceadas (es la maquilladora habitual de Lara Álvarez, presentadora de Supervivientes) pero también ha trabajado teces más claras (como la de la modelo brasileña Luma Grothe), opina que deberíamos dedicar el tiempo necesario para encontrar el tono con el que más favorecida se vea cada una. Después, esa inversión nos acompañará de por vida.
Pásate al rosa
Aunque el color clásico que emplean las españolas en sus coloretes tiene pigmento marrón, hoy son muchos los maquilladores que aconsejan un cambio. “Lo ideal para sentir un efecto buena cara es elegir siempre tonos rosas. Aportan y frescura a la piel y son una forma de acertar seguro”, nos revela Miquel Cristóbal, maquillador profesional y embajador de Perricone MD. “En las pieles más claras son ideales los tonos rosados y melocotón, en las pieles más oscuras, ahí sí se debe tirar a tonos bronces y dorados”, aclara.
“Efectivamente, los rosas aplicados en las mejillas dan un aspecto más natural, muy saludable. Los acabados marrones sirven más para esculpir y marcar ángulos, afinar las facciones y definir la mandíbula, no tanto para subir el tono de la piel”, añade Pajares.
Colorete en crema, en gel y líquido: más allá de los polvos
A los tradicionales polvos (Terracota de Guerlain es el tótem de los coloretes, se vende uno cada 25 segundos en todo el mundo) les han sucedido soluciones diferentes, en formato crema, gel e incluso líquido. Para Pajares, su gran favorito es el colorete en crema Cheek Tint de Jillian Dempsey. Formulado con ceras vegetales naturales y orgánicas y extracto de tallo de bambú, aporta un rubor cremoso y aterciopelado que además hidrata y protege la piel: “Me encanta. La gran diferencia está en el acabado, muy natural y de larga duración. Además se puede aplicar en el labio y no reseca nada… el formato es algo más pequeño de lo habitual, su duración es brutal”, explica la experta.
Otro de los más reverenciados por los maquilladores profesionales es No Blush de Perricone MD: En la web de cosmética de culto Laconicum lo describen así: “Probablemente tengas muchos coloretes en casa y en el bolso, pero ninguno se parece al No Makeup Blush (…) Tiene un solo color, rosa, que se funde con cualquier tono de piel. El acabado es muy natural, ni mate ni brillante. No reseca la piel ni pone el foco en los poros. Es muy ligera y fácil de manejar con los dedos”. Además de su resultado cosmético, contiene tratamiento, ya que su fórmula lleva vitamina C Ester, rica en antioxidantes, que aclara y minimiza la decoloración de la piel con el tiempo; y extracto de planta de jengibre chino, un agente iluminador de la piel de origen natural que mejora visiblemente el tono apagado y la pigmentación.
Cómo aplicar bien el colorete
Para el formato líquido, Cristóbal propone dos opciones: “Lo podemos aplicar con la yema de los dedos poniendo tres gotitas en el centro del pómulo y difuminando en movimiento circular. Podemos utilizarlo también con pincel de colorete, aplicando las mismas tres gotas en el centro del pómulo y difuminando de nuevo con un gesto circular”, explica. “Al ser un producto líquido se funde muy bien con cualquier textura de fondo de maquillaje, no hace falta esperar a que la piel absorba el fondo para aplicarlo”, añade.
“El modo de uso depende de la textura que elijamos. Yo aplico los coloretes en crema con el dedo, a toquecitos, o con una beauty blender (una esponja de maquillaje). Para los que son en polvo siempre elijo una buena brocha: la herramienta de aplicación es clave para que quede bien. Si, por ejemplo, la brocha que utilizamos está muy gastada el producto se quedará ahí y no controlaremos bien cuánto colorete estamos usando”, añade Pajares.
Cómo retocar bien el colorete
Ningún maquillaje aguanta infinitas horas, por mucho que la industria cosmética se empeñe en ganar la batalla al paso de las horas. Lo decía Bruce Grayson, el jefe de maquillaje de los Oscar, en una entrevista concedida a Byrdie: “Ningún maquillaje está hecho para durar para siempre y el maquillaje de larga duración es una suerte de falacia”. De ahí que aprender la técnica de un buen retoque sea fundamental, según los expertos. “Es muy buena idea retocar con polvos de sol un maquillaje que lleva horas en la piel, nos aportará frescura y luminosidad”, afirma Cristóbal. “Sin embargo, no es muy recomendable volver aplicar fondo de maquillaje sobre fondo y más cuando lleva muchas horas en la piel: mejor retocar con polvos”, insiste.
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