Así es Terranova: el ‘Primark italiano’ que quiere conquistar España

Primero fue la demostración de músculo que impuso Primark cuando revolucionó (y colapsó) la Gran Vía madrileña con su mega apertura en 2015. Un año después, a la división más asequible de Inditex, Lefties, le siguen creciendo los enanos. Además de Kiabi, Shana o el propio Primark, ahora toca sumarle un nuevo competidor italiano. Esta vez, en Barcelona. Cualquiera que haya paseado estos últimos días por la zona de Portaferrisa se habrá preguntado qué marca es la que ahora ocupa cinco plantas en el palacete Castell de Pons, una de las esquinas modernistas más emblemáticas en la historia del eje comercial de la ciudad. Se trata de Terranova, una firma desconocida en España y que viene dispuesta a pedir su trozo de pastel en ese mercado orientado al público joven que busca cantidad por encima de calidad y en el que unos vaqueros cuestan poco más de 10 euros.

Conocido como el ‘primark italiano’, Terranova ha desambarcado en España con una flagship store (tienda insignia) en la capital catalana de 1.445 metros cuadrados y tres de sus cinco plantas dedicadas a la venta al público. Fundada en 1988, la marca es la cadena principal del grupo Teddy, un gigante del low cost que el año pasado obtuvo 564 millones de euros de beneficio, tiene más de 560 tiendas propias en 40 países (con presencia en mercados como Kirguistán o Mongolia) y que sólo en 2015 abrió 83 nuevos locales en 21 países. La apertura barcelonesa llega un año después de abrir la mayor tienda del mundo de la marca en Viena (con unos 1.800 metros cuadrados de superficie) y con la voluntad de seguir expandiéndose. En el próximo año, planean abrir cuatro macrotiendas más a nivel europeo. Terranova es una de las cuatro marcas de Teddy Group, que también cuenta con Calliope, Miss Miss y Rinascimiento. Fuentes de la empresa confirman en nuestro país quieren desplegar parte de su artillería. La próxima marca en desembarcar será Calliope (orientada a una mujer más adulta). Roberto Pimpinelli, director de expansión del grupo, aclara los pasos: «después de la tienda piloto, en España, pensamos abrir entre seis y ocho tiendas de Terranova en franquicia como de costumbre. Las zonas más importantes para el desarrollo inicial son el norte de España, la costa y la comunidad valenciana. Luego entraremos con Calliope, porque Renascimiento ya se vende en tiendas multimarca en el país desde hace años».

Un gigante textil familiar a lo Amancio Ortega

Este gigante textil italiano guarda ciertos paralelismos con Inditex: el ADN familiar como timón indispensable en la empresa, la voluntad de que sus propietarios no llamen la atención en los medios de comunicación y la expansión económica en bienes inmobiliarios. Fundado en Rimini en la década de los 60 por Vittorio Tadei, este hijo de un ferroviario y una ama de casa abandonó su carrera de contable para transformar el pequeño negocio de tejidos de punto local de sus hermanas en uno de los gigantes del textil italiano de la moda asequible.

Junto a otras familias como los Cimmino (que lideran Carpisa/Yamamay) o los Veronesi (con Calzedonia), los Tadei se han hecho un hueco notable en el mercado de la moda a bajo precio. Tras la muerte del fundador, el grupo lo lidera Alessandro Bracci, marido de una de sus hijas, Cristiana Tadei. El 75% del accionariado, de hecho, se lo reparten sus tres hijas, después de que su hijo Luigi falleciese en un accidente de tráfico en 2006. Emma Tadei es directora de la división mayorista, Cristiana Tadei es miembro de la junta y directora general de Calliope y Maria Luisa Tadei participa en las oficinas de la empresa. El grupo, por su parte, y según informaba Il Corriere, también tiene presencia en el mercado inmobiliario, a través de la sociedad T&M Properties.

Una apertura polémica por el emplazamiento

El aterrizaje de Terranova en España no ha gustado a todos. El local ocupa el palacete Castell de Pons, un edificio modernista muy admirado en la ciudad, y que ha supuesto el traslado de dos negocios emblemáticos, la chocolateria La Farga (que llevaba abierta desde 1827 y ha tenido que moverse a un local cercano) y la filatelia Monge. Sendos establecimientos quedaron excluidos de la lista de locales protegidos por la Generalitat de Catalunya, factor que propició que una inmobiliaria se hiciese con el edificio en 2015, con la voluntad de abrir unas galerias comerciales en este rincón del barrio gótico, en la plaza Cucurulla, junto a una de las calles más transitadas de la ciudad. Finalmente, Terranova ha sido la marca elegida. «Nos sentimos algo desprotegidos, parece que las instituciones no quieren conservar los negocios centenarios de sus ciudades», lamenta el secretario de la asociación de establecimientos emblemáticos de Barcelona, Josep Maria Roig, que no decaee en la lucha por recuperar este espacio e incide en la desgana gubernamental frente a otras ciudades como Londres, donde Savile Row está custodiada del acoso inmobiliario y prevalece su legado histórico.