Baby hair: lo último en pelo político
¿Es racista querer parecer ‘guettho’? Katy Perry y Cara Delevingne se «apropian» del estilo de ‘cholas’ y raperas
Consiste en chafarse en la frente con gomina los pelillos del nacimiento del cuero cabelludo. Las afroamericanas lo llaman baby hair y ha sido tradicionalmente una solución a lo que consideraban "pelo rebelde" y un recurso creativo. En los 90 lo popularizó Rozanda Thomas, de TLC, y después lo lucieron Missy Elliott y Jennifer Lopez. Ahora mismo, la principal adalid del baby hair es FKA Twigs, la cantante y pareja de Robert Pattinson. Para cuando ella lo lllevó en la portada de i-D en 2012, con el pelo cuidadosamente empapado en gel deletreando la palabra "love" sobre su frente, era fácil adivinar que el peinado estaba listo para protagonizar un revival.
Tampoco sorprende mucho que Katy Perry sería de las primeras, o de las últimas, según se mire, en adoptar el estilo. Perry suele meterse en problemas de apropiacionismo cultural, bien por vestirse de geisha para una actuación en los EMA o bien por utilizar bailarinas con prótesis exageradas en el culo y las caderas, por lo que la acusaron de cosificar a las mujeres negras. Uno de los looks que la cantante lleva en el vídeo de su canción This is how we do, inspirado quien sabe si en las Harajuku girls o en las latinas de la Costa Oeste, incluye trenzado al estilo afroamericano y varias filas de baby hair convenientemente gelificado. Después se apuntó Cara Delevingne, que luce ese estilo en su foto para el Self Evident Project, en defensa de la diversidad sexual.
La moda también ha tomado nota en orden estrictamente ascendente de mainstreamización. Primero el diseñador Nasir Mazhar, un favorito de los club kids londinenses, peinó así a las modelos, que en realidad no eran tales sino chicas de la calle, en su presentación el pasado septiembre. Y a los pocos días DNKY adoptaba ese estilo en su desfile de la semaan de la moda de Nueva York, un espectáculo titulado New York Nation y que tenía como objetivo celebrar la realidad multirracial de la ciudad.
El detalle habría entrado sólo en el radar de un puñado de observadores de no ser por la revista Lucky, que tuiteó un detalle del peinado con un texto que ignoraba su nombre y en el que se prometía que peinarse así era "salvaje" y daba un "filo instantáneo". Aquello se parecía mucho a cuando otra revista femenina dijo que "Kendall Jenner llevaba unas rastas épicas" y Twitter pasó un entretenido día cachondeándose, aunque debajo de la risa residía bastante rabia por la suposición de que Bo Derek pudo haber inventado ese peinado de trencitas africanas en un acto igualmente "épico" de colombusing o colonización en el sentido que le da la web College Humor: cuando la gente blanca (la cultura dominante) se apropia algo que ha descubierto tarde. Pues lo mismo con el baby hair. Blogueras como las Black Girl Nerds ridiculizaron la idea de que Donna Karan adoptara el estilo de las chicas de barrio de los 90.
Entonces, ¿puede FKA Twigs llevar ese estilo de pelo pero Rita Ora, que es de origen albanokosovar, no?, ¿quién expede los permisos?, ¿no es toda la música popular contemporánea, y dos terceras partes de la moda, una forma de apropiacionismo cultural, más o menos desde Elvis Presley para aquí? El debate es alambicado y parece haber tomado residencia en los medios, con actualizaciones periódicas que van de Miley Cyrus y el twerking al hecho de que las blanquísimas hermanas Mulleavy de Rodarte copiaran el estilo de las cholas, las pandilleras latinas de Los Ángeles, en su colección primavera/verano de 2014. Lo que se suele denunciar es que se quiera comprar la "actitud" sin renunciar al privilegio. O, como intentaba expresar la actriz Jennifer Li con su mural a costa del baby hair: es ghetto si lo lleva una negra y alta moda si lo lleva una blanca.
El ‘baby hair’, visto por Jennifer Li.
La californiana, que luce este estilo en el vídeo de ‘This is how we do’, suele meterse en líos de apropiacionismo cultural.
Instagram de Katy Perry.
?Chilli de la banda TLC.
Getty
Kim Kardashian con ‘baby hair’ en 2007.
Getty
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