Ailanto y Suma Cruz presentan en la semana de la moda su primera colección conjunta
Partiendo del mismo motivo, el girasol, y casi por casualidad, los hermanos Muñoz se han unido a la firma joyera en una propuesta que promete satisfacer los deseos de las clientas de ambas marcas.
Seis modelos yacen en el suelo acomodadas sobre una tela estampada con girasoles. Visten vestidos, pantalones y blusas de colores saturados decoradas por la misma flor y portan contundentes brazaletes, anillos y collares con idéntica forma. Los primeros son obra de Ailanto, firma capitaneada por los hermanos Muñoz y de sobra conocida por sus prints de inspiración botánica. Las joyas, en cambio, están firmadas por Suma Cruz, marca que ha convertido las piezas maximalistas, con especial mención a sus famosos pendientes de helechos, en santo y seña de la casa. Ambas etiquetas decidieron presentar su primera colaboración conjunta en el marco de la semana de la moda de Madrid, pero saltándose el tradicional desfile.
Los invitados al evento, celebrado en la recién remodelada Casa-Palacio del Conde de Cedillo, donde vivió el escritor Valle-Inclán, tuvieron la oportunidad de escrutar de cerca los tejidos y las piezas de joyería siendo testigos de cómo se realizaba la sesión de fotos de la colección (de ahí las modelos tumbadas). “Llevamos veinte años desfilando, así que hemos hecho cuarenta shows. Esta vez buscábamos hacer algo más cercano. Al final, en la pasarela el público está sentado a cierta distancia y no puede apreciar los detalles”, argumenta Aitor Muñoz, mitad creativa de Ailanto horas antes de que de comienzo la presentación.
Esa misma cercanía fue precisamente la que motivó que ambas firmas decidieran embarcarse en una colección conjunta. “Yo ya les había prestado algunas de mis joyas para un desfile, pero esta es la primera vez que colaboramos mano a mano creando las piezas. Tanto Ailanto como Suma Cruz nos inspiramos en la naturaleza y compartimos gusto por el arte, así que tenía todo el sentido hacer algo juntos”, explica Susana Cruz, alma máter de la firma joyera. Por eso no costó nada ponerse de acuerdo en cuál sería el motivo central de la colaboración: el girasol.
“Fue algo mágico”, evoca el diseñador. “Un día quedamos con Susana en su taller y nada más llegar vimos que tenía un girasol en la puerta. Nosotros ya teníamos pintados con acuarela los primeros dibujos de los tejidos para nuestra nueva colección y también eran girasoles. Lo mejor fue cuando nos dijo que estaba trabajando en un brazalete con forma de esta flor”. Sin poder ignorar tal cúmulo de casualidades, Suma Cruz y Ailanto se pusieron manos a la obra para idear anillos, collares, pendientes y pulseras que acompañaran los 35 looks que forman la propuesta primavera-verano 2002 de los hermanos Muñoz.
Al ser preguntados por la pleitesía que ambas enseñas le procesan a esta planta, los motivos son dispares, pero también terminan por conectarse: es la representación del sol en la tierra y simboliza, de algún modo, esa búsqueda de luz tras tiempos oscuros. “Las flores siempre están presentes en mis colecciones, pero decidí rendirle homenaje al girasol cuando me cambié de taller y volví a colocar en la puerta el que me acompañaba desde que abrí la marca en 2008. Sentí que era un renacer y el momento para inspirarme en él”, explica Susana. Para Ailanto, el tributo tiene que ver con la obsesión de la firma con el universo botánico (Aitor estudió paisajismo) y artístico. “Nos hemos inspirado en pintores como Van Gogh, que hizo una serie dedicada a los girasoles o Nolde, que se pasó quince años pitando el jardín de su casa, donde abundaba sobre todo esta flor”.
El resultado de la unión de sus universos creativos, que estará a la venta próximamente en las tiendas de ambas firmas, viene a confirmar, dicen, que las sinergias entre marcas siempre suman. “Las clientas de Ailanto y las de Suma Cruz tienen un perfil parecido, así que es una buena forma de que aquellas que nos conocían a nosotros, pero no a Susana, o viceversa, tengan la oportunidad de descubrirnos. Supone gran visibilidad para ambas”, comentan el dúo de diseñadores. Y, además, está pensada para satisfacer todos los gustos.
“Creo que es la colección más completa que he hecho desde que monté la marca”, explica Suma Cruz. “Hay piezas perfectas para las más clásicas y otras para las más barrocas. Y, aunque tiendo a usar el oro rosa, en esta ocasión he apostado por el amarillo para representar la energía que desprende el girasol”, añade sobre una propuesta en la que las perlas también tienen gran protagonismo y que se adapta a una colección prêt-à-porter que va del día a la noche. No solo hay vibrantes girasoles sobre fondos rojos, azules y naranjas, también piezas con lentejuelas bordadas sobre gasa y otras protagonizadas por caballos salvajes difuminados sobre fondo tie dye.
Así pretenden atender a las necesidades de una clienta que ha echado de menos arreglarse –de verdad– durante los últimos meses. “Aunque, fíjate, que algunas me mandaban fotos llevando mis joyas incluso en pijama», detalla Susana Cruz. Muchas me dicen que les dan energía y poder como cuando te pones unos tacones”. Llevarlas combinadas con las creaciones de Ailanto promete multiplicar ese poder por dos.
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