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Fetiches

Albert Espinosa: “Los robots nos ayudarán a morir en caso de dolor extremo”

El autor de 'Planta 4ª' y 'Pulseras rojas' sueña con visitar el espacio y ya tiene elaborada la lista de los lugares a donde iría si se pudiera viajar en el tiempo

Albert Espinosa
Albert EspinosaIrene Fernández

Creador de varios fenómenos literarios trasladados a la pantalla, como la película Planta 4ª y la serie Pulseras rojas —que Steven Spielberg adaptó en EE UU—, Albert Espinosa (Barcelona, 1973) regresa una década después a la televisión con Los espabilados, sobre un grupo de chavales que escapa de un centro psiquiátrico (desde el 29 de enero en Movistar+). En diciembre fue galardonado con el premio FAAM Oro de Cultura 2020 a la inclusión en su obra, editada en más de 40 países y siempre llena de optimismo. Para Espinosa, que permaneció durante una década hospitalizado luchando contra un cáncer, el tiempo lo es todo, especialmente si hablamos de Internet. “Como tengo formación como ingeniero industrial tiendo a asignarme unos horarios.

Un tiempo se lo dedico a YouTube, a WhatsApp y a mis redes sociales”, explica recordando el consejo que le dio un allegado en el hospital. “Me dijo que me mantuviese informado siempre, pero que le dedicase al día solo unos 15 minutos. No más. Si pasas más tiempo te supura, hay un exceso de información. Por eso, no refresco mis redes sociales: entro una vez, leo las noticias, lo que han hecho los amigos, y me salgo”.

La relación con sus seguidores, afirma, es por eso muy estrecha. Y otra vez sale a colación el tiempo, porque Espinosa no escribe sino que responde siempre con mensajes de voz. “Me gustan las redes porque puedo ser yo. Respondo muchos mensajes directos, respondo a casi todo. Y lo hago con notas de voz porque es más rápido y creo que a mis seguidores les sorprende”, afirma.

Otra parte del tiempo la invierte por la noche. “Suelo buscar páginas web sobre un tema en concreto y siempre intento leer noticias muy científicas en Internet. Ahora con la covid analizo los datos y busco estadísticas para calcular la fecha en la que acabará esta crisis comparándola con otras pandemias”, explica el escritor, que además confiesa echar de menos un hobby precovid. “Cuando había vuelos seguía mucho la web FlightRadar24. Me gustaba estudiar el estatus de los aviones. Me aliviaba pensar que yo no estaba en ese avión al que le daban siete horas de retraso. Hay páginas muy interesantes en las que puedes ver todos los vuelos al mismo tiempo en el cielo”, comenta. Y confiesa de paso una de sus fantasías: “Mi sueño sería viajar al espacio y poder ver la Tierra desde lejos”.

Otro deseo es el de poder viajar en el tiempo. De nuevo el tiempo. “Me fascinan películas como Regreso al futuro (1985). Creo que podremos viajar a la época que queramos. Todo es cuestión de arcos de energía [como en Experimento Filadelfia (1984), filme en el que dos marines viajan al futuro por error, y que Espinosa pone de ejemplo]. Encontrarán esas energías que facilitarán el cambio espacio-temporal. Me gusta hacer listas y ya tengo la de los sitios a los que me encantaría ir. Y si la máquina del tiempo fuese un Delorean [el vehículo de Regreso al futuro]… ya firmaba”.

Pero el avance tecnológico que más le interesa y que ha desarrollado en su último libro, Si nos enseñaran a perder, ganaríamos siempre, es el de la inteligencia artificial. “Hay cuatro personajes enganchados a la tecnología y también aparecen robots. Creo que los robots serán los que en el futuro juzgarán si alguien puede morir por el motivo que sea. Serán los que nos estudiarán y ayudarán a marchar en caso de dolor extremo. Conciliarán esas dudas del ser humano que no sabemos juzgar, porque creo que los robots serán más ecuánimes que nosotros”.

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