_
_
_
_

‘Ay, San Juan’, por Eva Hache

Se me ocurre que te bebas la infusión, saltes olas, hogueras, barbacoas o microondas y te lo pases pipa.

Pócima del amor
Getty Images

¡Qué alegría que llega el verano y sus fiestas y sus hogueras! Fuego purificante para dar fuerza al astro rey. Tanta fuerza que al amanecer vamos a la ermita de Juarrillos para ver salir el sol dando vueltas. Fuego para ahuyentar a las brujas. Las brujas en el pasado existían y eran fácilmente identificables por sus escobas y sus verrugas, pero ahora no se distinguen tan a simple vista. Si estás en una hoguera de San Juan y una amiga dice «Vamos a salir con un olor a zorrera que no veas» o «Yo os espero en el bar que, vaya calor, aquí no hay quien esté», podéis estar seguros de que es una bruja o, por lo menos, una rancia y una aburrida. Así que hacedle el vacío como a un tupper y pasad de ella.

Y lo de saltar la hoguera, aunque pueda parecer una machotada para descubrir cuál de todos los pitbulls del pueblo es más sobrado o más torpe, sirve también para conservar la pareja. Pareja que salta unida permanece unida. Sobre todo cuando se tienen que llevar a uno de los dos a la unidad de quemados del hospital y el otro le acompaña las seis semanas que tiene que estar ingresado acercándole la pajita para que sorba el caldo.

Y donde hay fuego, hay agua. Y en esta noche beber agua de manantial cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae salud y belleza y aumenta las virtudes fecundantes. Y beber agua de fuego, ya sea de garrafa o no, ya te digo yo que también. A poquito que pongas de tu parte, te cura los males que no veas, el ojo te lo enturbia de tal manera que nada malo te puede pasar, ves a todo el mundo bien guapo y las virtudes fecundantes ya vienen solitas. ¡Míralas cómo vienen, que te engancho y no me paro!

Hay un rito que dice que hay que lavarse la cara a medianoche para conservar la belleza o la salud (cada uno lo que prefiera, será) pero es muy importante no mirarse en un espejo hasta el día siguiente. Esto no se explica muy bien, pero yo creo que es porque cualquiera que se esté mirando se ve un granito y se empieza a mosquear con «Estoy fea» o «Esto acaba en melanoma», y así no hay ni alegría, ni belleza, ni salud, ni ganas de salir a ligar, ni ganas de vivir.

En los sitios con playa hay que saltar nueve olas de espaldas al mar para eliminar la energía negativa. Claro, no me imagino yo a tu amiga la rancia, que ya le molestaba el humo de lejos, decidiendo meterse en un agua oscura, sin ver lo que te viene por la espalda a poca marejadilla que haya y saltando. Si estás de mal humor constante, no te bañas. A no ser que quieras quejarte sin parar y dar una tabarra incesante a tus amigos, que casos se han dado. Saltar nueve olas de espaldas al mar también aumenta la fertilidad femenina. Normal, si te has quitado la ropa… Y si no te las has quitado, te la quitarás. O te la dejarás, que no sé qué es peor. O mejor. Mejor para que entre qué risa, ponte aquí y estate quieta, los condones se los ha llevado la ola, ya verás cómo te aumenta la fertilidad.

Lo del amor es muy típico de esta noche. Para encontrar el amor (y quien dice el amor, dice un trasteo) se hierve milenrama, lavanda, verbena, pétalos de rosa y jengibre para rociar el cuarto, se encienden dos velas antes de las doce y se escribe el nombre de la persona amada o a amar. En caso de no tener, que ya es delito, se escriben las iniciales A. G. No. No se va a enamorar de ti Antonio Gala o Esperanza Aguirre Gil de Biedma, solo faltaría, pobre angelito, son las iniciales de tu Alma Gemela. Claro que también se me ocurre que te bebas la infusión, que algo te hará, y en vez de usar verbena te vayas a la del pueblo, saltes olas, hogueras, barbacoas o microondas y te lo pases pipa. Porque, hija, vaya trabajera para un vete tú a saber. Que igual la que llega a Juarrillos dando vueltas como una peonza eres tú y esa alegría no te la quita nadie.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_