Así debes maquillarte para disimular los efectos de la alergia
Correctores de tono para mitigar las rojeces, máscaras waterproof y labiales ultrahidratantes serán tus grandes aliados.
Parafraseando a los de Juego de Tronos, ‘allergy is coming’ (se acerca la alergia). Y con ella, largas jornadas de moqueo, lagrimeo, estornudos y rojeces. Como no todas las plantas polinizan a la vez, hay quienes viven un calvario en los primeros meses del año (reaccionan a las arizónicas, el ciprés, el olivo o el plátano de sombra), mientras otros muchos se preparan para lo peor en primavera (las temidas gramíneas). Por suerte, la alergia al polen no mata. Pero te deja muy mala cara. No tanto como para dejar de ir a esa reunión con un cliente o para no salir con las amigas. Otra cosa es que te presentes con los ojos hinchados, la nariz como un tomate y los labios cortados de tanto estornudar y sonarte. Algo similar sucede con las alergias alimentarias leves (esa brizna de polvo de frutos secos en el postre que, afortunadamente, solo queda en un mal rato y un susto grande). O con esa reacción al sol que muchas pieles tienen el primer día de terraceo de primavera. Los maquilladores profesionales y expertos en pieles están acostumbrados a bregar con estas desventuras. Y han compartido con nosotros algunos de sus trucos para solventar estas pequeñas crisis.
Lo primero: borrar las rojeces
Las mejillas y las aletas y la punta de la nariz tienden a ponerse como un pimiento morrón. Es hora de sacar partido a todos esos tutoriales de correctores cromáticos. “Para neutralizar las rojeces (estén donde estén en el rostro) lo ideal es un corrector verde. Si, además, aporta protección solar SPF 20 como Prisme Primer de Givenchy en tono Vert 05 (34,42 € en El Corte Inglés), tanto mejor. Lo aplicaremos antes de la base de maquillaje”, explica José Luis García, maquillador de la firma.
Ante todo, larga duración
Vas a moquear, lagrimear y sonarte la nariz infinitas veces. Y en la vida real, no puedes estar retocando el maquillaje cada dos por tres. Hace falta algo que dure y resista. “Nos va ayudar mucho si nuestra base de maquillaje y el corrector son waterproof, como sucede con la gama Teint Couture Everwear (42,07 €). Además, llevan extracto de regaliz, con acción calmante para la piel”, explica García.
Labios: extra de hidratación
La celulosa de los pañuelos de papel no solo reseca la punta de la nariz. También afecta a los labios, ya de por sí machacados por los estornudos. En estos días calamitosos, mejor olvidarse de los labios milimétricamente perfilados. “En caso de perfilarlos, que sea con un lápiz resistente al agua como Lip Liner (19,97 €). Se puede rellenar todo el labio con el mismo para un efecto más duradero”, continúa García. Huye de los tonos intensos: reclaman una geometría perfecta, imposible en estas circunstancias. Además, recuerdan demasiado a los tonos enrojecidos que pretendemos mitigar. “Lo mejor es un bálsamo tratante rosado, que aporte algo de color, pero de forma muy natural. Para ello Le Rouge Perfecto (31,02 €) es ideal: un tratamiento embellecedor, hidratante y voluminizador”, señala García.
Mirada sin lágrimas
La rinitis no solo convierte la nariz en las fuentes de Babilonia. Hace que los ojos lloren de forma constante. Hasta acabar desdibujados, enrojecidos y hundidos. Desde Benefit, la maquilladora y experta en cejas Sheyla Malo insiste en que “lo primero es aplicar un primer en tono nude en los párpados. Así eliminamos las venitas y tonalidades azuladas”. Nada de hacer virguerías con las sombras. Tampoco te vuelvas loca con el eyeliner. “Lo ideal es simplificar: una máscara de pestañas resistente al agua, que aporte mucho volumen para abrir la mirada, como BadGal Bang (27,55 € en Sephora). Para quitarnos ese aspecto de cansancio o de tristeza que dan los ojos hinchados, pasaremos un lápiz iluminador rosado como Roller Eye Bright Pencil (22,55 €) por la línea de agua”. Dado que los ojos no van a estar en su mejor momento y que los rasgos tienden a desdibujarse, conviene no olvidar las cejas. “Podemos potenciarlas suavemente con un lápiz ultrapreciso que nos permite dibujar pequeños trazos que simulan el pelo natural. Recomiendo Precisely My Brow Pencil (28,95 €).
Mejillas: nada de rubores rosados
La alergia ya se encarga de enrojecer lo suficiente el rostro como para echar más madera con un colorete rosado. “Es preferible irse hacia tonos más tostados, nada de rojos o rosas, porque potenciaremos lo que estamos intentando corregir”, sentencia Malo.
Alerta: pieles alteradas
La primavera, la sangre altera. De pronto, un día nos da el sol, un poco de viento y la piel se enrojece y pica. O nos vamos de viaje a un lugar con agua más dura y salimos de la ducha con la piel irritada. Leonor Prieto, directora científica de Cosmética Activa, recuerda que “hay pieles más sensibles o reactivas. Tienden a reaccionar frente a un cambio de temperatura, al aire o a otros factores ambientales de forma ‘exagerada’. Pero también nos puede pasar a cualquiera en un momento puntual. Para modular el picor, la rojez y la irritación, lo prioritario es aplicar una crema específica para pieles sensibles con ingredientes calmantes, como la neurosensina o la niacinamida. A continuación, un maquillaje para pieles sensibles, preferiblemente un maquillaje corrector. Con esto disimulamos la rojez. Lo aplicaremos con una esponja y con toques suaves para evitar la fricción. Para finalizar el maquillaje, rociar la piel suavemente con una bruma de agua termal. Así, fijamos el maquillaje y aportamos un extra de suavidad y efecto calmante”. Pese a que cada vez es más frecuente encontrar una lista de alérgenos en las cartas de los restaurantes, la contaminación cruzada existe. Los despistes, también. “Si tuviéramos una reacción grave a algún aliemento, hay que acudir a urgencias de inmediato. Si es leve, simplemente pasaremos un mal rato y acabaremos la comida probablemente con el rostro hinchado y enrojecido. A nivel cosmético, lo primero, rociar la piel con agua termal. A continuación, una crema con las características que hemos explicado. Si la hinchazón ha sido en el contorno ocular, que es frecuente, lo ideal es aplicar un corrector de ojeras con toques suaves en toda la zona. En cuanto al color, aunque hay bases correctoras de colores, yo prefiero los pinceles correctores beiges. Finalmente, un maquillaje corrector que nos permita aplicar mayor o menor cantidad en una zona concreta sin que varíe el color. Siempre aplicado con suaves toques, insistiendo más en las zonas que queramos disimular y más ligero en las zonas sin alteración. Finalmente, pulverizamos agua termal”.
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